La enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es un mal que a afectado a la humanidad a lo largo de su historia. En la actualidad es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en la humanidad, afectando al 1% de la población. Esta es una enfermedad neuronal que afecta las extremidades producto de la falta de dopamina en el cerebro. Sin embargo, no siempre se supo esto.

Esta enfermedad, al afectar a la humanidad durante siglos, a sido vista y descrita de muchas formas. En la medicina de Mesopotamia (2012 – 2004 a.C.) se data, en el libro “Manual Diagnóstico Akkadian”, de un temblor de reposo, posiblemente como descripción de varios tipos de temblores entre estos el parkinsoniano. En China existe constancia escrita de esta enfermedad por lo menos desde 2006 a.C. y fue considerada como una carencia del Yin con respecto al Yan, al igual que la mesopotámica agruparon todos los tipos de temblores en una misma categoría. Inclusive en Egipto (1350 -1200) hay registros de lo que fue llamado como la sialorrea del anciano, según la opinión del profesor H. Smith, posiblemente asociada con el Parkinson. En esta se describe temblores y debilidad de músculos y mandíbula provocando babeo y perdida del control de su cuerpo.

Pero fue la medicina clásica hindú, la medicina ayurvédica, la que dio mayores aportes sobre esta enfermedad, en la antigüedad. Ellos la denominaron kampavata, Kampa que significa temblor y Vata que es la energía del aire. Este consistía en que al envejecer se acumulaban impurezas y males que alteraban el balance del cuerpo provocando estreñimiento, el característico de las personas de edad avanzada, que al juntarse a un estílo de vida que estimulaba la acumulación del vata, generando un desborde del mismo, que posteriormente va a dar al tejido cerebral y de esta forma dañara porciones del tronco encefálico. Causando temblores, problemas de rigidez, postura y movimiento.

No solo lo separaron de otros tipos de temblores, a diferencia de otras culturas, sino que también identificaron que la causa del mismo residía en el sistema nervioso central y diseñaron métodos terapéuticos relativamente eficientes. De estas hablaremos un poco más, más adelante en el Informe.

En Europa también hubo buenos descubrimiento sobre la enfermedad previos al estudio del Dr. James Parkinson. Uno de estos descubrimientos fue proporcionado por Galeno que logró describir de forma exitosa los temblores de reposo y lo diferencio del temblor postular y cinético. Otro fue proporcionado por el médico húngaro, Ferenc Papái Pariz, quien definió los cuatros síntomas cardinales de la enfermedad, describiendo exitosamente la misma. Sin embargo, sus estudios pasaron desapercibido probablemente por lo complejo de su idioma. Así se manifiesta en la revista “Parkinson´s disease and Related Disorders”, donde se intento enmendar este suceso.

En el siglo XVIII el médico Sagar, de Viena, se convirtió en una de las fuentes de los posteriores estudios del Dr. Parkinson al describir con claridad la marcha festínate, o acelerada, en un paciente con sialorrea. Inclusive el erudito del renacimiento, Leonardo Da Vinci, se interesó sobre esta enfermedad y empleó, en su descripcion de la misma, terminologías parecidas a las de la actualidad, llamando a la dificultad de movimiento “parlitic” y al temblor “tremanti”.

No fue hasta los estudios del Dr. James Parkinson que los autores europeos lograron aislar la enfermedad como una entidad nosológica. Como él la describió en su ensayo titulado “An Essay on the Shaking Palsy”. Demostró la capacidad de diagnosticar a seis pacientes con este mal. Determinando, tras una serie de interrogaciones a los enfermos, que el problema era más evidente de lo que sugerían sus antecesores en los textos clásicos. Inclusive al tener la oportunidad de darle seguimiento a varios de los casos pudo manifestar como este mal se iba desarrollando con el tiempo. En esta época los pacientes que sufrían de esta enfermedad lastimosamente terminaban confinados a sus camas rápidamente, por la falta de tratamientos, donde morían finalmente, consecuencia de infecciones.

Dentro de sus estudios uno de los primeros aspectos de gran importancia fue el descubrimiento de la característica insidiosa de esta enfermedad, los síntomas eran manifestados primero en una extremidad determinada y posteriormente se iban propagando al resto del cuerpo. Tras sus interrogatorios encontró que los pacientes reportaban debilidad, en la primera extremidad afectada, posterior a los temblores característicos de este mal. Esta conclusión fue consolidad al asegurarse que los pacientes no sufrieran de ningún síntoma reumático en dicha extremidad. También se fijó en otros síntomas no motores como la disfagia, sialorrea y el estreñimiento (cosa que ya había sido determinada por la medicina ayurvédica) que estaban previas a las manifestaciones de la enfermedad, pero se agravan con el desarrollo de la misma. Sugirió el usó de purgantes para ayudar a mejorar estos síntomas. También encontró problemas en las funciones cognitivas relacionadas a esta enfermedad como: el sueño perturbado, trastorno del lenguaje con hipofonía y mala pronunciación. Con estas conclusiones demostró más allá de las características de esta enfermedad, la importancia de un buen interrogatorio de parte de los médicos a sus pacientes como método más efectivo para determinar el origen y características de un padecimiento.

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