Metricas en el desarrollo de software

Universidad Autónoma de Sinaloa

Facultad de ingeniería Mochis

Ingeniería en Software

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 Métricas en el desarrollo de software

Facilitador:

 Daniel Arturo Salinas

Alumno:

 Lozoya Rivera Leonel

Grupo:

 3-02

Los Mochis, Sin. a 10 de Septiembre del 2015

INTRODUCCION

Existen infinidad de metodologías y prácticas a la hora de desarrollar un software, pero sin importar la clase de  programa que estemos construyendo o bajo que normas lo hagamos, existe algo que siempre estará presente y tendremos que tomar muy en cuenta, las métricas.

Medir el progreso de nuestro trabajo, estimar el tiempo que nos tomará terminar, medir el grado de satisfacción del equipo de trabajo y del mismo cliente son sin duda unas de las métricas más importantes para un equipo de desarrollo pero, ¿Realmente es necesario tomarse la molestia de medir todo lo que se nos cruce por enfrente durante el desarrollo del software?

El tema de las métricas no es exclusivo de alguna metodología en especial, todas y cada una de las diferentes maneras de abordar el desarrollo de un software contiene mediciones que ayudan en el proceso de construcción y escritura del código. Entonces es cuando uno se pregunta, si las diferentes métricas son tan buenas y ayudan de manera tan significativa en el proceso de elaboración del software, ¿Por qué no medir todo lo que se pueda?

La respuesta es simple, como todo en la vida, las métricas tienen su lado positivo pero también tienen un lado negativo que puede ser muy contundente si no se utilizan con cabeza.

Si hablamos de una metodología de desarrollo continuista, como era costumbre en los equipos de desarrollo de años pasados, estimar los tiempos, medir avances y aplicar un sinfín de métricas al código podía garantizar el éxito del mismo si el encargado del proyecto sabia utilizar los resultados de las mediciones. Aquí llegamos a un punto muy importante, el saber utilizar de manera eficiente los resultados de las métricas para añadir valor al proyecto. De nada sirve medir cada uno de los aspectos del software si no le damos uso a los resultados, porque hay que recordar, la medición no es un fin. Entonces ¿Cuándo se debe medir?

La medición debe aplicarse con criterio. Deben analizarse muy bien las ventajas que esto aporta y compararlas con lo que se pierde si no se utilizan. A veces es mejor dejar de lado una métrica sin sentido que podría retrasar el desarrollo, añadir costo, complejidad o incluso dañar la integridad del código.

Dejando un poco de lado la metodología continuista que si bien no es mala, en los tiempos que corren se requiere algo con un poco más de flexibilidad y holgura, y justamente eso es lo que nos ofrecen las metodologías ágiles; flexibilidad, maleabilidad, rapidez y eficacia. Del basto catálogo de técnicas de desarrollo ágil nos quedamos con la llamada SCRUM, no por ser mejor que las demás sino por ser la que se utiliza en el entorno en el que se desarrolla el autor.

El SCRUM es una metodología ágil que trabaja sobre una pila de producto realizando sesiones de trabajo conocidas como “sprints” para cumplir con pequeñas porciones del software que luego son agrupadas para generar incrementos y construir versiones del software completamente funcionales y de gran calidad. Dentro de SCRUM encontramos tres métricas de especial importancia; tiempo, trabajo y velocidad.

El tiempo se divide en dos tipos; ideal y real, donde el tiempo ideal se refiere al tiempo necesario para realizar una tarea en condiciones ideales tanto ambientales como de salud y equipo, mientras que el tiempo real se obtiene una vez se termina la tarea.

El trabajo se puede medir con dos propósitos: Registrar el que ya se ha realizado y estimar el que falta por realizarse. En esta metodología no se suele medir el avance del proyecto por la cantidad de trabajo realizada si no por la cantidad de trabajo restante.

La medición de tiempos puede realizarse en días, semanas, meses, horas etc. Pero cuando se habla de medir el trabajo nos damos cuenta de que no es tan sencillo como en una empacadora donde se puede medir el trabajo realizado por un empleado contabilizando el número de cajas que ha logrado empacar o en una siembra donde se pueden contar los costales de verdura que ha recogido cierto individuo. En el desarrollo de software es común escuchar el término “Líneas de código por hora” como si fuera una métrica representativa del esfuerzo o calidad de un software. Lo cierto es que un programa con 500 líneas de código puede ser más eficiente que uno de 1000. Entonces ¿Cómo se mide el trabajo en el desarrollo de software?

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