Lesiones En El Futbol
aminis25 de Abril de 2014
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LESIONES MÁS FRECUENTES EN EL FUTBOL
Son pocos los tipos de lesiones que componen el grupo de las lesiones propias del fútbol. Lógicamente, se localizan principalmente en las piernas de los jugadores. Por suerte, las graves son extremadamente raras.
En todos los deportes se producen lesiones como consecuencia directa de las acciones y movimientos que les son propios. La gran mayoría de las que ocurren en el fútbol revisten un carácter muy leve o leve. Entre las más frecuentes destacan las contusiones musculares (magulladuras) y los esguinces en las articulaciones.
Obviamente, lo mejor es prevenirlas. De todas formas, a continuación te ofrecemos algunos datos sobre las lesiones más frecuentes que podrías sufrir:
• Lesiones en los tobillos: El esguince de tobillo es la lesión que más frecuentemente, con diferencia, se produce en el fútbol. Aquí te explicamos por qué nunca debes tomarlo a la ligera.
Los esguinces de tobillo son las lesiones más habituales en el fútbol. Aunque quizás no se consiga impedir un primer esguince de tobillo, sí se pueden tomar precauciones para evitar sufrir más.
Los esguinces de tobillo presentan normalmente una misma pauta. La mayoría se producen cuando la planta del pie se flexiona hasta dañar los ligamentos de la parte exterior del tobillo, por ejemplo en un choque contra un pequeño saliente dentro del campo o con el pie de otro futbolista al correr o caerse. Un mecanismo típico en el fútbol es una entrada en la que un jugador golpea la parte interior de la pierna del adversario y provoca que el pie de este se flexione.
Existen además factores de riesgo personales, como la fortaleza del tobillo, la amplitud de movimiento y el control que se tiene sobre los movimientos. Estos factores de riesgo pueden mejorarse mediante ejercicios específicos, por ejemplo los incluidos en el “11+”.
Un factor de riesgo importante es haber sufrido ya una lesión de tobillo. Un aparato ortopédico semirrígido o de suspensión ayuda a impedir que la distensión empeore, y debe llevarse durante varios meses. Además, se puede realizar un entrenamiento de equilibrio suplementario utilizando discos de tobillo o un rola bola.
La mayoría de los futbolistas consideran el esguince de tobillo una molestia, pero es necesario proteger el tobillo para que no vuelva a lesionarse.
Síntomas y signos de esguinces de tobillo:
• Hinchazón: a los pocos minutos o paulatinamente, a lo largo de varias horas.
• Dolor al intentar mover el tobillo y al caminar.
• Agarrotamiento e incapacidad de poner todo el peso del cuerpo sobre el pie.
Primeros auxilios
Aplicar al tobillo lesionado el protocolo de protección, descanso, hielo, compresión y elevación.
• Lesiones en las rodillas: Una de las lesiones más graves que se pueden sufrir en el fútbol es el desgarro del ligamento anterior cruzado de la rodilla. Sin embargo, también otros partes de la zona pueden resultar afectadas.
La lesión de rodilla más temida es el desgarro del ligamento cruzado anterior (LCA). Pero cualquier lesión de rodilla puede mantenerte apartado de los terrenos de juego o causar problemas a largo plazo.
La rodilla es, junto con el tobillo, una de las articulaciones que los jugadores de fútbol se lesionan con más frecuencia. Los impactos directos (por entradas o por golpes) o indirectos (giros, torceduras) pueden afectar a ligamentos (particularmente al ligamento cruzado anterior), tendones o cartílagos.
El LCA es uno de los principales ligamentos estabilizadores de la articulación de la rodilla que impide el movimiento excesivo de la parte inferior de la pierna respecto a la superior. El 70% de todas las lesiones de LCA ocurren sin contacto con otro jugador. Los lances del fútbol que más lesiones de este tipo provocan son las pisadas de frenado después de una carrera, los cambios súbitos de dirección, los aterrizajes con la rodilla y la cadera extendidas, o los lapsus de concentración.
Si te desgarras el LCA, podrías perderte entre seis y nueve meses de competición como resultado de la lesión. En cerca de los dos tercios de todos los desgarros completos de LCA también se producen daños en otras estructuras de la rodilla. Los desgarros completos de LCA frecuentemente acarrean problemas a largo plazo, entre ellos la inestabilidad de la rodilla y la aparición temprana de artrosis en dicha articulación, un trastorno normal entre las personas mayores como consecuencia del envejecimiento.
La lista "11+" te enseña cómo ejecutar los movimientos mencionados de manera que se reduzca el riesgo de lesión del LCA y de cualquier otra lesión de rodilla.
Síntomas
• Chasquido o crujido de la rodilla en el momento de la lesión.
• Dolor, hinchazón, incapacidad para enderezar completamente la rodilla.
• Incapacidad para hacer esfuerzo con la rodilla, que da la sensación de estar suelta o inestable.
Primeros auxilios
Aplicar a la rodilla lesionada el protocolo de protección, reposo, hielo, compresión, y elevación.
• Lesiones en los isquiotibiales: Los isquiotibiales son los músculos situados en la parte posterior del muslo. Sufren frecuentes lesiones como resultado de los cambios de velocidad y de los movimientos bruscos.
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• Esguince de músculos isquiotibiales (músculos del muslo)
Las lesiones de los músculos isquiotibiales (situados en la parte de la pierna opuesta a la rodilla) son bastante habituales en el fútbol. La mayoría se producen sin que haya impacto ni contacto con otro jugador, al esprintar o acelerar.
Los síntomas varían en función de la gravedad, ya que se puede desgarrar o romper todo el músculo o solo partes de él. Las lesiones de los músculos isquiotibiales son más comunes cuando ya se ha tenido una y los músculos del muslo están débiles.
• Síntomas y signos
• Estallido o chasquido en el momento de la lesión, un dolor repentino por la parte trasera de la pierna.
• Dolor, hinchazón y magulladura del muslo posterior.
• El andar se resiente, y la rodilla duele al flexionarla (doblarla).
• Primeros auxilios
Aplicar el protocolo de protección, descanso, hielo, compresión y elevación al muslo lesionado (con la rodilla flexionada al máximo).
• Lesiones en la cabeza: Lo más importante cuando nos encontramos ante una lesión en la cabeza es descartar la presencia de una conmoción. Aquí te explicamos cómo reconocer esta lesión especialmente preocupante.
• No hay que subestimar nunca una lesión en la cabeza
• En las lesiones de cabeza hay que tener en cuenta dos aspectos: primero, puede haberse producido una conmoción cerebral. Y segundo, en caso afirmativo la pregunta fundamental es si se puede volver a jugar sin peligro.
• Una conmoción es una lesión cerebral temida, ya que puede afectar a aspectos como la memoria, la concentración o la capacidad para resolver problemas, entre otros. En la vida real, no es nada sencillo darse cuenta de que se ha sufrido una conmoción. Al contrario de lo que suele creerse, no implica necesariamente perder el conocimiento. Puede causar confusión o desorientación temporal o espacial momentánea, o provocar dolor de cabeza, mareos, náuseas e inseguridad o pérdida del equilibrio.
• Ante la duda, debemos abandonar el campo
• Siempre que recibamos un impacto en la cabeza es importante tener presente la posibilidad de que hayamos sufrido una conmoción. Si nos sentimos algo mal es mejor parar, aunque creamos que podemos seguir jugando. Para no correr riesgos, ante la duda debemos abandonar el campo.
• Ningún partido es tan importante como para tomar a la ligera una lesión de cabeza
• Quizás seamos reacios a abandonar el campo en encuentros importantes o con incidentes de poca gravedad. Un breve examen en la línea de banda, el “Pocket SCAT”, ayuda a tomar una decisión. Para ello se observan los síntomas, se hacen preguntas y se lleva a cabo una prueba de equilibrio. Si aparece cualquiera de los síntomas descritos, es posible que hayamos sufrido una conmoción, y debemos abandonar el partido. Como norma general, este examen debe emplearse para todas las lesiones de cabeza.
• Cuándo regresar a los terrenos de juego
• En general, la mayoría de las conmociones se curan solas transcurridos varios días. Durante este tiempo hay que guardar un reposo absoluto y abstenerse de realizar actividades que requieren concentración, como los mensajes cortos, los videojuegos o el aprendizaje. Una vez que los síntomas hayan desaparecido, una guía detallada nos permitirá reincorporarnos gradualmente a la práctica del fútbol. Si no se experimenta ningún síntoma, se tardará alrededor de una semana. ¡Nunca debemos regresar al campo si aún tenemos algún síntoma!
• Guía detallada para reincorporarse
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