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Introducción general Bioética


Enviado por   •  26 de Abril de 2021  •  Informes  •  5.544 Palabras (23 Páginas)  •  56 Visitas

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INTRODUCCIÓN GENERAL

INTRODUCCIÓN GENERAL

Es conocida la definición de bioética dada por la Encyclopedia qf Bioethics, «estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud. examinada a la luz de los valores y de los principios morales» (New York 1978, vol. I, p. XIX). De ahí que el saber ético tenga un doble objeto: el obrar del científico y el obrar del médico.[pic 1]

Aun para quien conoce poco la Historia de la Medicina, resultará inmediatamente claro que, al menos prima facie, la bioética tiene su precedente en la ética y/o en la deontología médica. Sin embargo, como veremos, no se trata en realidad de la misma disciplina. La ética médica tiene un ámbito (un «objeto material») mucho más restringido. Atañe sólo a la práctica de la medicina, mientras que la bioética no está per se limitada a esta práctica, aun cuando, en nuestra sociedad. algunos de los problemas que afronta la bioética de ordinario deban ser resueltos por los médicos.

Por lo que se refiere al ámbito de las ciencias de la vida, la definición antes citada podría inducir a pensar que la bioética, en definitiva, se identifica con la ética de la ciencia. Generalmente, hoy se entiende por ética de la ciencia el conjunto de las leyes que deben regular el uso de la razón que quiere manifestarse como uso científico. Más precisamente: los criterios para discernir entre un proceso racional científico y un proceso racional no científico. Esta definición tiende a identificar ética de la ciencia y epistemología de la ciencia, basándose en el axioma de que es deshonesto afirmar como verdad científica lo que se afirma sin acatar el método científico propiamente dicho. Es fácil ver cómo una ética de la ciencia así entendida no puede agotar la definición de la bioétiêa. Por la sencilla razón de que el hombre puede usar bien o mal un saber alcanzado mediante el acatamiento absoluto de las reglas del saber científico. He aquí un problema, pero no el problema central de la bioética.

La definición de la Encyclopedia of Bioethics debe. por tanto, ser rigurosamente repensada, aunque no necesariamente abandonada.

Puede ser útil comenzar por la delimitación del ámbito u objeto material de la bioética. Podemos sostener, de modo todavía muy genérico, que está constituido por el ámbito de la vida (bio-ética). Sin embargo, el ámbito propio de la ética es exclusivamente el actuar humano (bioética). En conclusión: el objeto material de la bioética es el actuar humano en el ámbito del reino de la vida. Ahora bien, el actuar humano puede ser reconducido al saber y al obrar estrictamente entendidos (uso del saber). De aquí que el ámbito de la bioética se nos presente como el conocimiento científico de la vida y del uso de este saber.

De esta definición de bioética, acerca de la cual creo que hoy existe cierto consenso, aunque sea bajo diversas formulaciones, deriva de inmediato un corolario muy importante. La bioética no es sino un campo particular de la reflexión ética general: una nueva ética especial. De esto se deriva que su tarea no es la de determinar y elaborar nuevos principios éticos generales, sino la de aplicar los principios generales a los nuevos problemas que se ofrecen a la consideración de la acción humana en el reino de la vida. Pero, es precisamente en este punto donde surgen todos los problemas epistemológicos de la bioética sobre los que la presente introducción pretende reflexionar, con el fin de situar teoréticamente la presente obra en el contexto de la literatura bioética contemporánea.

He dicho que se trata «de aplicar los principios generales a los nuevos problemas». La fórmula es sólo aparentemente simple. ¿Qué significa «aplicar»? primer problema; ¿qué significa «nuevos problemas»? segundo problema; ¿qué significa «principios generales»? tercer problema. Puesto que es una buena regla didáctica comenzar por lo más fácil, empezaremos por la segunda pregunta que es, sin duda, la más simple de las tres.

¿Qué novedad?

No es difícil responder a la primera pregunta. Digamos que se trata, ciertamente, de una novedad de contenidos: en estos últimos decenios la ética ha debido afrontar nuevos problemas derivados del desarrollo de la investigación científica. Sin embargo, no es ésta la novedad sobre la que quiero fundamentalmente llamar la atención. Se trata más bien de ver cómo ese desarrollo puede haber suscitado problemas que exigen una profunda revisión de la teoría ética como tal. Nos servirá de ayuda el análisis de H. Jonas (1991), al que, sin embargo, es necesario añadir algunas precisiones.

La tesis de H. Jonas es esencialmente la siguiente: hasta ahora todas las teorías éticas estaban tácitamente fundadas sobre determinados presupuestos fundamentales; pero la investigación científica actual, y la técnica por ella generada, han puesto en duda, de forma radical, esos presupuestos; de ahí que la ética precedente no sea ya capaz de afrontar y resolver los nuevos problemas. Por consiguiente, tendremos una triple novedad.

La primera. Hoy se suscitan problemas totalmente nuevos que la ética tradicional no podía ni siquiera prever. Por ejemplo. era hasta tal punto obvio que las condiciones para la concepción de una persona humana no se podían dar fuera del acto sexual, que la ética ni siquiera se planteaba una pregunta como ésta: ¿sólo el acto sexual (conyugal) es digno de proporcionar las condiciones de la concepción? Es la novedad que antes hemos llamado de contenidos.

[pic 2][pic 3]La segunda. Según Jonas, sin embargo, la mayor novedad es el cuestionamiento de los presupuestos de toda teoría ética. ¿Cuáles eran estos presupuestos? Según el ilustre pensador eran tres. La condición humana, determinada por la naturaleza del hombre y por las cosas, era siempre fundamentalmente idéntica, establecida de una vez para siempre. Dado el carácter permanente de la condición humana, era posible decidir cuál era el bien del hombre y, sea como fuere, la pregunta sobre el bien del hombre como tal era una pregunta sensata. El alcance de la acción humana y, por tanto, de la responsabilidad humana, estaba rígidamente definido. Ahora bien. ¿por qué y cómo han sido cuestionados estos presupuestos? En primer lugar, la ciencia ha dado al hombre un poder tal sobre el hombre, que éste puede incluso modificar estructuras de la persona que hasta hoy se consideraban intangibles. Jonas escribe sugestivamente: «La ciudad de los hombres, tiempo atrás apenas una concha en el mundo extrahumano, se extiende hoy a la naturaleza terrestre en su totalidad y le usurpa su puesto. Ya no existe diferencia entre lo natural y lo artificial: lo natural es absorbido en la esfera de lo artificial y, al mismo tiempo, la totalidad de los artefactos, las obras del hombre, que influyen sobre él y mediante él, genera una verdadera naturaleza, es decir, una necesidad con la que la libertad humana debe enfrentarse en un sentido completamente nuevo» (en Dalla fede antica all'uomo tecnologico, pág. 52). Este hecho genera la crisis de otro presupuesto. Las consecuencias del actuar humano se han ampliado hasta el infinito; piénsese en las aplicaciones de la técnica del DNA recombinante en las células germinales humanas: una posibilidad que, aplicada. podría tener consecuencias sobre la especie humana como tal. Y en estas condiciones, desde el momento en que el mismo ser humano se ha vuelto fugaz, tiene todavía sentido preguntarse cuál es el verdadero bien del hombre.

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