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Integridad, Variabilidad Y Diversidad En Educación Física

280319917 de Abril de 2013

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Introducción

La diversidad, vista en términos pedagógicos podría definirse como lo diferente, lo no semejante, la distinción cualitativa y cuantitativa en la formación de los sujetos (alumnos1 y profesores) y en la vida material y espiritual de éstos. Mientras, la integralidad hace mención al grado de unidad del proceso educativo, a la integración de distintos ámbitos: cognitivo-afectivo, motriz, de actitud, en la formación de la personalidad de los escolares y en la organización y funcionamiento de grupos sociales.

La diversidad en Educación Física abarca múltiples aspectos tales como tendencias psicopedagógicas diversas, diferencias individuales manifiestas entre los niveles de desarrollo de los alumnos, diversidad de contextos socio-culturales en que ella se desarrolla, enfoques curriculares diferentes, diferencias en la formación profesional de los docentes, entre otros. La integralidad, sin embargo, es entendida como una intencionalidad educativa que ha de lograrse en la diversidad.

Pero esta intencionalidad educativa de acuerdo con las concepciones más actuales de aprendizaje motor tiene que basarse en gran medida en la variabilidad, entendida como la variación de las condiciones de práctica adaptada a las condiciones evolutivas para que, mediante dichas variaciones, durante su movimiento tenga que adaptar su respuesta y tomar decisiones.

Integralidad, variabilidad y diversidad son categorías diferentes que han de darse como una unidad en el proceso educativo para lograr una mayor contribución de la Educación Física a la formación global de la personalidad, utilizando las actividades físico-deportivas.

Según el documento principal de trabajo preparado por la UNESCO para PROMEDLAC V (Proyecto Principal de Educación para América Latina y el Caribe, 1995), las instituciones escolares "reclaman personal más profesional que pueda superar lo que hizo hasta ahora, en especial, la aplicación del modelo frontal, en que el maestro habla y los alumnos escuchan pasivamente. Ahora es más evidente la necesidad de pensar la educación desde las competencias requeridas por los sujetos y la sociedad. Esto implica ampliar el número de actores sociales que definen los objetivos del currículum y diseñar modalidades pedagógicas que formen individuos creativos, [...] que sean capaces de identificar problemas [...] y que opten con racionalidad entre alternativas".

Fundamentándonos en estas ideas aportamos, en este artículo, una reflexión respecto a la necesidad de cambios en el área de la Educación Física en América Latina, apoyándonos en la diversidad, variabilidad y con un objetivo claro de integralidad.

2. Contemporaneidad y Educación Física

La Educación Física en la época contemporánea ha experimentado un amplio desarrollo de diversos modos de práctica física, en lo que han influido múltiples factores.

Los avances experimentados por las Ciencias Sociales (Psicología y Pedagogía), el gran impacto de los Juegos Olímpicos de la era moderna y del deporte como fenómeno sociocultural contemporáneo, la necesidad de lograr un mejor uso del tiempo libre y de luchar contra el sedentarismo que genera el desarrollo económico y la urbanización, el cuidado del medio ecológico y la mejora de la calidad de vida, entre otros, se han erigido en agentes de los cambios operados en esta esfera.

La influencia ejercida por estos factores en los profesionales de Educación Física favoreció el surgimiento y desarrollo de diversas corrientes que constituyen distintas maneras de entender y desarrollar la Educación Física como son: la Psicomotricidad, la Expresión Corporal, la Sociomotricidad, el Deporte Educativo, etc. Estas corrientes contemporáneas de Educación Física han enriquecido ampliamente la epistemología de esta joven materia interdisciplinar.

Pero algo significativo en el surgimiento y desarrollo de dichas tendencias ha sido su aplicación como "modas", lo cual ha venido teniendo lugar, cada vez con mayor ímpetu en estas últimas décadas, y como afirma Blázquez (1992) en el prólogo de Devís y Peiró (1992): "[...] provocando en muchos profesionales la sensación de ir viajando en un tren a excesiva velocidad, que nos lleva a un destino difícilmente predecible por nosotros mismos". Por tanto, "es necesario buscar un camino que permita encontrar a la educación física su propia pertinencia, independientemente de los modismos por los que atraviesan las prácticas corporales en su conjunto" (Blázquez, 1988).

Este planteamiento evidenciaba un problema a resolver: ¿cómo transformar esta fragmentación de tendencias, con sus valiosos aportes, en una diversidad ordenada? Este es un problema científico que ha venido siendo abordado desde las Ciencias Pedagógicas y en particular, por la Educación Física.

3. Hacia la integralidad, la variabilidad y la diversidad

3.1. Integralidad en Educación Física

La Educación Física desde el punto de vista epistemológico, según Cecchini (1996), presenta dos objetos de estudio bien definidos. Por una parte el "movimiento humano", del cual se derivan tres enfoques: el pluridisciplinar, el interdisciplinar y el estructural, y por otra parte, "la relación físico-educativa". Es precisamente la relación físico-educativa la que permite una visión integral de la Educación Física no centrada en una tendencia específica, ni en el movimiento, sino en la persona, en el sujeto que, a partir de su acción motriz, actúa y se compromete en la actividad físico-deportiva, a la vez que se recrea y desarrolla relaciones de convivencia con sus coetáneos.

Algunos destacados autores han reclamado para su tendencia la categoría de enfoque integral. En este sentido podemos citar como ejemplos, el método psicocinético (Le Boulch, 1969), el cual es definido por el propio autor como "un método general de educación que utiliza como material pedagógico el movimiento humano en todas las formas" o la Praxiología de Parlebas, quien consideraba, según Rodríguez (1995), "que antes había fragmentación desordenada hasta que el autor descubre que el objeto es la conducta motriz y desde entonces se convierte en una diversidad ordenada. Pero realmente, el poder aglutinador, ordenador y unificador se lo da la pedagogía, no el que su objeto sea la conducta motriz...".

En los últimos tiempos se ha hecho cada vez más evidente la necesidad de un enfoque integral físico-educativo que supere la anterior etapa de tendencias contrapuestas, lo cual se aprecia en un grupo importante de autores. Veamos algunos ejemplos:

• La actividad física sobre el ser humano no ha de estar centrada en el movimiento sino en el ser que se mueve. Por tanto, su efecto "nunca es parcial, cualquier intervención sobre él afecta a todo el sistema. De ahí su proyección integradora" (Lagardera, 1988, citado por Castañer y Camerino, 1993).

• "La educación física es ante todo y sobre todo educación, [...] es una dimensión particular del fenómeno educativo, un proceso de relación físico-educativa, [...] La educación física pretende un enriquecimiento de la persona en relación consigo mismo, con otras personas y con el mundo que le rodea" (Cecchini, 1996).

• El fenómeno físico-educativo como objeto de una Educación Física integral, es reafirmado también por Cagigal (1979) al considerarla una educación del hombre (ámbitos cognoscitivos, afectivos y motores) por medio del movimiento.

Otro aspecto relevante a considerar dentro de la integralidad es asegurar el proceso de desarrollo en los tres elementos naturales en los que se puede desarrollar la persona: tierra, agua y aire. El marco de actuación en el medio terrestre ha sido ya estandarizado desde hace bastante tiempo, como se puede observar a través de la materia especializada. Pero, por el contrario, ni en el medio aéreo ni en el acuático, se han puesto en práctica con demasiada asiduidad. Por lo que respecta al desarrollo en el medio aéreo, necesitaríamos de un aparataje para crear zonas ingrávidas, situación altamente costosa y poco frecuente en su realización. Por lo que respecta al medio acuático, apostamos por su puesta en práctica, si no en instalaciones propias, en la de los entes locales, como manifiestan Moreno y Gutiérrez (1998 a), consiguiendo así, un desarrollo más integral.

Las actuales concepciones de un currículum abierto exigen sobre todo una actuación profesional pedagógica acorde con las exigencias sociales y de un profesor de Educación Física capaz de ser un orientador, un investigador, un creador dentro del proceso enseñanza-aprendizaje para dar respuesta a la necesidad de lograr la integralidad en la diversidad. Utilizando palabras de Blázquez (1988), "cada uno de sus alumnos es una realidad en desarrollo, cambiante en razón de sus circunstancias personales y sociales". Por ello, un problema muy actual es cómo lograr materializar, a través de vías concretas, la integralidad del proceso enseñanza-aprendizaje, caracterizado por un enfoque integral físico-educativo, en una diversidad donde están presentes las diferencias individuales y sociales de los alumnos, así como la diversidad de contextos donde este proceso se desarrolla.

Desde nuestro punto de vista, para poder abordar científicamente este problema y comprender lo que significa lograr la integralidad en la diversidad, es necesario partir del enfoque histórico-cultural como premisa de la concepción pedagógica y entender la relación existente entre aprendizaje y desarrollo. Partir de este enfoque significa, según González, en colectivo de autores (1995),

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