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Guia De Circulacion Humana


Enviado por   •  28 de Abril de 2015  •  2.474 Palabras (10 Páginas)  •  204 Visitas

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CIRCULACION EN EL SER HUMANO

En el cuerpo de los seres humanos, como en el resto de vertebrados, hay dos tejidos que se encuentran en estado líquido: la sangre y la linfa. Gracias a esta característica, pueden fluir y comunicar las células, tejidos y órganos de todo el cuerpo. Estos líquidos circulan a través de dos sistemas de transporte: el sistema cardiovascular y el sistema linfático.

1. EL SISTEMA CARDIOVASCULAR

El sistema cardiovascular es el principal res¬ponsable de transportar sustancias entre las diferentes partes del cuerpo. Por esto, se en¬cuentra en estrecho contacto con los órganos de los oídos sistemas como los del sistema digestivo, el sistema excretor, el sistema nervioso, el sistema respiratorio y el sistema endocrino (Fig. 1)

En las superficies absorbentes, como el epite¬lio del intestino delgado y los alvéolos de los pulmones, los nutrientes y el oxígeno entran a\ sistema cardiovascular. Este los lleva hasta las células del organismo, que los utilizan para obtener energía, sintetizar moléculas o dividirse entre otras. Al realizar estos proce¬sos las células producen desechos, como el dióxido de carbono y algunos compuestos nitrogenados, que pasan por difusión al siste¬ma cardiovascular. Este los lleva a los órganos encargados de eliminarlos como los pulmo¬nes y los riñones.

Además de transportar sustancias, el sistema cardiovascular ayuda a regular la temperatu¬ra corporal, participa en la defensa del orga¬nismo contra el ataque de bacterias y virus, y es responsable de la coagulación de la sangré en caso de una herida. La estructura del sistema cardiovascular está especialmente diseñada para llevar a cabo todas estas funciones. En este se combina la acción del corazón, que bombea sangre a tra¬vés de vasos sanguíneos, hacia todas las células del organismo.

1.1 El corazón

El corazón es un órgano muscular, hueco, de aproximadamente el tamaño de un puño cerrado (Fig.2). Está compuesto por tres capas musculares: el pericardio que es la más externa y protege; el miocardio que es la capa más gruesa y fuerte cuyas contracciones bombean la sangre; y el endocardio, que es la capa más delgada e interna cuyas paredes están revestidas por un epitelio llamado endotelio que evita que la sangre se coagule.

El corazón está dividido en cuatro cavidades: dos superiores llamadas aurículas y dos inferiores llamadas ventrículos. Las aurículas reciben la sangre que regresa al corazón a través de las venas provenientes de los órganos. Tienen paredes delgadas, que al contraerse bombean la sangre a los ventrículos.

Los ventrículos tienen paredes más gruesas, pues con su contracción envían la sangre a todos los órga¬nos del cuerpo.

En el corazón existen cuatro válvulas. Entre la aurícu¬la y el ventrículo derecho se encuentra la válvula tricúspide, y entre la aurícula y el ventrículo iz¬quierdo la válvula bicúspide. Cuando el ventrícu¬lo se contrae la sangre ejerce presión sobre estas válvulas, estas se cierran y evitan que la sangre se devuelva a las aurículas. Igualmente, en la salida del corazón, donde los ventrículos se unen con las arte¬rias, hay válvulas conocidas como válvulas semilunares. Estas se abren cuando los ventrículos se contraen y bombean la sangre. Luego, cuando los ventrículos se relajan, la sangre tiende a regresar al corazón, haciendo que las válvulas se cierren.

1.2 la sangre

La sangre está compuesta por un líquido llamado plasma, en el cual se transportan tres tipos de célu¬las sanguíneas: los glóbulos rojos, los glóbulos blan¬cos, y las plaquetas.

1.2.1 El plasma

El plasma es un líquido amarillento, que constituye cerca del 55% del volumen de la sangre, Está com¬puesto de agua, sales, proteínas, vitaminas, carbohi¬dratos, minerales, hormonas, gases disueltos y grasas (fig. 3). Dentro de las proteínas están: la albú¬mina, que ayuda a regular la cantidad de agua de los tejidos y participa en el transporte de lípidos; la glo¬bulina, que está compuesta por anticuerpos que ayudan a destruir algunos organismos infecciosos como los que producen el sarampión y la hepatitis; y el fibrinógeno, que participa en la coagulación sanguínea.

1.2.2 los glóbulos rojos

Los glóbulos rojos o eritrocitos corresponden a cerca del 45% del volumen de la sangre, y son las células más especializadas y abundantes del cuerpo. Tienen forma de disco bicóncavo, hundido en ambos lados, y en su estado maduro carecen de núcleo y otros orgánelos como las mitocondrias (fig. 4). En su citoplasma se encuentra una proteína llamada hemoglobina, que recoge las moléculas de oxígeno de los pulmones; su membrana celular es flexible, lo que les permite doblarse y pasar a través de los capi¬lares.

1.2.3 los glóbulos blancos

Los glóbulos blancos o leucocitos corresponden a cerca del 1% del volumen de la sangre. Tienen núcleo y mitocondrias, y carecen de hemoglobina por lo que son prácticamente incoloros, A pesar de su pequeña cantidad, juegan un papel vital en la defensa del cuerpo contra-el ataque de microorganis¬mos invasores como bacterias, viras, hongos y pará¬sitos (fig. 5). Generalmente se pegan a la superficie del invasor y luego lo destruyen mediante fagocito¬sis.

Hay diferentes tipos de glóbulos blancos como los linfocitos, los neutrófilos, los monocitos y los basó-filos. Estos interactúan entre si y con otras proteínas del plasma para conformar e! sistema inmune del organismo.

1.2.4. Las plaquetas

Las plaquetas o trombocitos son las células más pequeñas de la sangre, y también carecen de núcleo. Su principal función es evitar la pérdida de sangre por hemorragias.

Cuando una arteria o vena se rompen, las plaquetas se acumulan cerca de la herida y se pegan a sus bordes dando inició al proceso de coagulación. En este momento, liberan sustancias que actúan como mensajeros que provocan diferentes reacciones como reducir el diámetro del vaso dañado para disminuir el sangrado, atraer más plaquetas para que ayuden a cerrar la herida. Luego, a través de ciertas reacciones químicas que involucran muchos pasos, el fibrinógeno que es transportado en el plasma se transforma en hilos largos y pegajosos de fibrina. La fibrina y las plaquetas forman una red en la que quedan atrapados los glóbulos rojos, lo que ayuda a formar el coágulo y le da mayor solidez. Finalmente, el coágulo se contrae y se une a los bordes de

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