Relacion Antropologia Con El Arte
a1l2b3a47 de Julio de 2015
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La antropología denotativamente es el estudio de lo humano, sus producciones culturales enmarcadas en un cronotópos y en un grupo contexto, es el estudio de la forma cómo el humano se autoimpone diversas reglas para la adaptación y coexistencia, es una indagación por las fundativas y múltiples posibilidades culturales y su concreción en identidades culturales, en otras palabras, intenta configurar una red comprensiva- interpretativa de los procesos de pertenencia y exclusión individual y colectiva, que ocurren mediante la alteridad, comparación con el otro en la que éste es espejo, reflector y refractor de semejanzas y diferencias; éstas últimas son un camino - no exclusivo- para deambular por la invitación de la esfinge ‘conócete a ti mismo’, para intentar formular incertidumbres sobre el humano como ser- en- el- mundo y sus coordenadas ‘verdaderas’ y ‘representadas’.
La antropología a partir de 1860, y siguiendo el modelo de pensamiento decimonónico positivista, consolidó como su objeto de estudio a los grupos humanos consideradados ‘otros’; de este modo, la antropología connotativamente se entiende - y en múltiples ocasiones se practica- como discurso sólo concerniente a la diversidad cultural; se caracteriza al otro - o al menos se intenta- con la intención de convertirlo en espejo para entender al yo cultural.
En la actualidad se presentan diversas resignificaciones de nociones, que hasta el momento, sirvieron para caracterizar la dinámica sociocultural de la tradición occidental, esta resignificación implica pensar desde un enfoque heurístico e interpretativo las relaciones naturaleza- cultura, objeto- sujeto, espacio- tiempo, material- configuración, forma- contenido, estructura- sentido.
La resignificación de estas relaciones nos invita a pensar no sólo desde la perspectiva del otro, sino también a indagar por nosotros dentro de procesos simultáneos de globalización y regionalización en lo que se ha denominado ‘la gran aldea’. Es decir, pensarnos desde significaciones más flexibles que partan del supuesto de que la sociedad humana es una red compleja, como lo señala Edgar Morin "¿Qué es la complejidad? A primera vista la complejidad es un tejido (complexus : lo que está tejido en conjunto) de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados : presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple. Al mirar con más atención, la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico. Así es que la complejidad se presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable, del desorden, la ambigüedad, la incertidumbre…, De allí la necesidad, para el conocimiento de poner orden en los fenómenos rechazando el desorden, de descartar lo incierto, es decir, de seleccionar los elementos de orden y de certidumbre, de quitar ambigüedad, clarificar, distinguir, jerarquizar… Pero tales operaciones, necesarias para la inteligibilidad, corren el riesgo de producir ceguera si eliminan a los otros caracteres de lo complejo; y, efectivamente, como ya lo he indicado, nos han vuelto ciegos."
Ciegos al realizar preguntas simples que van en detrimento de la red de interacciones humanas que diseñan urdimbres entre valores, funciones y formas, entre lo lógico- significativo y lo causal- funcional. La invitación es preguntar por la paradoja de lo uno y lo múltiple a través de diversos recintos de realidad, que en nuestro caso, configuran un tríptico como lugar de observación de la complejidad presente en la relación dialógica entre naturaleza, hombre, cultura y objetos, y cómo ellos siendo múltiples configuran una unidad autopoiética.
La cultura es el conjunto de procesos psicobiológicos que le permiten al ser humano trascender la experiencia sensitiva mediante la abstracción, que es una interpretación manifiesta en signos y símbolos para convertir el universo en un mundo apropiado, usado y semantizado. La cultura es una y universal, se refiere a las posibilidades de mediación interpretativa humana.
La identidad cultural es la concreción simbólica de la cultura, el conjunto de signos y símbolos creados, adaptados y rediseñados por cada grupo humano, que permite su identificación hacia adentro y hacia afuera en el espacio y en el tiempo. Cada identidad cultural se caracteriza por poseer y reconfigurar matrices de significación autopoiéticas que constituyen creencias verdaderas y creencias representadas.
Las creencias verdaderas son consideradas por los integrantes del grupo como ‘reales’ y no dudan de ellas, por tanto, al referirse a ellas, emplean la fórmula ‘yo sé’; en nuestra sociedad un ejemplo de creencia verdadera es la ciencia, la lógica epistémica. Las creencias representadas son asumidas por los miembros del grupo como ‘convicciones’, ‘opiniones’ y ‘creencias’; es decir, como posibilidades no demostradas, por lo tanto, se duda de ellas y generalmente usan la fórmula ‘yo creo’; ejemplos en nuestra sociedad de este tipo de creencias son la religión y la opinión, la lógica doxástica.
Ambas creencias, verdaderas y representadas, conforman el conjunto epistemológico, que a su vez, configura identidades culturales, es decir, representaciones colectivas que son la base y simultáneamente el desarrollo del cuadro axiológico, las costumbres, la admisión y rechazo de ideologías, tendencias y objetos.
Desde este enfoque, la separación de la cultura material y cultura simbólica no tiene sentido, pués, los objetos son considerados como ‘textos’ en los cuales se manifiesta una acción cognitiva (simbólica), que a su vez, expresa diversas interpretaciones, elecciones y decisiones que son claves para comprender procesos de adaptación, selección, pertenencia y exclusión cultural; procesos con los que se teje la red compleja de la identidad cultural (naturaleza- hombre- cultura- objetos).
Partiendo de lo anterior podemos afirmar que un proyecto de investigación que vincula recintos de realidad diversos, en nuestro caso : la ingeniería, el diseño, la biónica y la antropología; debe suministrar elementos conceptuales y prácticos que permitan aproximarse a la complejidad social descrita por Morin, es decir, ser el pretexto para indagar con razón y corazón por nuestra sociedad partiendo de sus expectativas, recursos y necesidades.
El aporte antropológico en este trabajo es permitir una lectura de la relación naturaleza- hombre- cultura- objetos, dentro de un cronotópos y una tradición cultural, proporcionando simultáneamente elementos teórico- metodológicos para comprender cómo el hombre crea cultura y cómo ésta crea hombres, y cómo la cultura propicia el diseño y rediseño de objetos y cómo éstos configuran cultura.
Para materializar este aporte proponemos pensar que todas las acciones humanas son simbólicas : las creencias, los rituales, las costumbres, los usos, los objetos, etc. Los signos y los símbolos de cada grupo son variables y diversos. La relación entre cultura e identidad es isomórfica, entendiendo la primera como la función y la segunda como la transformación que se produce para conservar la información. Una relación análoga se produce entre diseño y objeto, el diseño es la función y la posibilidad, el objeto es la materialización y transformación.
La mirada del diseño en ingeniería.
Lo anterior lo podemos constatar al revisar históricamente la evolución del hombre, cuando en tiempos remotos, y por el proceso de autoconciencia, éste entendió las posibilidades de interacción con la naturaleza que le permitían la creación, uso y apropiación de objetos. Con ello se marco un hito en los procesos socioculturales y en los biológicos que condicionan el comportar de los seres vivos.
Los objetos creados por los primeros hombres los transformaron, les permitieron darse cuenta de que aquellos de los que disponían, aún los no diseñados por ellos, no eran suficientes para satisfacer sus recién auto concebidas necesidades (porque las necesidades no existen hasta que se es consciente de ellas). Los hombres ‘crearon’ objetos (porque los objetos nacen sólo cuando se da una dinámica de uso que los convierte en útiles), y a su vez, los objetos crearon ‘nuevos’ hombres. T. Gaudin propuso su modelo y explicó que "por una parte la sociedad produce sus objetos, y por la otra, los objetos transforman la sociedad y sus costumbres. Se trata de considerar este ciclo en su conjunto, de percibir su sentido, de construir con él un método de análisis y también de comprender qué posibilidades hay de actuar en él."
El papel de la ingeniería, y en general, el de los diseñadores, cualquiera que sea su especialidad en las transformaciones sociales ha sido poco estudiado, y en términos generales, no es un motivo de preocupación de los diseñadores. Para entender este papel, hay que comprender primero la concepción de diseño desde la ingeniería, percibir qué ve el ingeniero diseñador en un proceso de diseño.
El problema del diseño en ingeniería es entendido tradicionalmente como la determinación de estructuras funcionales capaces de soportar las funciones especificadas por las necesidades del hombre. Los trabajos realizados por Erkens, Woegerbauer, Kesserling y Hansen en la Alemania de 1920 han servido como fundamento de las teorías de diseño clásicas en ingeniería. Casi todas estas teorías parten de un fundamento común, la solución de problemas mediante el empleo del concepto de caja negra - schwarsenkasten- como herramienta
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