Infección En Cirugía
cesartpc28 de Noviembre de 2014
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Introducción
El manejo de las infecciones quirúrgicas es especialmente desafiante, debido a que estas condiciones con frecuencia son emergencias con riesgo de vida que requieren intervención operatoria inmediata o son complicaciones luego de cirugía electiva para enfermedades orgánicas subyacentes. En cualquier caso, el trauma tisular inevitable compromete las defensas locales del huésped y brinda un ambiente ideal para la invasión y multiplicación bacteriana. Aun con técnicas quirúrgicas asépticas modernas, el riesgo de contaminación bacteriana del sitio operatorio permanece alto, particularmente cuando no son usados antibióticos profilácticos o el régimen escogido es inapropiado.
A continuación, en este material desarrollamos por completo todo lo necesario y lo que hay que saber ante una emergencia como ésta. Además vamos a tratar otros temas como: Las Infecciones Hospitalarias, Cuidados de Enfermería y el Manejo de los Desechos Hospitalarios.
OBJETIVOS
General
Conocer la Infección en Cirugía
Específicos
Describir las generalidades de la Infección en Cirugía.
Describir las Infecciones Hospitalarias y los agentes causales, Cuidados de Enfermería y Manejo de Desechos Hospitalarios.
Infección en Cirugía
Las infecciones son procesos dinámicos que abarcan la invasión del cuerpo por microorganismos patógenos y la reacción que estos y sus toxinas provocan en sus tejidos.
Poco después del nacimiento diversos microorganismos colonizan las superficies externas e internas del cuerpo humano. Esta microflora usualmente no es nociva, no produce efectos patológicos detectables en los tejidos y puede ser benéfica. La flora intestinal normal constituye una barrera contra las infecciones entéricas.
Las infecciones se transforman en enfermedades francas cuando se altera el equilibrio entre el cuerpo humano y el agente causal.
Solo pocos microorganismos tienen efecto patógeno conocido en humanos.
Cuando disminuye la resistencia del huesped, la microflora nativa a veces participa en efermedades infecciosas.
Muchos microorganismos presentes en el interior y exterior del cuerpo con frecuencia son inocuos, aunque pueden causar enfermedad en ancianos, niños de muy corta edad y personas debilitadas.
No obstante más de 100 años de cirugía aséptica y más de 60 años de experiencia en el uso de antimicrobianos, las infecciones siguen siendo un problema para el cirujano. Empero, se han modificado los agentes causales, los estreptococos y los neumococos ya no son las principales causas, el estafilococo continua siendo causa de infecciones nosocomiales, mientras que las bacterias Gramnegativas, no patógenas, oportunistas, o invasoras secundarias, se han convertido en un problema de importancia.
La infección nosocomial se deriva de la transmisión de un microorganismo patógeno de un reservorio en el medio hospitalario, a un paciente previamente no infectado (Infección cruzada).
Cuando el microbio proviene del mismo paciente que sufre la infección se denominaautoinfección.
Muchas infecciones nosocomiales, son iatrógenas, es decir producidas por el médico y quienes colaboran con él. Los catéteres vasculares, sondas urinarias, respiradores, traqueostomías, son causas de infecciones en el postoperatorio.
Una infección quirúrgica es la que requiere tratamiento en el quirófano y aparece antes o como complicación de la terapéutica quirúrgica.
Las infecciones quirúrgicas se analizan con relación a operaciones en areas limpias o contaminadas, sitio o aparatos corporales afectados y actividades fisiopatológicas de los microrganismos causales. Entre estos los más frecuentes son estáfilococos, estreptococos, clostridios, bacteroides y enterobacterias.
La infección post operatoria se acompaña de un doble riesgo, primero, la infección misma puede originar toxemia o lesiones hísticas extensas y quizá septicemia. Segundo, los efectos locales de la infección, desaceleran la cicatrización de la incisión y pueden causar hemorragia o dehiscencia de la misma, sea cual fuere el caso se prolonga la hospitalización.
Flemones
El flemón es la inflamación del tejido conjuntivo, que puede aparecer justo debajo de la piel cuando se trata de un flemón superficial, o cerca de un órgano en el caso de un flemón profundo. El tejido conjuntivo es un tejido rico en fibras que sostiene y protege a los otros tejidos y órganos del cuerpo. Entre los casos más frecuentes de flemón superficial podemos mencionar el que concierne a los dedos (flemón que afecta frecuentemente a las vainas de los tendones). En cuanto a los flemones que afectan a un órgano cercano las amígdalas se ven frecuentemente afectadas (flemón periamigdalino). El flemón es de origen casi exclusivamente infeccioso y puede conducir a la destrucción del tejido y a la formación de pus. Contrariamente a un abceso, el flemón no está tabicado, está limitado en su extensión, y tenderá a no quedarse localizado y a extenderse. En ciertos casos puede evolucionar hacia un abceso compartimentándose: hablamos entonces de flemóm circunscrito.
Síntomas
El flemón a nivel del dedo generalmente afecta sólo un solo dedo: éste aparece rojo, caliente y muy doloroso, casi imposible tocar y de desplegar. Si afecta a una parte de los músculos que tienen como función la flexión de los dedos, lo que es a menudo el caso, el dedo queda flexionado. El flemón periamigdalino es más discapacitante: la inflamación de las amígdalas contrae los músculos de la mandíbula, lo que impide abrir la boca completamente y hace difícil la deglución y la ingesta de alimentos. Una fiebre elevada (40ºC) acompaña a estos síntomas.
Diagnóstico
El diagnóstico médico de un flemón en los dedes se realiza a menudo a través del examen clínico. Aparece la mayoría de las veces en el marco de la evolución de un uñero o como consecuencia de una herida descuidada que se extiende a estructuras próximas. El flemón que afecta a las amígdalas es muy a menudo una complicación de una angina bacteriana estreptococo. Generalmente, aparece en forma de una masa roja que invade una amígdala, y su diagnóstico es muy evocador en el marco de la evolución de una angina después de algunos días.
Tratamiento
En ambos casos, el tratamiento quirúrgico es esencial para evitar que la infección se extienda. Para el dedo, procedemos a la ablación de los tejidos muertos y a la limpieza de la vaina afectada. El dedo después a menudo es inmovilizado en flexión con una férula, y se prescribe un tratamiento antibióticodurante varios días. La operación de un flemón que afecta las amígdalas consiste, por su parte, en una incisión y un drenaje quirúrgico de la infección. Se complementa con un tratamiento con antibióticos, mientras que una extirpación de las amígdalas es necesaria en los meses que siguen para evitar toda recidiva.
ABSCESO
Es la acumulación localizada de pus, rodeada por un area de tejido inflamatorio en que son intensas la hiperhemia e infiltración leucocitaria.
Exteriormente se puede visualizar como una zona tumoral o bultuosa, pudiendo o no tener, edema de piel y tejido celular.
En algunos casos presenta rubor intenso de la piel que lo recubre, que puede además tener el aspecto de piel de naranja por alteración del drenaje linfático superficial.
Todas estas manifestaciones dependen de la profundidad en la que se encuentre el absceso y de la magnitud del proceso inflamatorio, pudiendo llegar a tener necrosis (tejido desvitalizado) manifestada como placa de necrosis o esfacelo.
Tratamiento de los abscesos que tienen posibilidad de acceso quirúrgico desde la superficie: Se realiza la antisepsia quirúrgica, amplia, con los antisépticos de uso común, ej.: povidona iodo o alcohol iodado. Se realiza anestesia local infiltrativa, con lidocaina al 0,5, 1 o 2 %, en tridente o en rombo, por lo general en varios planos.
La incisión se hace sobre la zona de máxima fluctuación, por lo general transversalmente al eje mayor del cuerpo, se profundiza hasta que fluye pus.
Se recomienda que la incisión sea amplia, pués de este modo favorecerá el drenaje continuado de la lesión, permitirá que material relativamente consistente, necrótico, se exteriorice espontaneamente, o pueda ser extraido por maniobras instrumentales.
La incisión amplia, además posibilitará, la ruptura de las trabéculas intra-abscedarias, unificando la cavidad en las lesiones multiloculares.
Existen abscesos de localización profunda, craneales, intracervicales, torácicos, abdominales, pelvianos, de los miembros, que se detectan por Rx., ultrasonografía, TAC o aún RMN, pudiendo en ocasiones requerirse el uso de gammagrafía con galio, que es un marcador de tejidos inflamatorios o necróticos, para confirmar su presencia.
El tratamiento de cada uno de estos abscesos profundos, es resorte del especialista y su terapéutica será considerada al estudiar los diversos órganos o sistemas afectados.
Lo común e indiscutible en el tratamiento de cualquier tipo de absceso, es la conveniencia de realizar la profilaxis antibiótica, previa a la apertura y drenaje de los mismos, con el fin de combatir la bacteriemia que se produce
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