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POBREZA Y DESARROLLO HUMANO


Enviado por   •  6 de Febrero de 2015  •  4.205 Palabras (17 Páginas)  •  304 Visitas

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La vida humana y las sociedades Humanas

Todo ser vivo se caracteriza por afectar de una u otra forma el medio ambiente en el que vive: cuando respiramos tomamos oxígeno (O ) y expelemos dióxido 2 de carbono (CO ) cuando comemos tarde o temprano expulsamos en forma sólida o líquida lo que no absorbemos y ni qué decir de los residuos que dejamos cuando quedan las migajas del pan sobre la mesa, cuando pelamos una fruta o cuando desempacamos un producto industrial. No hay manera de evitarlo y en eso los humanos no somos diferentes a ninguna de las formas vivas.

“La vida es una exuberancia planetaria, un fenómeno solar. Es la transmutación astronómicamente local del aire, el agua y la luz que llega a la tierra, en células. Es una pauta intrincada de crecimiento y muerte, aceleración y reducción, transformación y decadencia. La vida es una organización única.” (Margulis y Sagan)

En la actualidad el comienzo de la vida humana, lo mismo que el final de la vida, en el extremo opuesto del proceso vital, constituyen materia fundamental en el campo de la bioética por razones que lucen obvias. Son problemas que competen a médicos, filósofos, teólogos, biólogos, geneticistas, legisladores, antropólogos, sociólogos y políticos.

Una observación preliminar es fundamental. Los hallazgos biológicos, genéticos y de otra índole, aisladamente, no han resuelto el problema de cuándo comienza la vida humana. El juicio definitivo hasta el momento lo consideran algunos de orden filosófico, lo cual no implica dejar de conferirle significado al aspecto biológico y a otros elementos. Tal afirmación se basa en el hecho de que el reconocimiento de la existencia humana excede lo biológico y lo genético y no puede identificarse en forma simple con uno u otro de esos elementos aisladamente.

Para Charles Curran (1974), profesor de teología moral, las opiniones acerca del comienzo de la vida humana abarcan desde el momento de la fecundación hasta los diversos estados del desarrollo fetal, viabilidad, nacimiento y algún tiempo después de producirse este último. Los siguientes criterios los extraemos, en forma resumida de la abundante literatura existente: Criterio Biológico/Individual y Criterio de Relación y Criterios Múltiples.

El concepto del valor de la vida humana se halla implícito en toda discusión de carácter bioético concerniente a la vida y la muerte. Hemos visto que el concepto de persona es sinónimo de ser racional, consciente, característica de la cual no gozan todos los seres humanos.

Castillo Valery (1995), al tratar el tema Biogenética y Manipulación de la Vida, expresa: Persona ha sido considerada como diferente a ser humano en la tradición filosófica y sus principales características son:

a) La persona es el sujeto espiritual del ser humano en el sentido de que es el asiento de su vida moral.

b) La persona tiene derecho supremo o inalienable de regir su vida y de formarse un mundo interior propio, lo cual lo hace merced al albedrío que le caracteriza.

c) La persona es interioridad (autoconciencia) con capacidad para relacionarse con sus semejantes y con el medio exterior (hétero-relación).

d) La persona tiene una "dignidad", esto es, una cualidad particular, un rango que la coloca por encima del valor del resto de los seres vivientes y de los objetos.

Evidentemente un ser humano no nacido no es persona en acto aunque sí en potencia. Su devenir lo conduce a ser persona. El término persona lo captamos como la descripción de un status que le otorgamos a los seres humanos y no a otros animales y objetos inanimados. Ser persona equivale a poseer un carácter particular que exige consideraciones especiales (11).

Kant (1938) encaró la definición de persona a través del concepto de la razón. Para su particular punto de vista una persona es un ser racional, capaz por consiguiente de razonar a partir de situaciones particulares y de diseñar reglas generales y aplicarlas en forma consistente a él mismo y a otros. Una condición para dicho ejercicio es la libertad de elección entre diferentes opciones.

Para Juan Pablo II (1995) "cada vida humana es singular, única, irrepetible". Siguiendo la misma orientación Guzmán Blanco entre nosotros (1995) expresa: "Esta singularidad del hombre define al individuo de naturaleza humana con un nombre propio y exclusivo: persona. Al definir ser humano hay una noción conexa, la de que el individuo es uno y es único. Uno porque es enteramente él en todas sus partes; y único, porque no puede ser reemplazado por ningún otro".

La sociabilidad humana es un hecho de experiencia común. Lo social aparece como una característica de la vida humana que implica pluralidad, unión y convivencia. El hombre histórico se concreta en comunidades y asociaciones. La familia, la nación y el Estado constituyen algunas de esas entidades sociales. La evidencia del hecho de que el hombre vive y convive en sociedad se impone por sí misma. Ahora bien, ¿cuál es la causa eficiente o que está en el origen de esa sociabilidad humana? Básicamente nos encontramos con tres tipos de respuesta: la teoría contractualista, la conocida como teoría naturalista y la teoría de la naturaleza social del hombre (o teoría del derecho natural).

La teoría del pacto o contrato social afirma que la sociedad humana tiene su origen y fundamento en un pacto o libre acuerdo entre los individuos. Esta teoría, que está en la base del liberalismo clásico, ha sido defendida por autores como Hobbes, Locke y Rousseau. Así, Hobbes considera que la naturaleza humana es esencialmente egoísta y antisocial. En esa situación de inseguridad y temor en la que el hombre es un lobo para el hombre, los hombres renuncian al interés personal y a su derecho absoluto sobre los bienes materiales mediante un pacto en el que se constituye el Leviathan: un poder fuerte, absoluto, pero más amable que el poder del hombre, capaz de formar las voluntades, y que surge del pacto de cada uno con todos los demás.

Por su parte, Rousseau supone que el estado primitivo del hombre era asocial y que, en aras de un mayor perfeccionamiento, la sociedad se constituye gracias a un contrato social por el que los individuos ceden sus derechos en favor de la comunidad y del poder civil que representará la voluntad general.

En lo que se refiere a la teoría naturalista, que tiene en Hegel a uno de sus máximos exponentes, considera la sociedad como un todo orgánico que se constituye como la última fase conocida de un proceso evolutivo de la realidad (materia o espíritu), que se rige por las rígidas e inflexibles leyes del determinismo universal. Esta tesis está

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