Prevalencia de Incontinencia Urinaria
wilsonpazTesis8 de Marzo de 2018
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1. INTRODUCCION
La Sociedad Internacional de Continencia (ICS) define la Incontinencia Urinaria (IU) como “la pérdida involuntaria de orina”, no especificando factores pertinentes como tipo, frecuencia, severidad, impacto social, efecto sobre la higiene y la calidad de vida (Abrams, P. et al, 2002). La incontinencia urinaria es una condición médica sindromática multifactorial, altamente prevalente en mujeres, especialmente entre los 45 y 69 años (Martínez, E. et al, 2006). Sin embargo, se estima que sólo una de cada cuatro incontinentes realiza una consulta médica, lo cual da origen a un infradiagnóstico (Flores, G. et al, 2004).
En países desarrollados, la primera línea de tratamiento para la IU es la rehabilitación de piso pélvico (Berghmans, B., 2006). Ensayos clínicos y expertos sugieren que este tratamiento es seguro, eficaz, que puede ser realizado en atención primaria (Moore, K. et al, 2003), logrando mejores resultados si es aplicado precozmente (Igual, C. et al, 2003). En estos países se considera al Kinesiólogo como un miembro valioso del equipo multidisciplinario, que evalúa a los pacientes con problema funcionales de la vejiga y el piso pélvico (Berghmans, B., 2006).
La tasa de prevalencia de IU en países europeos es cercana al 35% (Hunskaar, S, et al, 2004), mientras que en Latinoamérica, un estudio en Ciudad de México, muestra una prevalencia del 46% (Velásquez, M. y et al, 2007). Debido a las diferencias en los criterios clínicos de evaluación, distinta metodología de estudio, tipo de población y tipos de cuestionarios utilizados es difícil comparar investigaciones acerca de la prevalencia (Espuña, M., 2003).
Actualmente en nuestro país, existen sólo dos estudios de prevalencia de IU, uno realizado en una comunidad geográficamente aislada, como lo es Isla de Pascua (Harwardt, T. et al, 2004), y el otro, en un centro de salud privado en Santiago, (Salazar, A. et al, 2005). La prevalencia obtenida en estos estudios fue de 77,1% y 62,2% respectivamente.
Debido a la falta de estudios epidemiológicos de gran extensión se desconoce la prevalencia de la IU en Chile. Obtener esta información es relevante para los organismos gubernamentales en la proyección de estrategias de salud y entrega de los recursos necesarios para su abordaje.
Llevados por el interés que nos suscita el tema, la necesidad de potenciar la rehabilitación de suelo pélvico como una área más de especialidad en la Kinesiología y obtener la magnitud de afección de la IU en una de las grandes ciudades de Chile, nos planteamos como objetivo principal determinar la prevalencia de la IU en las mujeres entre 30 y 59 años, en cinco consultorios de la ciudad de Valparaíso en el año 2008.
2. MARCO TEÓRICO
2.1. Incontinencia Urinaria.
Según la Sociedad Internacional de Continencia (ICS) define la Incontinencia Urinaria (IU) como “la pérdida involuntaria de orina” no especificando los factores pertinentes tales como tipo, frecuencia, severidad, impacto social, efecto sobre la higiene y la calidad de vida (Abrams, P. et al, 2002). La IU no es una enfermedad en sí misma, sino la consecuencia de una alteración en la fase de llenado vesical que se puede presentar en numerosas enfermedades (Igual, C. et al, 2003). Además, la valoración del "síntoma incontinencia" es subjetiva y como habitualmente no constituye un riesgo vital, muchas veces no es considerada (Shaw, C. et al, 2006).
2.1.1. Tipos de IU.
La ICS, en su documento de estandarización de terminología, considera que la incontinencia y las disfunciones miccionales en general pueden clasificarse de acuerdo con criterios sintomáticos o urodinámicos. (Dioz, J. et al, 2003). Los tipos fundamentales de IU se exponen a continuación.
• IU de urgencia (IUU): este tipo de IU es producida por contracciones vesicales espontáneas, provocadas durante la fase de llenado de la vejiga, a pesar de los intentos del paciente por inhibir la micción (Martínez, L. et al, 2007). La sensación que se experimenta es un inicio súbito de la necesidad imperiosa para miccionar y de llegar al baño a tiempo (Guillen, O., 2003). Generalmente, se reserva el término enuresis diurna para las micciones involuntarias que se producen en el día, y enuresis nocturna para las que se producen por la noche durante el sueño. La enuresis nocturna al igual que la diurna, tiene su origen en contracciones involuntarias del Detrusor y debe ser considerado como IUU (Hernández, A., 2006). Estas contracciones pueden verse en pacientes con trastornos neurológicos por accidentes vasculares encefálicos, esclerosis múltiple, radiculopatías o neuropatías periféricas, denominándose en estos casos híperreflexia del Detrusor. El término inestabilidad del Detrusor se reserva para aquellos casos con contracciones no inhibidas del Detrusor en ausencia de déficit neurológico (Mendez, J., 2000).
• IU de esfuerzo (IUE): este tipo de IU se caracteriza por la pérdida involuntaria de orina por la uretra, sincrónicamente con esfuerzos o ejercicios que supongan un incremento de la presión abdominal: estornudo, tos, actividad física o cambios posturales (Gómez, L. et al, 2008). La ICS define a la IUE como la pérdida involuntaria de orina que se presenta, ante la ausencia de una contracción del Detrusor, cuando presión intravesical excede la presión uretral. (Glazener, C. et al, 2008). Se reconocen dos mecanismos de IUE, hipermovilidad o desplazamiento significativo de la uretra y el cuello vesical durante el esfuerzo, y deficiencia intrínseca del esfínter uretral. En las mujeres, estos mecanismos pueden coexistir (Becerra, C. et al, 2008).
• IU mixta (IUM): es la pérdida involuntaria de orina en la que hay un componente de urgencia y un componente de esfuerzo (Wallace, C. et al, 2008).
2.1.2. Factores de Riesgo de la IU
Existen en la bibliografia médica varios estudios acerca de los aparentes factores que pudieran incrementar el riesgo individual de desarrollar IU. Diferencias de género como la longitud uretral, la anatomía en el suelo pélvico y los efectos del parto intentan justificar el mayor riesgo que tienen las mujeres de desarrollar IU (Robles, J., 2006).
El envejecimiento no es causa de IU, pero sí determina una serie de cambios anatómicos y funcionales que pueden influir, en mayor o menor medida, en el control de la continencia (Rodríguez, L., 2005).
La IU aparece por lo general alrededor de los 40 años y se acentúa de forma paulatina con el avance de la edad (Nieto, E. et al, 2004).
Otra correlación importante es la de IU y la menopausia, ya que debido al déficit estrogénico en la vagina se produce una disminución de la celularidad con atrofia del epitelio, la cual puede contribuir a la relajación del piso pélvico, así como a la deficiencia intrínseca del esfínter uretral (Rodríguez, L., 2005).
La obesidad es uno de los factores de riesgo independiente para la IU en mujeres mayores. Un índice de masa corporal (IMC) alto se correlaciona con una mayor prevalencia de IUE y de IUM, así como con la severidad de la IU. Se conoce poco sobre la pérdida de peso como tratamiento de la IU (Subak, L. et al, 2002).
El parto es un factor establecido de riesgo de IUE y IUM entre las mujeres jóvenes y de mediana edad (Rortveit, G. et al, 2001). Se ha sugerido que el parto vaginal es el factor contribuyente más importante, posiblemente por las lesiones neurológicas o musculares asociadas. Se ha comprobado que en mujeres con antecedentes de parto vaginal la prevalencia de IU es 24,2% de partos por cesárea es de 15,8% y en las mujeres nulíparas 10,1% (Robles, J., 2006).
Estudios sugieren que la laxitud de los tejidos conectivos inducido por la progesterona y la relaxina contribuyen a la aparición de IU. Por lo que la hipermovilidad de las articulaciones en la gestación precoz se asociaría con un mayor riesgo de IU relacionada con la gestación. Sin embargo, una investigación no encontró asociación alguna entre la laxitud de la articulación y la IU. (Douglas, G., 2002).
Todos los fármacos psicotrópicos tienen acción en mayor o menor grado sobre la función vésico-esfinteriana. Los diuréticos pueden agravar la incontinencia sobre todo en pacientes, en los que tienen incapacidad física para alcanzar el baño a tiempo. (Martínez, E., 2000).
Las mujeres son proclives a desarrollar IU si sus madres o hermanas mayores son incontinentes. Todo ello hace pensar que la herencia puede jugar algún papel en la IUE. (Hannestad, Y., et al, 2004)
Los prolapsos de los órganos pélvicos, la cirugía uroginecológica previa, el estreñimiento, las cistitis y otras infecciones del tracto urinario son los factores uroginecológicos más importantes asociados a IU (Viktrup, L. y Lose, G., 2000).
2.1.3. Protocolo de Diagnóstico para la IU.
El diagnóstico debe comenzar con la realización de una historia clínica y exploración física, en las que se incluyan aspectos generales y otros más dirigidos a la patología (Fuentes, I. et al, 2000).
En la anamnesis es importante recoger información acerca de la paridad como número de embarazos, de partos por vía vaginal, utilización de fórceps, episiotomías, duración del trabajo de parto (Robles, J., 2006). Deben reflejarse así mismo otros factores de riesgo como: sobrepeso, cirugía pélvica o abdominal, presencia de infecciones urinarias a repetición, prolapso genital, menopausia,
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