Participacion Politica Pasquino
britohugovictor14 de Octubre de 2014
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Participación política, grupos y movimientos
La actividad política se caracteriza por relaciones que se producen de formas, modos, frecuencias e intensidades distintas entre individuos, grupos, asociaciones e instituciones. Estas relaciones se clasifican y analizan fundamentalmente dentro de la categoría de participación política. El concepto, sus procesos y sus diversas modalidades han adquirido una importancia central en la política principalmente por las demandas de democratización que afectan que afectan los distintos ámbitos de lo político.
Las definiciones de participación son abundantes, pero a través de una complicada operación es posible proponer una definición de participación política que diga así: “la participación política es aquel conjunto de actos y de actitudes dirigidos a influir de manera más o menos directa y más o menos legal sobre las decisiones de los detentadores del poder en el sistema político o en cada una de las organizaciones políticas, así como en su misma elección, con vistas a conservar o modificar la estructura del sistema de intereses dominantes”. Identificándose así una modalidad de participación visible que se expresa en comportamientos. Y una participación invisible, casi una contradicción con lo expuesto anteriormente, la que se define como: la presencia de un público, de una opinión pública, interesada en la política e informada sobre sus actividades que, sin embargo, por distintos motivos, entre ellos la satisfacción por la marcha de las cosas o la escasa confianza en sus en sus propias capacidades no se activa a participar casi nunca de manera continua. El tema es que ese público posee la capacidad de participar y podría hacerlo al entrar al terreno de la participación política influyendo sobre las opciones y las decisiones, situación que sin duda contribuiría al fortalecimiento de los sistemas políticos democráticos.
Las maneras como se seleccionan los que van a decidir y como se influye en las decisiones difieren considerablemente, según los sistemas y las organizaciones políticas. Sin embargo en todo sistema y en cualquier momento histórico se pueden distinguir tres modalidades o conjuntos de modalidades:
a. Las reconocidas por las normas y los procedimientos vigentes: Legales a todo efecto.
b. Las no reconocidas, pero aceptables y aceptadas: Con importantes variantes y amplios espacios de oscilación
c. Las no reconocidas y que desafían las bases mismas del sistema y de su organización: Con diferentes grados de ilegalidad o extra-legalidad.
Los sistemas políticos muestran significativas diferencias en cuanto a su capacidad para absorber nuevas formas de participación, principalmente respecto a sus nuevas demandas, nuevos contenidos y nuevos sujetos.
Por ultimo, mientras existan esas actividades y actitudes en la participación política, esta se puede analizar mejor dentro de la categoría de actividades y de actitudes, de estímulos y recursos que tienen como referente a cada individuo, para después especificas los orígenes de esas actividades y actitudes, en torno a sus motivaciones, objetivos y consecuencias. No se trata de tomar una perspectiva individualista en la política de masas, sino de partir del individuo para explicar mejor los procesos de formación de los grupos y de actividades a través de ellos.
La participación como un proceso complejo
La participación política es a la vez un fenómeno antiguo y un fenómeno reciente. Antiguo en cuanto que desde que se puede hablar de política como actividades existe la participación política. Y como fenómeno reciente porque esta estrechamente relacionado, en su sentido fuerte, a significativos cambios socioeconómicos y de la naturaleza de las comunidades políticas.
Experiencias como la participación política que se daba en las ciudades-estado en la antigua Grecia, están claramente relacionadas también a la participación. Otras formas de organización del poder político en el mundo occidental como el absolutismo y en el mundo oriental como el despotismo, durante mucho tiempo no dejaron ningún espacio a la participación política. Solo con la aparición de las formas modernas del Estado en el mundo occidental y sobre todo con las intenciones de democratización interna, es cuando se puede volver a hablar legítimamente de participación política. Así pues, aunque se pueda afirmar que siempre ha habido participación política, parece correcto afirmar que el fenómeno de la participación política ha tomado sus características más especificas tras la formación de los Estados nacionales, en concordancia con las presiones de democratización y cambios socio-económicos.
Es cierto que, como mencionan los autores más atentos, la participación electoral es solo una de las modalidades posibles de participación política, pero también es cierto que en los regimenes democráticos sus consecuencias son inmediatas y significativas, en términos de influencia sobre la seleccion de los gobernantes, como también sobre el tipo de políticas que se llevarán a cabo. También es verdad que pueden haber modalidades de participación política externas, extrañas y no relacionadas con el comportamiento electoral en regimenes no democráticos y no competitivos, habitualmente definidas como anómalas, las manifestaciones violentas, las huelgas salvajes, todas ellas también posibles en los regimenes democráticos-competitivos. Pero la posibilidad de ejercer el voto, hacen del comportamiento electoral un elemento central en los procesos de participación política.
Si relacionamos correctamente el proceso de democratización con el fenómeno de la participación política, la mejor conceptualización la podemos encontrar en Rokkan. Estudioso noruego que distingue 4 umbrales institucionales muy interesantes de exponer:
I. Legitimación: ¿Desde que momento en las historia de la formación del Estado y de la construcción de la nación se reconoce el derecho de petición, critica, manifestación, derechos de reunión, expresión imprenta y dentro de que limites?
II. Incorporación: ¿Cuánto tiempo pasó para que a los seguidores de estos movimientos de oposición se les fueran concebidos los derechos formales de participación en la elección de los representantes?
III. Representación: ¿Cómo eran de altas las barreras que impedían la representación de los nuevos movimientos y cuando y que manera se rebajaron, haciendo fácil el acceso a los escaños en la asamblea legislativa?
IV. Poder ejecutivo: ¿Hasta que punto eran inmunes a las presiones del legislativo los órganos ejecutivos y cuanto tiempo fue necesario para que la fuerza parlamentaria pudiera transformarse en influencia directa sobre el proceso de toma de decisiones del ejecutivo?
Este proceso de democratización con frecuencia largo, laborioso y a veces conflictivo, se caracteriza y esta acompañado por la ampliación de las oportunidades, las instancias, los niveles de participación, el número de participantes y por la influencia sobre los detentadores del poder y sobre sus decisiones.
Ello provoca la entrada de la Movilización social al estudio de la participación política, que según Kart Deutsch, se presenta por las siguientes características:
Migración campo-cuidad
Desplazamiento del sector agrícola al sector industrial y luego al sector terciario
Aumento de la población y cambio en su composición
Crecimiento de la alfabetización
Mayor cobertura de los hechos de los medio de comunicación de masas.
Sucesos que influyeron a participar a las personas en los procesos y decisiones que le afectan mas de cerca, produciéndose una ampliación de la esfera política, proceso que podría definirse como participación política, cuando es espontáneo, autónomo y sobre todo cuando nace desde abajo, de los propios ciudadanos y tiende a influir en las decisiones de los detentadores del poder. Por el contrario se define Movilización, cuando es inducido, cuando refleja el intento de alguno de los detentadores del poder de organizar, con los instrumentos a su disposición. Sin embargo es necesario añadir que la movilización social muchas veces proporciona las condiciones previas para la participación. No obstante puede que en momentos se pueda dar un proceso de desmovilización, que es cuando algunos grupos sociales se oponen a la movilización de otros aunque sea legítima.
Finalmente cabe recalcar que si los individuos y grupos consiguen los recursos no solo económicos, sino también jurídicos y políticos, y si el Estado interviene en el sistema socio-económico, entonces son muy elevadas las probabilidades de que surjan fuertes impulsos de participación política, así como estructuras capaces de canalizarla y orientarla eficazmente. No existiendo, una vez activada, a pesar de todos los esfuerzos, la posibilidad de apagarla del todo.
Un proceso con varias fases
Identificado el aumento de los derechos y los recursos de los ciudadanos, como también el aumento de los papeles y tareas del aparato político-administrativo, no se puede desarrollar por completo el proceso de participación si es que los individuos y los grupos consideran irrelevante para sus propios destinos personales y colectivos la actividad de los que toman las decisiones. Mientras ningún empresario político genere el consenso o el disenso, respecto a las decisiones tomadas o por tomar, mientras sea imposible construir y utilizar canales de acceso a la esfera política, los individuos y los grupos no politizarán sus propias demandas
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