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Microbiologia


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2014  •  851 Palabras (4 Páginas)  •  162 Visitas

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La palabra cítrico proviene etimológicamente del latín “citrus” refiriéndose a los árboles de naranjos, pomelos, limas, limones o mandarinas, y sus frutos. Pertenecen a las rutáceas y su altura es variable; algunas variedades son muy pequeñas (4 o 5 metros) y otras pueden medir hasta 15 o 16 metros. Se caracterizan por el gran contenido de vitamina C de los frutos, que se aloja en la jugosa pulpa, que está resguardada por una capa esponjosa, llamada médula. Todo ello está envuelto por la cáscara, de color amarillo o anaranjado, que hace de piel protectora.

La floración se produce durante la primavera, y los frutos maduran a fines de otoño y en el invierno. El sol endulza los frutos, y el frío les da sabor ácido. Las heladas arruinan los frutos. Para el cultivo se necesita calor y humedad.

El jugo de los limones y naranjas posee un ácido, llamado ácido orgánico tricarboxílico o ácido cítrico. El consumo de las frutas cítricas aumenta las defensas orgánicas, siendo poderosos antioxidantes, y son esenciales para lograr la absorción del hierro, además de intervenir en la formación de glóbulos rojos y en huesos, encías y dientes. Se pueden consumir en jugos, peladas y enteras, en ensalada de frutas, o utilizarse en la elaboración de helados, dulces, mermeladas o jaleas.

Cuatro pasos para almacenar los cítricos

Un buen indicador de calidad de las mandarinas es el olor, que debe ser dulce e intenso

A pesar de que los cítricos no son unas frutas susceptibles al ataque de patógenos, deben tenerse en cuenta ciertas pautas de conservación en casa para garantizar un almacenamiento adecuado y seguro. Pero hay que tener en cuenta que una buena conservación empieza en el momento de hacer la compra. Deben elegirse piezas con una piel suave y firme y evitar dar golpes, ya que se podrían estropear por la zona del golpe si se guardaran algunos días. En todos los casos, tanto para naranjas como mandarinas, deberán escogerse las piezas más pesadas, un indicador de que están en su mejor momento y están llenas de zumo. La piel de las mandarinas debe ser blanda, pero no arrugada, y bien adherida a los gajos. Una buena señal de calidad es el olor, más dulce e intenso cuanto más madura. Y en el caso de los limones, las posibles manchas oscuras que pueda tener en la piel no afectan al gusto.

1. 1. No debe almacenarse fruta que no sea fresca ni piezas que puedan estar dañadas. Es aconsejable colocarlas de manera que circule el aire entre ellas, sin amontonarlas.

2. 2. Guardar en un sitio seco, fresco y aireado, lejos de la humedad, el calor y protegidas de la luz solar.

3. Si la fruta no se consumirá en un plazo mínimo de una semana, es recomendable conservarla a temperaturas de refrigeración en

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