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¿QUÉ ES UNA POSTURA SALUDABLE?


Enviado por   •  23 de Octubre de 2018  •  Apuntes  •  3.135 Palabras (13 Páginas)  •  131 Visitas

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¿QUÉ ES UNA POSTURA SALUDABLE?

Profesora Virginia Vargas

La finalidad de este texto es acercarles algunos principios que comprenden a una postura saludable. No intenta dar una descripción detallada de todos los componentes de la postura sino un sencillo acercamiento.

La primera pregunta que vamos a hacernos es que entendemos por postura saludable. Todos alguna vez hemos escuchado decir “parate derecho” o “sentate derecho”, “estás mal parado”… y cuando intentamos corregir nuestra postura tensamos los hombros, nos duele la espalda, o sentimos que no encontramos de dónde sostenernos.

Es importante comprender que nuestra postura está ligada en parte a nuestra historia, a las vivencias: el modo en que se “paran “o mueven nuestros familiares (a veces reconocemos quién es el padre o el hijo porque caminan del mismo modo), si hemos practicado algún deporte o actividad corporal, si vivimos en el campo, en la montaña o en la ciudad, si nos sentimos seguros o no de nosotros mismos, si apreciamos ser quienes somos o estamos a disgusto, si nos sentimos libres o inhibidos… Entonces nuestra postura está en parte construida por experiencias físicas, psico-afectivas, emocionales.

Desde la estructura de nuestro aparato locomotor contamos un sistema esquelético (huesos y cartílagos), un sistema articular (cartílagos y estructuras que conectan los huesos entre sí) y un sistema muscular (músculos que se conectan a los huesos a través de tendones). Es decir, un conjunto de sistemas integrados que nos permiten sostenernos, movernos, además de proteger órganos. Sabemos que los huesos también cumplen con la función de reserva de minerales y producción de células sanguíneas y que hay otro tipo de músculos que no pertenecen al sistema esquelético (el tejido muscular liso del estómago, intestinos, el estriado cardíaco, etc.).

Pero volvamos a la postura: ¿Somos todos realmente conscientes de ella?

Vamos a ponernos en acción. El siguiente es un trabajo en el que es necesario llevar la atención al cuerpo

Lleva tu atención a tus apoyos. Si estamos de pie nuestros apoyos son los pies y al sentarnos, los isquiones.  Si estás de pie Intenta pararte con tus pies paralelos entre sí, separándolos en el ancho de tus caderas o mejor, isquiones. Trata de sentir cómo apoyan tus pies, tratando de distribuir el peso en forma equitativa en un pie y el otro. Es decir, que los dos pies reciban el mismo peso y que puedas sentir la planta de los pies. Ya desde muy pequeños algunos llevamos el peso hacia los arcos internos y otros hacia los bordes externos y eso influye en nuestras rodillas. Simplemente vamos a observar cuál es la tendencia de cada uno.

Rodillas: intentaremos dejarlas apenitas flexionadas o extendidas, pero no “trabadas”. ¿Sentís que tus rodillas se traban hacia atrás? Intentá flexionarlas lentamente hacia delante de modo que lleguen a la línea de los dedos gordos y volvé a extenderlas lentamente empujando tus pies hacia el piso sin despegar los talones.

Pelvis: trata de que los isquiones apunten hacia el piso. Si estás sentado, están en contacto con la superficie de apoyo. Fíjate que el peso no caiga por delante de los isquiones (en ese caso aumentaríamos la lordosis* lumbar, la pelvis queda en anteversión*) y tampoco por detrás (ese movimiento se llama retroversión* nos lleva a una inversión de la curvatura lumbar). Recordá que la columna tiene curvas en la zona cervical, dorsal y lumbar

Columna: trata de sentir cuán larga es. Si estás parado empuja con suavidad tus pies hacia el suelo, estableciendo un contacto con él. Si estás sentado hacé lo mismo desde los isquiones. Esto te permitirá alargar la columna sin querer ponerla recta ni sentirte rígido. Al alargarte, proyecta tu coronilla (el tope del cráneo) hacia el cielo, es decir hacia arriba.

Intentá relajar los hombros y quitarle tensión al pecho. Asegúrate que los glúteos estén relajados.

Desde ahí observa si sentís que tu pelvis, tórax y cabeza están alineados.

Desde aquí podés jugar con balancear el peso de un pie a otro, o de metatarsos y dedos a talones. Camina y hacé pausas volviendo a pararte sobre tus dos pies.

Ahora, algo importante: La postura “ideal” es aquella que nos permite organizar nuestro cuerpo rápidamente para la acción. Citando a Moshe Feldenkrais: La buena postura significa poder actuar de prisa, pero sin precipitación. La precipitación en general implica un aumento excesivo de la contracción muscular. Buena postura implica emplear toda la potencia que uno tiene sin emplear movimientos parasitarios.

¿Qué quiere decir esto? Que desde ella podamos movernos con la mayor libertad y fluidez posible. Si hay zonas de nuestro cuerpo excesivamente tensas la movilidad se verá dificultada, del mismo modo sucederá si están débiles o su tono es excesivamente bajo. Los movimientos parasitarios son aquellos que hacemos de más y que no nos permiten focalizar el esfuerzo de modo eficiente. Por ejemplo, si para sentarnos erguidos elevamos los hombros haremos, entre otras cosas, un gasto innecesario que con el tiempo va a provocar dolor o tensión, cierto desequilibrio en el tono muscular.

En general, si nuestra postura es saludable tenemos una grata sensación de equilibrio, la respiración es cómoda y fluida. Recordando, como vimos al principio, que la postura no se limita a una técnica correcta, sino que es la que nos permite libertad de movimiento y expresión.

Desde este enfoque que relaciona la postura con la acción, una persona que no tiene una columna equilibrada (y esto incluye desde una escoliosis notoria a cualquier otro estado más complejo) puede desarrollar con trabajo consciente la capacidad de accionar empleando toda su potencia, todas sus posibilidades.  Requerirá conocer sus límites, aquello que no puede hacer, para aprender a organizarse armónicamente dentro de su estructura, enfocándose en un trabajo que incluya la totalidad del ser, en sus aspectos físico, psíquico, afectivo. Muchas personas se han permitido ser maravillosos bailarines, algunos usando sus sillas de rueda porque con práctica y entusiasmo han desarrollado al máximo sus posibilidades.

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