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Proyecto ambiental


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2013  •  7.868 Palabras (32 Páginas)  •  255 Visitas

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INTRODUCCIÓN

El creciente consumo de pilas y baterías representa un riesgo para la salud y el ambiente, pues al no haber planes de manejo adecuado, la ciudadanía se ve obligada a mezclarlas con la basura doméstica, donde generalmente se incendian o terminan por liberar las sustancias tóxicas que contienen para contaminar el suelo, el subsuelo, los cuerpos de agua y el aire.

El reciclaje de las baterías usadas se fundamenta en la posibilidad de beneficiarse de un recurso relativamente escaso con valor de reúso como el plomo. En la fabricación y reconstrucción de baterías de plomo es donde hay mayor consumo de plomo en el país.

Puede decirse que en Venezuela casi la totalidad de las baterías usadas generadas a nivel doméstico se reciclan, gracias a mecanismos que la industria de reciclaje ha establecido por iniciativa propia. Mientras el mercado otorgue un valor de reúso a las unidades desechadas y se ofrezcan descuentos comerciales a los generadores por dejar la batería en el sitio de cambio, el alcance de la recolección será significativo.

Es por ello que la disponibilidad de las baterías usadas como insumo se presenta en toda el área geográfica del país, por lo que es posible desarrollar el proceso de recolección y reciclaje tanto en áreas urbanas como rurales. Obviamente las áreas urbanas, que se han constituido en áreas metropolitanas al agrupar varios municipios, ofrecen las mayores ventajas competitivas en materia de oferta de energía, combustible, mano de obra de bajo costo, facilidades de transporte y obtención de los insumos.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Actualmente a nivel mundial el reciclaje de pilas y baterías es una actividad de reciclaje cuyo objetivo es reducir el número de pilas y baterías que son descartadas como residuo sólido urbano. Es ampliamente promocionada por gente con conciencia medioambiental y conocimientos sobre contaminación, particularmente conscientes de la contaminación del suelo y del agua, debido a la adición de metales pesados y otros compuestos químicos usados en estos objetos.

En Venezuela es un país eminentemente urbano, con un porcentaje mayor al 87% de población asentada en ciudades. La densidad de ocupación privilegia la zona de la costa (norte – occidente – oriente), a lo largo de la cual se han situado importantes ejes industriales, así como de explotación petrolera y de desarrollo petroquímico.

Las actividades relacionadas con el flujo comercial de baterías ácido – plomo, tanto del sector formal como del sector informal, se asientan también de manera preponderante en estos ejes y, en menor escala, en la zona de Los Andes, al occidente del país, en las áreas fronterizas. Esta tendencia pudo verificarse en el estudio de campo, para el cual fueron seleccionadas ciudades representativas de la dinámica de interface formal – informal de los flujos de baterías usadas ácido -plomo, tales como el Área Metropolitana de Caracas (municipios conurbanos) y los grandes centros urbanos, Maracay – Edo. Aragua, Valencia – Edo. Carabobo, Barquisimeto – Edo. Lara y Barcelona – Edo. Anzoátegui (junto con sus zonas de influencia), así como el eje de ciudades medias El Tigre, El Tigrito – Edo. Anzoátegui, expresión de la influencia del sector petrolero en el problema del comercio ilegal de recuperación.

Desde una óptica cuantitativa, la participación de las zonas rurales en el manejo de las baterías usadas no resulta relevante, si bien, no se desconoce su importancia en términos de las prácticas inadecuadas para la salud y el ambiente que conllevan las actividades de fundición y utilización alterna de las baterías usadas y el plomo recuperado en este contexto.

El negocio de la recuperación del plomo proveniente de Baterías Usadas Ácidas se concentra en dos empresas que operan así bajo condiciones de oligopolio. Estas recuperadoras formales se localizan en la zona central del país y presentan la tecnología más avanzada dentro de los actores del proceso de reciclaje. Existen en la cadena de recolección – transporte – reacondicionamiento o reciclaje otros actores de carácter informal y menor envergadura, que tratan de competir en menor escala con los grandes productores y recicladores, reduciendo costos de producción a costa de mayores impactos para el ambiente y perjuicios a la salud. En Venezuela, la incertidumbre y desequilibrios de la economía, la crisis institucional, la variabilidad en el comportamiento del mercado, tienden a hacer cada vez menos rentable el negocio minorista de los pequeños fundidores y recicladores, los cuales actualmente no tienen un peso significativo dentro del flujo del sistema.

Cada día que transcurre crece la importancia de reciclar, más aún cuando se trata de residuos tan contaminantes como las pilas. Ocurre que una vez agotadas, si las tiramos a la basura llegan a los vertederos y estos metales, altamente tóxicos, se liberan al ciclo del agua a través de la lluvia o del gas producido al quemar la basura.

La mala disposición final de este tipo de productos, logra un alto impacto al medio ambiente producido por los lixiviados, debido a que las pilas son arrojadas con el resto de la basura domiciliaria, siendo vertidas en basureros, ya sean a cielo abierto o a rellenos sanitarios.

La magnitud de la contaminación de las baterías, basta con saber que son las causantes del Mercurio en la basura doméstica, así como del Zinc, del Cadmio, del Níquel, etc.

Debido a esto y muchas razones con el medio ambiente se buscara el método más eficiente que permita que no solo se realice una recogida satisfactoria, sino además concientizar a las personas de la mejor manera para proteger al medio ambiente. Con el paso del tiempo México comienza para tratar de poner freno a la contaminación generada por el desecho de baterías. No hay sistemas de acopio ni suficiente capacidad técnica para reciclarlas.

Las pilas usadas no se deben tirar a la basura, ni al agua, ni enterradas. Son residuos tóxicos que contaminan al ambiente. Sepáralas y deposítalas en contenedores para que el ayuntamiento las envíe a un confinamiento especial.

Cabe destacar que el tiempo de bio-degradación de las pilas es de más de 1.000 años. Tienen elementos altamente contaminantes y que no se degradan tan fácilmente. Contienen mercurio, o también zinc, cromo, arsénico, plomo o cadmio. A los 50 años comienza su degradación, pero seguirán siendo nocivos durante más de mil años.

En términos generales, las pilas, al ser desechadas se oxidan con el paso del tiempo por la descomposición de sus elementos y de la materia orgánica que las circunda, lo que provoca daños a la carcasa o envoltura y, por consiguiente, la liberación al ambiente de sus

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