Relación Hombre - Ambiente

Unas de las Conferencias Internacionales más importantes fue la Cumbre de la Tierra celebrada en junio de 1992 en Rio de Janeiro, Brasil y la de Johannesburgo en 2002, las cuales reunieron a miles de participantes, entre ellos: jefes de gobierno, ministros, altos funcionarios, científicos, miembros de grupos ecologistas y de ONG.

A fines de los años 1960 y en el inicio de la década de 1970, se despertó el interés por los temas ambientales reflejado en la conservación de la naturaleza, como la creación de Parques Naturales y el profundo estudio y conocimiento del medio.

En la actualidad, se han creado ministerios que se ocupan exclusivamente del tema ambiental como también hay carreras universitarias asignaturas en los distintos niveles de enseñanza que se refieren a estos temas. Las empresas introducen en sus sistemas de gestión procedimientos que permiten preservar el ambiente y conseguir productos “ecológicos” o “verdes”.

Concienciación medioambiental

Antes de la revolución industrial

En la Prehistoria, el hombre fue cazador y recolector y es por ello que su impacto sobre la naturaleza fue pequeño. Con la agricultura comenzó la tala de bosques para obtener tierras de cultivo, combustible y para la construcción de poblados. De esta manera se impulsó la acción del hombre y, en consecuencia, grandes extensiones de bosques han perdido territorio original.

Durante la Edad Media y Moderna surgen indicios de contaminación debido a la creciente demanda de madera para la construcción de barcos y para la fabricación de carbón vegetal que extendió la deforestación en España y otros países europeos. Esto origino que se establecieran, en el siglo XVII, políticas de reforestación y conservación de los bosques, sin trascendencia y practica real.

La revolución industrial y el siglo XIX: El conservacionismo

En el siglo XIX, la máquina de vapor, la electricidad, la explotación del carbón, el uso del petróleo y diferentes industrias químicas revolucionan la vida de los países más avanzados.

En la segunda mitad del siglo se formaron las llamadas “sociedades conservacionistas” cuyo objetivo era la protección de edificios históricos y espacios naturales. En 1864, se creó, en Estados Unidos, el primer parque nacional del mundo, el de Yosemite y en 1872 el de Yellowstone.

A finales de siglo se aprobaron varias leyes de control de humos, de emisiones de las fábricas químicas y de la contaminación de fuentes y ríos. Estas leyes señalaron el comienzo de una sensibilidad creciente ante la temática ambiental aunque no eran muy específicas.

Primera mitad del siglo XX

En España se aprobó el 7 de diciembre de 1916 la Ley de Parques Nacionales y se crearon en 1918 los dos primeros: Ordesa y Covadonga.

La ecología se desarrolla adquiriendo categoría de ciencia. Es la época en la que se comienza a estudiar la naturaleza con una visión conjunta, y se desarrolla el concepto de ecosistema.

En Norteamérica las nuevas prácticas agrícolas, junto a unas duras condiciones climatológicas, provocaron una erosión en las grandes llanuras con la formación de grandes tormentas de polvo. Esto impulso la concienciación de muchas personas que se dieron cuenta de las importantes repercusiones negativas que ocasionaban las prácticas humanas de explotación de la tierra y los recursos naturales.

Segunda mitad del siglo XX

Al terminar la Segunda Guerra Mundial se dio un fuerte impulso a la creación de Parques Naturales en todo el mundo.

En los ochenta se formaron grupos de gran influencia política (los “verdes” y los grupos ecologistas) que tuvieron un aumento en el número de socios y en los ingresos económicos.

En estos años se ha impuesto la legislación, el empleo de lo verde como calificativo del consumo, de la publicidad, de la industria, etc., los informes, las declaraciones y los acuerdos medioambientales. En los proyectos de estudio de los distintos niveles de enseñanza se van incluyendo temas ambientales y la educación se ve como un factor indispensable para incrementar la concienciación ambiental.

Conquistar la naturaleza

La naturaleza ha sido agobiante y opresiva para el hombre durante milenios. De ella extraía sus alimentos y los recursos que necesitaba, pero a la vez se tornaba peligrosa y caprichosa. La necesidad de imponerse a la naturaleza es algo que muchos autores consideran que es propio de la humanidad. Los diversos planteamientos de las relaciones entre el hombre y la naturaleza se resumen en tres corrientes:

El hombre dueño de la naturaleza sin condiciones: Considera a la naturaleza como una fuente de recursos cuya función es suministrar las necesidades del hombre sin condiciones lo que logrará un desarrollo tecnológico en busca de progreso.

La naturaleza manda sobre el hombre: El hombre es un ser que pertenece al conjunto de los seres naturales. Es un animal con peculiaridades evolutivas y está gobernado por las leyes que rige la naturaleza. Incluye dos posturas:

Ecología profunda: Considera que lo valioso es el conjunto de la naturaleza y que la importancia del hombre es simplemente la de un ser natural más. Se olvida o niega la naturaleza especifica del hombre y prioriza la potencialidad evolutiva del conjunto de la biósfera.

Sociobiología: Plantea que la ley natural es la supervivencia del más apto y es por eso que el comportamiento de los hombres está regido por la “ley del más fuerte”. Se considera inevitable el egoísmo humano.

Personalismo: El hombre es considerado como persona, ya que en el sentido biológico es un animal, y que además tiene una dignidad radicalmente superior a los demás seres de la naturaleza. No posee un dominio indiscriminado sobre ella. El hombre es el único ser que posee deberes y obligaciones respecto de la naturaleza y que es responsable de su actuación frente a ella. Nuestra relación con la naturaleza debe enriquecer la personalidad humana, aumentando nuestra libertad y nuestro conocimiento.

¿La Biblia frente a la naturaleza?

El libro de Génesis explica lo esencial de la naturaleza humana y sus relaciones con Dios y con la naturaleza, cuando se establece un gran respeto a la creación del Padre por parte del hombre.

En muchos pasajes de la Biblia y en la historia del pueblo de Israel queda claro que no hay ninguna justificación para una actitud destructiva del hombre sobre la naturaleza.

Declaraciones y legislación

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