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La Envidia


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2013  •  2.591 Palabras (11 Páginas)  •  418 Visitas

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“La envidia es al mérito lo que la cobardía al valor” Dice el poeta mexicano Ignacio Manuel Altamirano sobre ese tema. Hablar de la envidia es hablar del uno de los sentimientos más antiguos y corrosivos de la humanidad y en especial es hablar de un sentir muy mexicano. El gran escritor, poeta, ensayista, traductor, novelista y cuentista Mexicano José Emilio Pacheco, que nació en la ciudad de México DF el 30 de Junio de 1939 y que a lo largo de su vida a ganado diversos premios y reconocimientos importantes, en algunos de sus cuentos y novelas nos habla a cerca de la hipocresía, egoísmo, y varios prejuicios de la sociedad que solemos tener los Mexicanos, como en el cuento “La zarpa” que no es más que una confesión que hace la protagonista llamada Zenobia a un cura en donde admite que tiene envidia a su mejor amiga y que no se acongoja, no se arrepiente por ello. Ella es la típica amiga que vive en la sombra la que por lo mismo se siente inferior, que se destroza cada vez que su amistad consigue algún éxito o tiene algún atributo que a ella le hubiera gustado tener, dice Zenobia “¿por qué las cosas están mal repartidas? ¿Por qué a Rosalba le tocó lo bueno y a mí lo malo? Fea, gorda, bruta, antipática, grosera, díscola, malgeniosa”.

Pero ¿qué es la envidia? La envidia suele definirse según la REAL ACADEMIA ESPAÑOLA como “pesar del bien ajeno”, más que nada es un estado mental o sentimiento en el cual se sufre y se siente desdicha por no poseer bienes materiales, cualidades u otros tipos de cosas que otros tienen y no privar de algo a alguien. Es un sentimiento desagradable que se produce por percibir en alguien algo bueno, algo que siempre se a querido obtener pero no se a logrado por la incapacidad que se tiene, es tan malvado que ocasiona que se intente dañar a el envidiado física o psicológicamente solo para sentir satisfacción y para sentirse mejor consigo mismo y es que viene de la mano con el odio, dolor, rencores y un sentimiento grande de inferioridad, “La envidia es un buitre que se alimenta de sus propias entrañas” según Ignacio Manuel Altamirano, y es cierto hace que uno mismo se destruya, saca todo lo bueno y engendra en ti malos pensamientos y sentimientos, es un cruel titiritero que controla la vida, que te dice que hacer, que se empeña por tratar de perjudicar y de hacer sentir menos a los demás, que siempre te recuerda que eres inferior, que nunca as logrado nada en tu miserable vida, que hay alguien más por allí que todos los premios se los lleva, que siempre con su carisma conquista a las chicas, que con su simpatía le cae mejor a las personas. El psicoterapeuta José Luis Cano, señala que “a escala individual, la envidia suele formar parte de muchos trastornos psicológicos y de personalidad; en las relaciones personales y de pareja, está involucrada en muchos conflictos y rupturas” y si, como dice Cano, la envidia hace que su portador se relacione de mala manera con las personas, se tiene un fracaso para socializar y a establecer relaciones sentimentales pues no hay confianza de su parte, por eso se llega a fracasar y por lo mismo se aísla y se encierra en su pequeño mundo fracasado del yo.

Antes de todo Es importante saber que surge desde la niñez, cuando los niños principalmente que cuentan con un hermano menor ven a sus padres como adoran a su pequeño hermano, que lo acurrucan al igual que lo hacían antes con él, también si los padres del pequeño son envidiosos, estos siguen su ejemplo y al observar a sus padres es más que hecho que los niños también lo desarrollarán, y si no se corrige con el tiempo puede llegar a ser un arma letal tanto para el que lo siente como para el envidiado.

Pacheco desde las primeras líneas de su obra hasta las ultimas hace que nos identifiquemos, que sintamos nuestra su historia, pues ¿quién no a sentido envidia alguna vez en su vida?, a mi por ejemplo cuando era niño sentía envidia cuando alguien llevaba al jardín de niños algún juguetes bonito, y yo les decía que estaban bien feos, que los míos eran mejores, quería que mi amiguito también sintiera envidia con mis cosas, pero como no puede ocurrir esto si somos humanos y es natural que eso suceda, tal ves se a envidiado a un primo o a un amigo, compañero de clases o de trabajo, pero siempre es a una persona conocida con la cual se haya tenido una conversación, es mas fácil sentir envidia a alguien que se conoce que a uno que nunca se ha visto y menos entablado una conversación, pero algunos se dejan manipular más de la cuenta pues son débiles mentalmente y casi siempre tienen muy baja autoestima, no se valoran ni ellos mismos, no tienen un control de sus estados mentales, y más que nada la envidia es un sentimiento de mediocridad por que los envidiosos en vez de aceptar sus carencias y percatarse de sus deseos y cualidades y cultivarlas, odia y desearía destruir a toda persona que les recuerda su inferioridad. Y no es que la vida sea injusta y reparta cosas desiguales a cada uno de nosotros, a algunos les da menos que a otros pero esto lo hace para que se valoren las pocas cosas que uno tiene, sentirse felices con aquellas, sacarles el mayor provecho, pero en lugar de ello solo se sientan a planear como vengarse de la persona que le quito lo que por “derecho le correspondía” y es que la envidia tiene numerosas formas de expresión además de la venganza entre ellas están las críticas, ofensas, dominación, rechazo, difamación, agresiones, rivalidad. Un fragmento de el poema “Gloria” de Salvador Díaz Mirón dice: “Inútil es que con tenaz murmullo exageres el lance en que me enredo” La ofensa y la critica son las armas más utilizada por este tipo de persona, pretende arruinar la vida social buscando defectos o algún error que se allá cometido para empezar a criticar y cuando no los encuentran, convierten la mentira en verdad, tratar de difamar es lo que en verdad los motiva, pareciese que no tuvieran vida propia, pues solo esta allí para hacerte ver los errores y no tus victorias, se podrían decir que sin uno no pueden vivir, dependen de la persona envidiada, sin ella no sabría ni que hacer, seria alguien “inerte”, este tipo de personas solamente ocasionan risas, que patéticos son.

Dice Ignacio Manuel Altamirano “El mayor castigo que puede imponerse a la envidia es el desprecio. Hacerles caso es permitirle saborear un síntoma de victoria” y claro no hacer caso es la mejor forma de combatirla, les duele más a ellos que no se les haga caso, pero la critica es un arma de doble filo, pues si, dañan a uno, pero el que sale mayormente perjudicado es el mismo por que tarde o temprano la verdad sale a flote y solamente queda como un chismoso. Estos son el tipo de gente que no les importa verse destruidas si el envidiado también lo está y lo peor es que les interesa nada más ver caer al adversario, se pasan toda la vida queriendo ver eso, la desperdician al igual que Zenobia que no se casó, que vivió siempre pensando en que su amiga Rosalba fracasaría que encontraría la misma desdicha que ella poseía pero por más que pasaran los años no cambiaba pues en un momento dado después de tanto tiempo se la encuentra “más linda y elegante que nunca, en plenitud, como suele decirse. Me sentí tan mal que me hubiera gustado verla caer muerta a mis pies.”

También el cuento del escritor Mexicano nos dice a gritos que la sociedad de su país carece de honestidad, de buenos sentimientos hacia su prójimo, de solidaridad, y si, los mexicanos somos muy envidiosos y para argumentar este concepto existe un fabula que nos habla de la realidad de nuestra sociedad:

“Resulta que fue un mexicano al mercado de mariscos y después de comer unos tacos de pescado, decidió comprar unos cangrejos, de esos que venden vivos y los tienen en canastas. Pasó al primer puesto y el encargado le enseñó unos cangrejos dentro de una canasta bastante alta, la cual estaba tapada con una tabla, el mexicano le preguntó: “Por qué están tapados con una tabla?”, Ah!, -dijo el vendedor- es que son cangrejos gringos, y si no los tapo, pues empieza uno a escalar hasta que por esfuerzo propio salta de la canasta y se escapa, y si no los tapo, pues me quedo sin cangrejos!!. Umh! -expresó el mexicano y se fue al siguiente puesto-, ahí estaba una canasta mucho más alta y tapada con una tabla y dos ladrillos. Como resultado de la misma pregunta el vendedor dijo: “Son cangrejos japoneses y cuando uno se quiere escapar, empieza a apoyarse en los demás, y éstos van empujándolo hacia arriba apoyados en otros y así sucesivamente, de tal manera que se forma una pirámide hasta el borde y entonces el cangrejo se escapa. Oh!, que bien -pensó el mexicano y se fue al último puesto-, ahí estaba una canasta de cangrejos con un pequeño borde y destapada. ¿Y esta por qué está tan desprotegida, no le da miedo que se le vayan a escapar? –pregunta al vendedor- No, no hay problema -dice éste- son cangrejos mexicanos, cuando uno está tratando de sobresalir, entre todos se encargan de jalarlo pa’bajo…” la moraleja de esta fabula no nos deja un aprendizaje, más bien nos habla de una triste verdad y es que vivimos en un país en donde en lugar de ayudar a un compatriota que tiene talento, que tiene esperanzas de salir de este agujero en donde nos encontramos, buscamos mil maneras para hacer que fracase, es cierto que nos fastidia el éxito ajeno, no queremos aceptar que otro tenga un gran atributo con el cuál pueda llegar a grandes cosas, intentamos para ello por todos los medios posibles destruirla y que viva al igual que uno, en el fracaso y claro este pecado capital es muy Mexicano pues desde la época prehispánica los pueblo rivales de los Mexicas sentían envidia de ver con gran esplendor esa cultura que con su dedicación y esfuerzo llegaron a ser la civilización más gloriosa de Mesoamérica, y tan grande fueron esos malos sentimientos que a la llegada de los españoles a tierras mexicanas, los ayudaron a que pudieran los extranjeros someter a los Mexicas sin importarles que con ello también marcaría su destrucción. El mexicano se siente el padre de todo el continente Americano piensa que solo por estar dotado de grandes recursos naturales es el mejor de todos en el continente y cuando otro país comienza a sobresalir con los suyos, por ejemplo Brasil con el petróleo, dicen los expertos mexicano en el tema “es solo suerte, pronto se terminara el energético en esa fuente”, no se acepta que otro país halla sacado más provecho a sus recursos y solo se critica.

Y como evitar la envidia si es algo natural que atrae el éxito, siempre hay envidia, siempre, como dijo Altamirano “La envidia es el cáncer del talento” nunca van a faltar las criticas cuando se es bueno en algo, como por ejemplo como cuando obtenemos buenas calificaciones en la escuela siempre están las malas lenguas que dirán “ora ese, a quien le copio” o “¿cuanto le a de haber dado a el profesor para que obtuviera esa calificación?” es fácil hablar pero no hacer, Tal ves la verdadera razón por la cual se envidie es por el reconocimiento social que obtienen y no en si las cualidades o lo que lograron, es siempre importante para ellos lo que dice la gente, creen que así serán personas importantes, piensan que la sociedad tiene la razón y pareciese que La sociedad la creo, tal ves es la culpable de que surjan como este otros malos antivalores pues se la pasa diciendo que es bueno, que no, quien merece reconocimiento, critican a los que intentan pero no logran algo y esto ocasiona que no vuelvan a intentarlo, incitan a hacer cosas que están mal para ser aceptados.

¿Porque hay gente que no es sincera ni consigo misma?, ¿por que no admiten su envidia y tratan de salir de ella? deben de ver las cosas que tienen y valorarlas pensar que por el momento no se tienen aquellas cosas que se desean pero con el trabajo duro y dedicación algún día se obtendrán, se debe hacer una pequeña inversión y todo tiene su resultado, debemos de alegrarnos por los éxitos ajenos, hacer sentir a nuestra personas cercana que nos importan y que nos ponen feliz sus logros, apoyarlos y no sentir satisfacción cuando algo les salga mal, se debe sentir empatía.

Como sociedad mexicana estamos muy mal en cuanto la envidia, si nos apoyáramos unos con otros se vería la diferencia, no dudo de que si a si fuera México estuviera entre uno de los países mas desarrollados del mundo, si existieran más oportunidades para la gente de escasos recursos que quieran superarse, en este país sobran la gente talentosa e inteligente pero se dejan marchitar esas virtudes, seamos buenos compatriotas y apoyémoslos, no neguemos nuestra ayuda a quien lo necesite, ayudémonos, ayudemos a nuestro país.

Hay que tratar de que la envidia no sea un impedimento para crecer, si eres envidioso trata de sacarle un poco de provecho pues no es del todo mala, si se acepta y se ven los errores y defectos y se trabajan en ellos, crecerá un árbol de virtudes y emprendimiento, serás igual de capaz o hasta mejor que aquel que algún día se envidio. Tratar de compararse con otros sólo empeora las cosas, es mejor compararse consigo mismo autoevaluarse y darse cuenta de los pequeños logros que se han tenido y sentirse felices por ellos pensar en un momento en los errores que se han cometido y trabajar para no volver a repetirlos, ponerse a reflexionar y a pensar que de bueno trae el ser envidioso y es lógico que te priva de más cosas que las que da y también recordar en donde esta el origen de la envidia en ti y tratar de olvidarlo, solo así se podrá superar la envidia, no es malo sentirla en menor medida pero Si se puede evitar es mucho mejor, y como dice Altamirano “No tener envidia es un privilegio de salud que debe agradecerse a los dioses más que la salud física”, No sientas envidia por alguien, al final todos somos iguales, gozamos de las mismas oportunidades, la vida es equitativa aunque no lo parezca, a unos les da problemas para ser más duros, a otros otorga cosas buenas por que anteriormente sufrieron y ahora es su turno de ser felices. “si la envidia te a hecho crecer, eres mas fuerte de lo que crees.”

Somos tan afortunados en tener una familia y nunca debemos de envidiar a una persona porque el deseo de tener el otro tipo de vida solo es el desperdicio de la tuya, todos tenemos algo valioso. Nunca envidiemos otro si sobresale, porque cada quien tiene un talento o virtud escondido.

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