Paro Cardio-respiratorio
eliasmoreno8 de Junio de 2014
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EL PARO CARDIORRESPIRATORIO (PCR)
Es la detención de la respiración y del latido cardíaco en un individuo. Puede ocurrir por diversas causas, algunas de las más típicas son ahogo por inmersión o shock eléctrico, efectos de anestesia y otros fármacos, esfuerzo físico extremo.
Factores Causales
Entre los múltiples factores que pueden llevar a un paro cardiorrespiratorio destacan:
Isquemia y necrosis miocárdica. Son la principal causa de PCR, gatillando directamente una fibrilación ventricular.
Hipoxia. Es la segunda causa más frecuente. Experimentalmente la hipoxia produce apnea cuando la PaO2 baja de 30 mmHg y paro cardíaco en asistolia al llegar a 15 mmHg. Las afecciones agudas del pulmón pueden causar apnea por fatiga muscular inspiratoria seguida de paro cardíaco hipóxico.
Exanguinación. Es una causa frecuente de PCR, pudiéndose deber a trauma o hemorragia masiva, principalmente digestiva. El PCR se produce por disociación electromecánica, pero frecuentemente aparece una fibrilación ventricular secundaria. Estos enfermos tienen probabilidad de sobrevivir si durante la resucitación se efectúa una reposición masiva de sangre.
Trastornos electrolíticos y metabólicos. La hipercalcemia, hiperkalemia e hipermagnesemia pueden provocar paro cardíaco en asistolia o fibrilación ventricular. La acidemia metabólica extrema (pH < 6,9) determina PCR en asistolia. La alcalemia metabólica intensa (pH > 7,8) puede inducir paro cardíaco por fibrilación ventricular. Una hipoglicemia menor de 30 mg/dl mantenida por más de 2 horas provoca, en algunos casos, paro en asistolia.
Drogas. Entre éstas destacan los depresores del SNC, en la medida en que determinan hipoventilación alveolar. También pueden provocar PCR, favoreciendo la génesis de arritmias, los antidepresivos tricíclicos, los digitálicos, las teofilinas y los simpaticomiméticos. Paradójicamente, algunos antiarrítmicos como amiodarona y quinidina son capaces de provocar PCR por arritmias ventriculares.
ASFIXIA
Se produce cuando deja de fluir oxígeno a los pulmones o bronquios, por una obstrucción en la garganta o tráquea, habitualmente por fallos en la deglución de sólidos (atragantamiento).
Causas De Asfixia
Entre las causas de asfixia se encuentran el ahogamiento, el envenenamiento por gases, la sobredosis de narcóticos, la electrocución, la obstrucción de las vías respiratorias por cuerpos extraños y la estrangulación. Para evitar un daño cerebral irreparable al detenerse la oxigenación tisular, se debe instaurar inmediatamente algún tipo de respiración artificial. La mayoría de las personas mueren cuatro a seis minutos después de la parada respiratoria si no se les ventila de forma artificial.
ATRAGANTAMIENTO
Es la obstrucción accidental de las vías respiratorias altas o medias, generalmente al fallar la deglución de alimentos, y que puede llegar a provocar la asfixia del sujeto afectado y en la mayoría de los casos, a la muerte si no se atiende con rapidez. A menudo se produce con alimentos de consistencia pastosa como chicles o pastillas de goma en niños o grandes trozos de carne mal masticados en adultos.
El atragantamiento se produce de manera accidental cuando un sujeto degluta un trozo semisólido de alimento de tamaño superior al que puede pasar por la tráquea obstruyendo esta y produciendo asfixia. Esto puede ocurrir con objetos esféricos sólidos medianamente pequeños o resilentes (canicas, pelotas pequeñas) en los niños o trozos de carne (muy común) en los adultos. El tiempo estimado para recuperar las vías no puede exceder de los 4 minutos.
Causas Del Atragantamiento
En el adulto la causa más frecuente es el atragantamiento con alimentos, especialmente trozos de carne mal masticados. Por lo que se recomienda masticar adecuadamente la comida y no reír o hablar mientras se tengan alimentos en la boca. Otras causas son la presencia de pequeñas piezas en la boca: tornillos, puntas, etc.
INMERSIÓN
Según la nueva definición de la OMS de 2002, “es el proceso de sufrir dificultades respiratorias como consecuencia de la sumersión o la inmersión en un líquido”
El término inmersión, define a la situación que le ocurre a la persona que experimenta un distress en el agua lo suficientemente serio para requerir soporte vital en el lugar del suceso y transporte a un servicio de emergencia médico para evaluación y tratamiento.
Causas:
Menores de 1 año: El ahogamiento en la bañera es la causa más común. La mayoría de estas víctimas se ahogan durante un breve (<5 minutos) lapso de falta de supervición de adultos. Además puede representar abuso infantil, por lo que hay que examinar acuciosamente al menor en busca de otras lesiones y revisar la historia clínica del niño buscando episodios similares anteriores. Además se debe repasar detalladamente la historia del suceso con el cuidador del niño.
En los niños pre-escolares, los ahogamientos ocurres principalmente en las piscinas residenciales, las cuales suelen no tener barreras físicas.
Los adolescentes se ahogan típicamente en fuentes, lagos, rios y oceanos. Y su asfixia puede acompañarse además de de lesiones de columna cervical y TEC. Además se debe considerar la ingesta de alcochol y drogas recreacionales.
Reanimación Por Inmersión
Para llevar a cabo de manera efectiva la reanimación, hay unos pasos que debemos seguir con un orden concreto. Si se realizan correctamente las probabilidades de supervivencia de la víctima subirán de manera espectacular. Por todo ello conviene que cualquier ciudadano sepa realizarla:
1º) Verifica el estado de la víctima.
El primer paso es estimular a la víctima para comprobar si está inconsciente. Para ello se le colocará boca arriba, y podemos darle unos golpes en los hombros y hablarle al oído para ver si con ello se mueve, abre los ojos o emite algún sonido que nos indique que recupera la consciencia. Si no responde es posible que esté en parada cardiorrespiratoria, pero antes de confirmarlo deberemos pedir ayuda.
2º) Pide ayuda.
Una persona inconsciente es motivo de alarma, por lo que buscaremos en los alrededores alguien que nos pueda ayudar. Puede ser gritando o llamando a una casa si estamos en la calle. Eso sí, no hay que abandonar nunca a la víctima. Una vez confirmemos la ausencia de respiración se llamará a los servicios sanitarios.
3º) Liberar la vía aérea (maniobra frente-mentón)
La víctima durante una parada tiene todos los músculos relajados, lo que provoca que la lengua caiga hacia atrás tapando la tráquea e impidiendo que entre o salga el aire. Por ello, el tercer paso es asegurar la vía aérea, es decir, que la garganta quede libre para que pueda entrar y salir el aire fácilmente de los pulmones. Para ello se tomará a la persona con una mano en la frente y la otra en el mentón, y se le moverá la cabeza completamente hacia atrás de manera que el mentón suba. Con esta maniobra conseguiremos despejar la garganta.
4º) Buscar respiración (ver, oír y sentir).
Con la maniobra frente mentón, el reanimador debe acercar el oído a la boca de la víctima. De esta manera se involucran tres sentidos (vista, oído y tacto) para comprobar si respira:
Se observa si el pecho de la víctima sube y baja al respirar.
Se escucha en busca de sonidos respiratorios, el aire al entrar y salir.
Se siente el calor del aire al ser expulsado por la boca de la víctima.
No hace falta comprobar el pulso, si el fallo está en el corazón no tendrá latido, y esa habrá sido la causa de la ausencia de respiración. Si el fallo ha sido respiratorio y la persona no ventila, al cabo de unos minutos se le parará el pulso. Desde el principio, si no hay respiraciones, actuaremos como si tampoco tuviera latidos.
5º) Llamar a emergencias.
Por lo tanto, si la persona está inconsciente y sin respiración, automáticamente se ha de llamar a los servicios de emergencia (112) y comunicar la situación de manera clara y simple, explicar la ubicación de forma que puedan encontraros fácilmente. Ahora es cuando realmente se comienza la reanimación cardiopulmonar: el reanimador debe iniciar la reanimación con 30 compresiones torácicas externas seguidas de dos ventilaciones artificiales.
6º) Realizar compresiones torácicas.
Para llevarlas a cabo colocamos las manos de la siguiente manera: la mano dominante (sea la zurda o diestra) abierta y la otra encima, con los dedos entrelazados, y se colocan en el pecho aproximadamente entre los pezones (en el centro del tórax). A continuación el reanimador, con los codos completamente extendidos, deja caer todo su peso sobre las manos en un movimiento intenso y rápido.
Si las compresiones se hacen correctamente, una pequeña cantidad de oxígeno llega al cerebro y al corazón, lo suficiente para mantener el cuerpo hasta la intervención del equipo sanitario. Para que sean efectivas, las compresiones deben cumplir ciertos requisitos:
Que la frecuencia sea superior a 100 pulsaciones por minuto.
Que el pecho de la víctima se hunda entre 4 y 5 centímetros.
Una vez terminada una compresión hay que dejar al tórax volver a expandirse antes de la siguiente
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