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Heroina Y Embarazo


Enviado por   •  26 de Mayo de 2014  •  1.712 Palabras (7 Páginas)  •  289 Visitas

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INDICE

Pagina

Marco Teórico……………………………………… 2-6

Planteamiento……………………………………….. 7

Justificación………………………………………… 8

Hipótesis……………………………………………. 9

Objetivos……………………………………………. 10

Metodología………………………………………… 11

Cronograma………………………………………… 12

Bibliografía………………………………………… 13

Anexos……………………………………………… 14

Conclusiones………………………………………… 16

Marco Teórico

El término “droga” es un concepto rico en matices y acepciones según el contexto en el que se aplique. De entre todas las definiciones existentes, la que más se adapta al tema que nos ocupa es la proporcionada por Gisbert Calabuig[1], según la cual “drogas son todas aquellas sustancias que producen dependencia y que se emplean voluntariamente para provocarse determinadas sensaciones o estados psíquicos no justificados terapéuticamente.” Esta definición abarca a las sustancias psicoactivas consideradas como “drogas de abuso”, tanto legales (como el alcohol y el tabaco) como ilegales (cannabis, cocaína, opioides y anfetaminas, heroína, entre otras).

LA HEROÍNA: A finales del siglo XIX y mientras la morfina hacía estragos en toda Europa, una de las industrias farmacéuticas más prestigiosas, la Bayer, encargaba a su departamento de investigación de opiáceos la misión de obtener una droga con las ventajas de la morfina, pero que no crease adicción. Así fue como Dreser descubrió la heroína en 1874.

Los primeros ensayos con el producto se llevaron a cabo en 1898, en la clínica de la Universidad de Berlín. Los resultados fueron tan espectaculares, que en un principio se teorizó la posibilidad de haber conseguido un medicamento que ayudase a curar definitivamente la tuberculosis.

Poco después se intentaría atajar la morfinomanía administrando a los pacientes dosis de heroína, y los primeros resultados parecieron esperanzadores; la «enérgica» fue anunciada como la mejor terapia de deshabituación para opiáceos y remedio definitivo contra la tuberculosis.[2]

Los efectos de la dependencia provocados por las sustancias psicoactivas aparecen como un grupo de síntomas cognitivos, fisiológicos y del comportamiento que indican que una persona presenta un deterioro del control sobre el consumo de la sustancia y que sigue consumiéndola a pesar de las consecuencias adversas. La dependencia puede deberse a la adaptación fisiológica producida por la administración repetida de una sustancia (dependencia física) o a la tendencia biológica a mantener la estimulación (dependencia psicológica). Junto con la dependencia puede aparecer el fenómeno de tolerancia, una disminución de la respuesta a una dosis concreta de una droga con su uso continuado.

De manera general clasificamos las principales drogas de abuso según el efecto que provocan sobre el sistema nervioso central (SNC)

- Sustancias depresoras del SNC: Aquellas que provocan una ralentización del funcionamiento cerebral, pudiendo ocasionar desde desinhibición hasta coma, en un proceso progresivo de inducción al sueño, sensación de bienestar, analgesia y disminución de la capacidad motora. Las más consumidas son el alcohol etílico, los opiáceos (heroína, morfina, metadona), los tranquilizantes (generalmente benzodiacepinas) y los hipnóticos (barbitúricos y no barbitúricos).

- Sustancias estimulantes del SNC o psicoestimulantes: Aceleran el funcionamiento cerebral, activando el estado de alerta y vigilia y aumentando el tono vital de usuario (sistema respiratorio y cardiovascular). A su vez se dividen en estimulantes mayores (cocaína, anfetaminas y heroína fundamentalmente) o menores (como la nicotina y la cafeína).

El problema del consumo de sustancias de abuso en la población mundial va aumentando cada año y afecta a todas las clases sociales y grupos de edad1 (anexo 1).

El consumo de sustancias de abuso es especialmente alarmante cuando está asociado a determinados contextos: En el caso de mujeres embarazadas, menores de edad, y/o cuando está relacionado con conductas de riesgo, como la conducción de un vehículo o el inicio precoz de la actividad sexual. Estas situaciones específicas pueden implicar que las consecuencias derivadas del consumo de drogas se vean acusadas por las circunstancias concretas en las que éste se produce.

Numerosos informes y estudios epidemiológicos 3,4han puesto de manifiesto que la prevalencia de consumo más alta se produce, de forma general, entre la población joven. (anexo 2)

Existen pocos trabajos sobre la prevalencia del consumo de drogas durante el periodo gestacional, pero todos ellos apuntan a que ha sido infravalorado y que aumenta paralelamente a la disminución en la edad media de inicio en el consumo entre la población femenina en general.

Cuando la mujer está embarazada, es muy importante que viva saludablemente, que coma alimentos nutritivos, haga ejercicio, y descanse lo suficiente. Todas las drogas ilegales son peligrosas para una mujer embarazada, ya que pueden dañar su propia salud y la del feto, afectando el desarrollo prenatal.[5]

La heroína derivada del opio es una droga ilícita que causa fuerte adicción y un problema significativo en el embarazo. Aproximadamente el 80% a las mujeres adictas a esta están en edad reproductiva, y aunque estas drogas pueden causar irregularidades menstruales, el embarazo no es un acontecimiento frecuente en estos grupos. Las usuarias presentan dependencia física y su falta induce un síndrome de abstinencia que, en el caso de las embarazadas, también lo sufre el feto.[6]

El uso de esta droga eleva el peligro de un parto prematuro, bajo pero al nacer, dificultades respiratorias, hipoglucemia y hemorragias en los tejidos de la cabeza. [5] contribuye también a mayor mortalidad fetal o perinatal, con trastornos del comportamiento y la percepción, malnutrición, anemia, infecciones,

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