Influencia de las emociones en los trastornos alimenticios

Desde siempre alimentarse es indispensable para vivir, ello ha sufrido constantes cambios, en la medida que el ser humano ha evolucionado para adaptarse a las distintas circunstancias de vida presentadas por el medio en el que vive. En los últimos cincuenta años que en toda la historia estos cambios han sido mayor, debido a los diferentes avances y cambios que ha sufrido la sociedad; el avance socio económico, tecnológico y los cambios técnicos de producción, lo cual ha producido un incremento significativo en el consumo de alimentos, lo que conlleva, a una población que mayoritariamente compra más alimentos de los que consume.

Es por ello, que estas compras desmedidas de alimentos, viene acompañada, generalmente, de una alimentación desorganizada y desbalanceada, sumado a un sedentarismo físico y gasto de energía de los consumidores. Y si se le añade además que la sociedad conduce a las personas a adoptar este tipo de comportamiento, a lo cual se le debe agregar la creencia o la antítesis de una imagen de cuerpo perfecto, belleza y delgadez. Es un mensaje ambivalente de comer mucho pero mantenerse delgado y bello.

Es así como esta dicotomía entre el consumo excesivo de alimentos y mantener una imagen perfecta, puede ocasionar en algunas personas altos niveles de ansiedad y estrés, que generan a su vez problemas emocionales, convirtiéndose esto en un detonante de algún trastorno alimentario. Siendo esto uno de los múltiples los factores que pueden desencadenar trastornos de este tipo, en el cual las emociones guardan una estrecha relación con hechos traumáticos y situaciones difíciles de resolver que son determinantes de sus vidas.

Se puede entonces afirmar que, las emociones son una especie de sensor que alerta cuando algo inusual está sucediendo, sin embargo, en la mayoría de los casos no son atendidas de inmediato y las mismas se convierten en permanentes, generando ciertas conductas y a su vez perjudicando el organismo, que es el receptor de todo lo que se vive y se consume, produciendo desgaste físico y mental que ocasiona enfermedades físicas o psicológicas, que si no son atendidas adecuadamente pueden conducir a la muerte.

La actual sociedad en la cual está inmerso el ser humano, se ha convertido en una generadora de personas con múltiples problemas emocionales, y causantes de distintos trastornos alimentarios, siendo algunos de ellos la no ingesta, la poca ingesta o la ingesta compulsiva de alimentos, tema que se abordará en este estudio.

En el caso que atañe a esta investigación, referido a la ingesta compulsiva tiene frecuente comorbilidad con otros como depresión, trastornos ansiosos, trastornos adaptativos, trastorno por estrés posttraumático, entre otros, así también con diferentes problemas como la baja autoestima, la existencia de maltrato físico y psicológico en la familia y/o con la pareja, la existencia de abuso en la infancia o adolescencia. Este

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