Qué y cómo, no por qué: Métodos científicos

Qué y cómo, no por qué: Métodos científicos

A comienzos de los siglos IV y V a. C., los filósofos griegos intentaron determinar de qué estaba hecho el mundo. Aristóteles, quien vivió alrededor de 340 a. C, y el principal entre ellos, fue discípulo del filósofo Platón y tutor de Alejandro el Grande, conquistador de gran parte del mundo conocido. Aristóteles fundó una escuela de filosofía y escribió muchos libros, algunos de ellos sobre ciencia. Él y sus discípulos hicieron muchas observaciones sobre los hechos de la vida diaria, e intentaron obtener todas las conclusiones posibles únicamente con argumentos lógicos. Infortunadamente no estaban muy interesados en conocer exactamente qué sucede, o cómo sucede, ni siquiera si sucede en diferentes condiciones. Su interés principal fue teorizar por qué ocurren los hechos específicos que observaban.

Aristóteles creyó que toda la materia a su alrededor estaba formada por cuatro elementos: Tierra, Agua, Aire y Fuego. Cada elemento tiene un lugar "natural". En el lugar más alto estaba el Fuego, luego el Aire, después el Agua y en la base, la Tierra. El movimiento ocurre cuando un elemento necesita ir a su propio lugar natural. El agua bulle a través de espirales sobre la Tierra. Al añadir fuego al Agua se produce vapor, una forma de Aire, que asciende. Una piedra (Tierra) cae a través del Aire y del Agua para llegar al piso. Cuando una piedra se lanza hacia arriba, se le da un "movimiento violento". Cuando este movimiento cesa, predomina el movimiento natural, y la piedra cae.

Los escritos de los antiguos griegos llegaron por primera vez a Europa en el siglo XII a través de traducciones árabes. Hasta el siglo XVI los europeos aceptaron como ciertas, sin verificar, las enseñanzas de los griegos. Uno de los primeros científicos europeos que sostuvieron públicamente que el conocimiento se debe fundamentar más en la observación y en la experimentación que en los antiguos libros, fue Galileo Galilei (1564-1642), quien cuestionó la creencia de que la Tierra es el centro del Universo y puso en tela de juicio los puntos de vista de Aristóteles sobre la física, especialmente la idea de que los objetos de mayor masa caen más rápidamente que objetos de menor masa. Para comprobar que Aristóteles estaba equivocado, Galileo desarrolló un método sistemático de observación, experimentación y análisis.

No hay un único "método científico". Sin embargo, todos los científicos estudian los problemas de manera organizada. Ellos combinan los experimentos sistemáticos con las mediciones cuidadosas y el análisis de los resultados. A partir de estos análisis se llega a las conclusiones. Estas conclusiones son sometidas luego a pruebas adicionales, con el fin de verificar su validez. Desde la época de Galileo, los científicos de todo el mundo emplean estas técnicas

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