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Los Habitos Del Pensamiento Riguroso


Enviado por   •  23 de Octubre de 2013  •  1.174 Palabras (5 Páginas)  •  1.004 Visitas

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Introducción:

Crisis de pensamiento y capacidad de juicio

El problema de la crisis de pensamiento y capacidad de juicio radica en que la creciente orga¬nización racional-funcional de la sociedad mo¬derna favorece por fuerza sólo la racionalidad funcional, es decir, la organización de las con¬ductas de los miembros de una sociedad en cier¬tos léñenos, y no exige en igual medida la ra¬cionalidad substancial, en decir, la facultad de actuar en situaciones dadas con capacidad de jui¬cio en base a una inteligencia propia de las cone¬xiones. Quien hubiera esperado de la indus¬trialización de la sociedad un aumento de la capa¬cidad media de juicio, los acontecimientos de los últimos años le habrán instruido mejor. Más aún, esta organización generalizada racional-funcio¬nal dominante produce un efecto "paralizador" del juicio propio; parecería que la esencia de la racionalidad funcional es eximir al individuo me¬dio del pensamiento, de la inteligencia, de la res¬ponsabilidad, y traspasar esas facultades a los in¬dividuos que dirigen la racionalización" de la so¬ciedad más se acentúa la división del trabajo y la orga¬nización global concomitante, tanto más hay un mayor número de esferas de la actividad hu¬mana que se hacen funcionalmente racionales y, con ello, calculables de antemano; esto lleva consigo una exigencia de "auto racionalización" en el individuo.

Los Hábitos

El término "hábito" tiene sus raíces en el medioevo este término se ha debido también a su identifica¬ción con conceptos tales como "costumbre, ethos, consuetudo etc. Estas definiciones tienden a acentuar el carácter de "automático" del proceso o del comportamiento de la persona, en detri-miento aparente de la libertad del individuo, de su capacidad de discernimiento y de su creativi¬dad. Usamos el tér¬mino hábito por dos razones: ante todo, porque desde la antigüedad clásica se ha atribuido siem¬pre y porque la experiencia cotidiana nos dice que los buenos hábitos facilitan enormemente el desenvolvimiento de la existencia humana.

Los hábitos del pensamiento

De una forma permanente el individuo va generando una manera de en¬carar los problemas o interrogantes del orden es¬peculativo o del orden práctico que se le presentan al entendimiento, que tiene como fin el escla¬recimiento o solución de dichos problemas, de acuerdo a los principios lógicos del recto pensar. Ahora bien, surge la pregunta: ¿cuales son los actos o procedimientos que deben ejercitarse para lograr los hábitos del recto pensar? Podríamos simplemente remitirnos a la lógica, tal como se enseña en las escuelas o universidades. Todos sa¬bemos que no es precisamente la enseñanza cur-ricular de la materia 'Lógica' la que contribuye a general- hombres de pensamiento en nuestras escuelas. Se supone que el estudiante debería llegar a la Universidad con cienos hábitos ad¬quiridos relativos al trabajo, al trabajo intelectual, y al trabajo científico. La experiencia, penosa¬mente repetida, nos instruye de que no es así.

El hábito de pensar rigurosamente se adquiere o se afianza en la medida en que se ejerciten ciertos procedimientos u operaciones del entendimien¬to, cuales son: la definición, la distinción, la re¬lación, la causalidad, la sistematización, la crítica, y la síntesis.

El hábito de la definición

Partimos de una experiencia cotidiana: la de la confusión de significados distintos, atribuidos a los mismos signos, diversidad de sig¬nificados que, a veces, ni siquiera se explicita. Generándose así definiciones equívocas o ambigüedades dentro de un juicio. La mayor parte de los errores que se cometen surgen de una mala comprensión del término que se utiliza, hay que razonar bien cuando se relacioan los conceptos y términos. Por eso

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