Pedagogia

Los procesos educativos no se dan de manera única en la escuela, si no en la familia, en la influencia de la iglesia, los medios de comunicación las ideologías las políticas ante la sociedad; La Educación exige la competencia de unos seres abnegados que constantemente innovan en la pedagogía y el arte de enseñar. Es indiscutible que muchas teorías ayudan a dar sentido al quehacer pedagógico, a entender la manera como los estudiantes aprenden de acuerdo a su etapa de desarrollo sicomotriz y entre otras cosas, a la evaluación de los procesos de acuerdo a los enfoques metodológicos y la líneas de aprendizaje. Todos estos saberes que los maestros comparten en su formación permanente no son suficientes si en su desempeño, el desánimo y la apatía caracterizan su accionar en las aulas. En consecuencia, el mismo es consciente de su saber pero se encuentra en ocasiones que no encuentra la manera de transmitir ese conocimiento.

La pedagogía activa requiere ese ser capaz de inspirar a sus estudiantes y que la impronta que le caracteriza se sobrepone a las mismas vicisitudes propias que conlleva la falta de recursos necesarios para optimizar los ambientes de aprendizaje. La manera como el docente orienta a sus estudiantes en virtud al fortalecimiento de sus competencias partiendo de la base de que debe optimizar los recursos con que cuenta hasta alcanzar los verdaderos estándares de calidad.

Lo anterior, nos remite a pensar que cada docente debe poner todo el ingenio y la creatividad para hacer de las aulas de clase verdaderos espacios significativos de aprendizaje, utilizando aquellos materiales que le proporciona el medio. Su capacidad recursiva será el indicador que le hace mostrar como un abanderado de la causa en un país como el nuestro, en donde poco le importa a los gobiernos invertir en calidad educativa.

Si bien es cierto, muchos de los docentes que se inician en el proceso, generalmente ingresan en el servicio privado mientras logran concursar para la carrera docente en el sector oficial. Su experiencia se enriquece día a día y ésta se muestra gratificada, en cierta medida, porque encuentra buenas instalaciones, equipos tecnológicos y material didáctico suficientes y se puede decir que los estudiantes son de “buena familia” que no demandan tanto desgaste. Es evidente que las condiciones y los ambientes de aprendizaje son muy diferentes en lo privado y lo público. Además, se siente un aire de complacencia el hecho de trabajar en condiciones favorables. Sin embargo, no se puede llegar a escoger los colegios que reúnan todas las características para un óptimo aprendizaje. Sin duda, es preciso asumir retos que imponen las condiciones y la naturaleza de cada Institución Educativa. Todos los niños y niñas, y jóvenes merecen las mismas oportunidades para surgir del anonimato. Además, son los maestros quienes dan el sentido a estas poblaciones más vulnerables con el ejemplo de tenacidad y fe

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