La función de la piel

“EL TACTO”

Seguramente en el transcurso de nuestra vida cotidiana, nos hemos preguntado como es que funcionan todos y cada uno de los organos que rodean nuestro cuerpo, y sencillamente coincidimos en que son algo indiscutiblemente maravilloso, un misterio tan complejo, por el que vivimos, vemos, escuchamos y en este caso sentimos.

Y cuando nos vemos a un espejo para contemplar nuestra belleza, talvez nos quedamos en ese punto de vanidad, pero nunca nos preguntamos, ¿qué es eso que envuelve nuestro cuerpo, por lo que sentimos frio, calor, dolor, satisfacción, cosquilleo, escalofrió…? pues la respuesta no es tan complicada y se compone de 6 letras “LA PIEL”, principal órgano interviniente del sentido del tacto.

Veamos entonces de que se trata.

La piel es el órgano más grande de nuestro organismo, y el órgano de mayor sensibilidad táctil, que no solamente se encuentra en las manos, sino que esta presente en todos y cada uno de los rincones que cubren nuestro cuerpo.

Este sentido es tan extenso y complejo que el organismo cuenta con cuatro millones de receptores para percibir una sensación tan común como es el dolor, 500.000 para sentir la presión, 150 mil para la percepción del frio, tan común y caracteristico de este valle de sibundoy, y 16 mil para el calor, típico del bajo putumayo, y de las zonas costeras colombianas.

Por lo tanto en primer lugar nos permite apreciar las sensaciones que vienen del medio externo: frío, calor, presión, textura, vibración, cosquilleo, así como el peso que sostenemos, la fuerza que nuestros músculos ejercen, etc. Sin duda la piel es como un sistema de antenas encargadas de captar las señales que nos manda el entorno, para posteriormente ser procesadas por nuestro cerebro, y asimiladas por nuestro cuerpo.

Es tan sensible que aun teniendo los ojos cerrados, podemos identificar objetos, texturas y, temperaturas. Sencillamente asombroso pienso.

Ahora esto a lo que llamamos piel, ¿es únicamente un gran trozo de tejidos vivos? No, por el contrario se compone de dos capas llamadas epidermis, y dermis.

La primera es la capa celular externa, la cual forma la cubierta protectora, su composición es de células que están en constante renovación, las nuevas provienen de una capa inferior y luego surgen para sustituir las desechadas. Es la parte visible, la que nosotros cuidamos con esmero, pues es lo primero que miran las otras personas cuando nos observan, es esa primera impresión, por la que también optamos por la utilización de cremas maquillajes y demás.

La segunda se compone de glándulas, vasos sanguíneos, folículos pilosos, terminaciones nerviosas libres y otras con una variedad de encapsulamientos, claro cada una con su respectiva función. Las terminaciones nerviosas: que comunican el modo en que cada uno siente las cosas que toca y que trabaja con tres obreros mas, el cerebro, el sistema nervioso, y los músculos ; para que el primero reciba la información enviada necesaria, y con este último para evitar algún daño al sujeto. Son celadores que nos alertan cuando algo nos puede lastimar o causar daño. Los vasos sanguíneos que aportan los nutrientes a las células para su buen mantenimiento, en pocas palabras sus padres quienes velan por su alimentación y buen desarrollo. Las glándulas que producen el aceite natural de la piel y que se especializan en lubricar, a toda costa no deben permitir que la piel se reseque. El folículo piloso encargado de dar crecimiento al cabello al ser la estructura cutánea más activa y dinámica de todo el organismo, seguramente sin ellos el mundo estaría lleno de calvos tanto hombres como mujeres, y finalmente los receptores sensoriales que detectan los cambios que se producen en el entorno. Todos tienen su razón de ser, y hacen parte de una estructura magnificamente completa.

Ahora detallemos como esas sensaciones como la temperatura y el dolor, tienen cavida en nuestros organismos, pues hasta el momento lo único que sabemos es que es gracias a la piel que podemos percibirlas.

Continuemos….

Todo ello es posible a pequeñas estructuras llamadas corpúsculos , que son receptores que están encerrados en cápsulas de tejido conjuntivo y distribuidos entre las distintas capas de la piel, epidermis y dermis

Los receptores encargados del tacto o de la sensación de contacto son los corpúsculos de Meissner, que nos permiten darnos cuenta de la forma y tamaño de los objetos y discriminar entre lo suave y lo áspero, entre una roca y una bola de cristal o entre una lámina de papel bond y una de lija.

Por su parte los corpúsculos de Pacini son los que determinan el grado de presión que sentimos; nos permiten darnos cuenta de la consistencia y peso de los objetos y saber si son duros o blandos, es decir que es por ellos que diferenciamos el peso de una bolsa llena de algodón y otra llena de tornillos, o de comprender que es posible introducir nuestras manos en una masa de harina mas no de poder hacerlo en una de cemento cristalizado.

Ahora

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