POR QUÉ ES IMPORTANTE EL ANÁLISIS A ESCALA DE PAISAJE?

UNIDAD V. ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL ANÁLISIS A ESCALA DE PAISAJE?

Pablo E. Olaya Castelblanco

¿Según su opinión qué es el paisaje?

INTRODUCCIÓN

Por paisaje vamos a tomar aquella “porción de la superficie terrestre, provista de límites naturales, donde los componentes naturales (roca, relieve, clima, agua, suelos, vegetación mundo animal) forman un conjunto de interrelación e interdependencia” (Rodríguez y Correa 1989); de aquí se desprende que el paisaje ofrece la “imagen” de un área y un conjunto de elementos ambientales interrelacionados, que proporcionan una “escena” geográficamente concreta (Rodríguez y Correa 1989). Por lo tanto el paisaje natural es dinámico, cambiante, multifacético, no es “un telón pintado, falto de vida”, este puede cambiar por intervención humana o por cambios endógenos generados en el mismo; también, puede cambiar por la intervención de fuerzas naturales o por acciones provenientes de un desequilibrio en el ecosistema (Rodríguez y Correa 1989). Aunque en una primera aproximación cualquiera pudiera encontrar una definición sencilla del paisaje, una mínima sucesión de preguntas, respuestas, argumentos y contra–argumentos podría llevar a complicar la cuestión y sugerir el trasfondo del concepto, por eso la dificultad para encontrar una definición genérica aceptada por todas las disciplinas y que permita una aproximación uniforme al estudio del paisaje ha sido una de las principales causantes de que determinados autores planteen una definición en términos de exclusión, fijando únicamente los límites del concepto y huyendo de una mayor concreción (Zubelzu y Allende 2015). Por lo tanto podemos ver que una de las características que ha complicado en mayor medida la caracterización del paisaje ha sido la consideración de la percepción, la cual es tenida en cuenta de diferentes formas a la hora de hacer definiciones y análisis (Figura 1) (Zubelzu y Allende 2015).

LA ESCALA DEL PAISAJE

Antes de escoger un sitio o de tomar decisiones para un desarrollo en un sitio que ya ha sido escogido, es importante entender el contexto ambiental en la escala del paisaje (APA 2016). En esa escala, el desarrollo humano influencia la distribución, la supervivencia y la persistencia de las poblaciones y comunidades mayores de plantas y vida silvestre (APA 2016). La meta de trabajar con la escala del paisaje es entender y mantener la variedad y la extensión de hábitats valiosos y de preservar oportunidades para el movimiento animal entre esos hábitats (APA 2016). Esto se puede lograr mediante el uso de técnicas que identifican las áreas que tienen un alto valor ambiental para que el desarrollo se pueda dirigir hacia áreas que son menos importantes para la vida silvestre (APA 2016). Un entendimiento crítico del paisaje natural es esencial para este procedimiento (APA 2016).

EL PAISAJE COMO BIOINDICADOR.

El cumulo de interacciones presentadas por los elementos naturales de un paisaje, pueden reportar una gran cantidad de información que no es fácilmente observable a primera vista (Rodríguez y Correa 1989). Los indicadores de este género pueden ser los componentes geológicos, biológicos o trazos de actividad humana existente allí, sin embargo, primero debemos identificar el paisaje en sí mismo, por lo que se debe clarificar, en primer lugar, si está compuesto por uno o varios ecosistemas y, trabajando  de una manera deductiva-inductiva, simultáneamente, se descifra en cada ecosistema cuáles son sus elementos observables y cuáles de ellos por su belleza afectan en mayor forma la sensibilidad; luego se integran todos los elementos significativos y característicos, para lanzar una gran conclusión sobre el tipo de paisaje predominante en el área objeto de estudio (Rodríguez y Correa 1989). La evaluación del impacto ambiental sobre el paisaje y la evaluación del impacto sobre el atractivo visual deberían ser partes fundamentales en el proceso de diseño de un proyecto, en la medida en que permiten evitar o minimizar potenciales efectos negativos del desarrollo y pueden resultar herramientas útiles para realzar las condiciones de los paisajes (Castelli y Spallasso 2007).

EL ANÁLISIS Y LAS VARIABLES.

Son numerosos, en efecto, los autores que subrayan la importancia, a la hora de ajustar una metodología, tanto del espacio elegido como del nivel de resolución, dependiente éste de la escala del estudio, la percepción de los fenómenos y la estructura causal dependen de ello (Riesco, Gómez y Álvarez 2008):

•  Los paisajes son por naturaleza heterogéneos en su composición y dependientes de la escala. Ello se debe al hecho de originarse por interacción entre factores físicos, biológicos y humanos, cuyos radios de influencia y dinámicas propias son variados, lo cual da lugar a mosaicos. Con una misma resolución temática, un paisaje puede ser homogéneo en la escala local, pero heterogéneo en otra escala incluida o inclusiva de la anterior (Riesco, Gómez y Álvarez 2008).
• Numerosos estudios empíricos a diversa escala, especialmente en el campo de la ecología, han mostrado la importancia de las relaciones entre patrones espaciales y procesos. La heterogeneidad tiene un efecto de clave en el funcionamiento y persistencia de los ecosistemas. Por otra parte, la teoría de la jerarquía muestra que los procesos y las constricciones cambian en función de la escala (Riesco, Gómez y Álvarez 2008).

Lo que concierne a las variables, sirven como sustituto de una clasificación de ecosistemas, que es muy compleja tanto en su definición como en su representación cartográfica, por lo que se necesita generar una clasificación que sea expresada con el mayor detalle posible, para que sea compatible con la escala del análisis (Pliscoff, Tecklin, Farías y Sáez 2005). Estas son: la vegetación, las unidades (zonas del relieve), las áreas protegidas, la red vial, la riqueza de especies, la pristinidad o estado de conservación, las cuencas hidrográficas y los elementos especiales de biodiversidad (Pliscoff, Tecklin, Farías y Sáez 2005).

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