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El planeta tierra se formo hace aproximadamente 4 mil millones de anos, quedando ubicado a una distancia ideal del sol para la aparición de la vida en el futuro, por esto ha sido capaz de conservar el agua en forma líquida. La Tierra estuvo inhabitada por millones de años, tiempo durante el cual la tierra no era más que un caos de fuego.  

El vapor de agua condensada cayó en lluvias torrenciales en la Tierra y aparecieron los ríos en la superficie de la Tierra, después de un tiempo redujeron sus canales, surcando los valles. Corrieron hacia los lugares más bajos en el mundo para formar los océanos, la aparición de la atmosfera se dio gracias a la archeobacteria que se alimentaban de sustancias toxicas como el carbono que había en el aire.

De esta forma surgieron las primeras formas de vida en la Tierra, que evolucionaron hasta lo que conocemos como el Homo Sapiens hace aproximadamente 200.000 anos.

Hoy en día, la vida, nuestra vida, es sólo un eslabón en una cadena de innumerables seres que se han sucedido en la Tierra durante casi cuatro millones de años.

El ciclo del agua en la Tierra es un proceso de constante renovación.  Cascadas, vapor de agua, las nubes, la lluvia, manantiales, ríos, mares, océanos, glaciares, el ciclo nunca se rompe.  Siempre hay la misma cantidad de agua en la Tierra.

Todas las especies a lo largo de la historia han bebido la misma agua.

El motor de la vida es la vinculación.  Todo está vinculado.  Nada es autosuficiente.

Nuestra Tierra se basa en un equilibrio en el que cada ser tiene un papel que desempeñar y existen sólo a través de la existencia de otro ser.  Una armonía sutil, frágil que se rompe fácilmente.  Así, los corales han nacido de la unión de las algas y conchas.  

El equilibrio de todos los océanos depende de estos corales.

En la gran aventura de la vida en la Tierra.  Cada especie tiene un papel que jugar, cada especie tiene su lugar.  Ninguna es inútil o perjudicial.

Desde la aparición del homo sapiens hace aproximadamente 200.000 anos, los primeros hombres eran criaturas errantes que vagaban en busca de animales salvajes para alimentarse, hasta aproximadamente 10.000 años atrás cuando apareció el primer gran invento de la historia, la agricultura.

Esto cambió su relación con la naturaleza.  Se puso fin a la incertidumbre de la caza y la recolección.  El resultado de los superávit primero y dio a luz a las ciudades y las civilizaciones.

Sin embargo, después de confiar en la fuerza muscular durante tanto tiempo, la humanidad encontró la manera de aprovechar la energía enterrado profundamente en la Tierra en forma de carbón, gas y sobre todo, petróleo.

Y esta bolsa de la luz solar liberó a los humanos de su esfuerzo en la tierra.  Con el petróleo comenzó la era de los seres humanos que liberarse de las ataduras del tiempo.  Con el petróleo, algunos de nosotros adquiere confort sin precedentes.  Y en 50 años, en una sola vida, la Tierra ha sido más radicalmente que por toda la generación anterior de la humanidad.  Cada vez más rápido.  En los últimos 60 años, la población de la Tierra se ha casi triplicado, y más de dos millones de personas se han mudado a las ciudades.  Cada vez más rápido.

Hoy en día, más de la mitad de los siete millones de habitantes del mundo vive en ciudades.  

Cuanto más un país se desarrolla, la carne más consumen sus habitantes.  

Cuanto más se desarrolla el mundo, mayor es su sed de energía.

En los próximos 20 años, más mineral será extraído de la Tierra que en toda la historia de la humanidad.  Como un privilegio de potencia, 80% de esta riqueza mineral es consumida por 20% de la población mundial.  Antes de la final de este siglo la minería excesiva habrá agotado casi todas las reservas del planeta.  

Desde 1950, las capturas de pesca han multiplicado por cinco, de 18 a 100 millones de toneladas métricas al año.  Miles de buques-factoría están vaciando los océanos.  Tres cuartas partes de los caladeros se agotan, agotadas o en peligro de serlo.

Toda la materia viva está ligada.  Agua, aire, suelo, los árboles.  La magia del mundo está justo en frente de nuestros ojos.  Los árboles respiran las aguas subterráneas en la atmósfera en forma de niebla ligera.  Ellos forman un dosel que alivia el impacto de las fuertes lluvias y protege el suelo contra la erosión.  Los bosques proporcionan la humedad necesaria para la vida.  

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