HEPATITIS B

Para el 2012, al rededor de 500 millones de personas padecían infección crónica por el Virus de la Hepatitis B (VHB) o el Virus de la Hepatitis C (VHC). En el mismo año, de igual forma, se estimaba que el 57% de los casos de cirrosis hepática, y el 78% de los casos de cáncer hepático eran consecuencia de infección por el VHB o VHC. Las hepatitis virales suponen una pesada carga para el sistema de atención de salud por los costos del tratamiento de la insuficiencia hepática y la enfermedad hepática crónica. En numerosos países, las hepatitis virales son la principal causa de transplante hepático. Estos tratamientos para la enfermedad terminal son caros; suman fácilmente cientos de miles de dólares por persona. Otra consecuencia de las hepatitis virales crónicas es la pérdida de productividad. Con respecto a la morbilidad mundial, la infección por el VHB es una afección de distribución universal. Se estima que están infectadas más de 2.000 millones de personas. De ellas, aproximadamente 240 millones sufren infección hepática crónica y corren el riesgo de padecer enfermedad grave y morir por cirrosis o carcinoma hepatocelular, enfermedades que se calcula provocan de 500.000 a 700.000 muertes por año en el mundo. En el caso de las Américas, datos recientes indican que desde 1990 hasta 2005 la prevalencia de la infección por el VHB cayó por debajo del 2%, en promedio, en América Central y la región tropical de América Latina, mientras que permaneció entre el 2% y el 4% en el Caribe, en la región andina y en Sudamérica.

Los esfuerzos por parte de la Organización Mundial de la Salud para combatir la Hepatitis B nacieron en el 2010, cuando la Asamblea de la Salud adoptó la resolución WHA63.18. Esta resolución insta a la OMS a colaborar con los países miembros a tomar medidas de enfoque integral para la prevención y el control de las hepatitis virales. Acciones como la formulación de directrices, estrategias, objetivos e instrumentos de vigilancia, el desarrollo de la investigación científica, la evaluación de consecuencias económicas y la movilización de recursos, son promovidas por la resolución.

En materia de la prevención y control del VHB, se llevan a cabo acciones a través de los tres niveles de prevención en salud. A nivel de la prevención primaria se encuentran acciones de concientización y sensibilización sobre todos los tipos de hepatitis para reducir su transmisión, aplicación de vacunas seguras y eficaces, manejo de estrategias para garantizar la seguridad de la sangre utilizada en donaciones y transfusiones, medidas de control de infecciones en los establecimientos sanitarios y en la comunidad, uso de prácticas de inyección seguras, promoción de prácticas sexuales menos peligrosas, como minimizar el número de compañeros sexuales y utilizar métodos de protección de barrera, medidas de reducción de daños entre los consumidores de drogas inyectables y medidas de seguridad del trabajo para el personal sanitario. A nivel de la prevención secundaria, los beneficios del diagnóstico temprano en la evolución de una infección por VHB son muy relevantes. Primero está la oportunidad para la intervención médica eficaz y para prevenir que la infección siga propagándose. También permite que las personas infectadas adopten las medidas necesarias para prevenir la transmisión de la enfermedad. Por último, permite a las personas tomar precauciones para proteger el hígado de daños adicionales, específicamente abstenerse de tomar alcohol y evitar determinados medicamentos que se sabe que son hepatotóxicos. Una de las estrategias más utilizadas par el diagnóstico temprano de una infección por hepatitis es a través de los análisis realizados a los donadores voluntarios de sangre. La realización de pruebas confirmatorias y la notificación y el asesoramiento a los donantes de sangre con resultados positivos en los análisis sistemáticos de la sangre donada, brindan una oportunidad excepcional para realizar un diagnóstico temprano y ofrecer apoyo médico a las personas asintomáticas que concurren a donar sangre. A nivel de la prevención terciaria, existen antivíricos contra el VHB y el VHC. Sin embargo, el acceso a los medicamentos activos contra estos virus es limitado. Actualmente, tres

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