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Revelado De Huellas


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2014  •  2.239 Palabras (9 Páginas)  •  334 Visitas

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Revelador químico gaseoso: vapores de yodo

Entre los reveladores gaseosos tenemos, como el más importante de todos el yodo. Este es uno de los procedimientos más usados y recomendado para su uso en documentos y soportes de papel, ya que tiene la ventaja de no manchar ni dañar el soporte donde se localizan las impresiones; su principal desventaja es que desaparecen rápidamente las impresiones, por lo cual se deben fijar fotográficamente en forma casi inmediata, existiendo la opción de repetir la técnica varias veces.

"El yodo es un sólido cristalino gris oscuro a temperatura ambiente, pero cuando se calienta se convierte en un gas color violeta. Es un halógeno por tanto soluble en los disolventes orgánicos y en menor medida en agua. Forma soluciones coloreadas cuando se disuelve en líquidos como el alcohol etílico o tetracloruro de carbono. Todos los halógenos son venenosos y corrosivos por lo que es requiere un manejo especial, puesto que ataca a la mayoría de las sustancias".

El yodo, dentro de la tabla periódica de elementos químicos su símbolo es la "I" mientras que su número atómico es el 53".

Es conveniente recalcar la alta toxicidad de los vapores de yodo, por lo que hay que tomar todas las precauciones necesarias, como trabajar en lugares bien ventilados y/o dentro de la campana de extracción de olores, para evitar accidentes. Sí las huellas que se pretenden revelar se encuentran sobre cartón o madera sin pintar o papel muy poroso, con frecuencia los peritos tienden a utilizar el rociado de vapores químicos. Se trata de elementos que, expuestos al calor, tienen la particularidad de producir vapores que penetran en las superficies y son absorbidos por los aceites provenientes de la piel. Dentro de este tipo de técnicas se pueden citar a las cámaras o fumigadores en base a vapores de yodo. Estos cristales, sometidos al calor, producen violentas emanaciones que pueden contenerse en una cámara en la que se depositen los papeles, cartones u objetos donde se pretenda revelar huellas, o rociarse sobre las mismas mediante una pistola especial.

Con cualquiera de los métodos los vapores de yodo al mezclarse con los aceites de la piel, revelarán los trazos de una huella lofoscópica de color café amarillento, que sólo será visible en tanto duren las emanaciones, por lo que resulta necesario fotografiarlas inmediatamente.

Esta técnica tiene como desventaja importante que los vapores son muy corrosivos para los equipos metálicos y tóxicos para el personal técnico que los aplica, por lo que su manipulación debe ser bastante cuidadosa.

Cabe destacar además que no resulta efectivo para huellas antiguas, hablando de tiempo en meses y años, siendo una mejor alternativa el uso de la ninhidrina.

Los vapores de yodo son específicamente recomendables, para superficies grasosas; los reveladores en polvo en estos casos, tienden a adherirse indiscriminadamente, llenando los espacios entre crestas y hasta sobre las mismas crestas, inutilizando las huellas para su posterior estudio.

Como se ha mencionado las imágenes producidas por los vapores de yodo no son permanentes, por lo tanto, es necesario tener lista la cámara fotográfica y en posición, con el objeto de que la exposición fotográfica sea tomada lo más rápidamente posible, siendo el momento ideal cuando la imagen aparece en su más alto contraste.

Un método efectivo y rápido de examinar fragmentos de papel puede ser hecho con el procedimiento del yodo; se han logrado hacer revelados sobre fondos de cobres brillantes que pudiera ser imposible con otros procedimientos.

Para utilizar los vapores de yodo con la finalidad de revelar huellas latentes podemos emplear dos diferentes sistemas: Para objetos pequeños portátiles, tales como cartas, documentos, etcétera, se puede usar una cámara de vapores de yodo; ésta consiste en una cámara de madera, teniendo en su frente un cristal móvil y de un tamaño no mayor de 25" x 15". Esta cámara deberá tener en su base una abertura circular donde se colocará un crisol en el que se depositarán los cristales de yodo. La cámara deberá colocarse dentro de la campana de extracción del laboratorio; los documentos deberán colocarse suspendidos por lo menos a seis pulgadas del crisol y el cristal del frente deberá estar cerrado, los vapores de yodo harán el revelado de las huellas, apareciendo los dibujos papilares de un color café oscuro, si se quiere acelerar el proceso se dará un poco de calor al crisol pero esto no es tan satisfactorio, debido a que los vapores saldrán en mayor proporción, lo que daría como resultado huellas latentes muy gruesas y posiblemente dañadas.

Debido a que las imágenes producidas por los vapores de yodo no son permanentes y con el fin de resolver ésta situación, se emplean con bastante éxito las hojas de transferencias de plata. Tienen la ventaja de que son flexibles; y pueden ser usadas en diferentes superficies. Para hacer una transferencia, primeramente la huella latente es sometida a los vapores de yodo, hasta obtener el máximo contraste, siendo el momento en que la hoja de plata se aplica directamente sobre la huella revelada, sosteniéndola en el lugar firmemente hasta lograr la transferencia, lo que ocurre generalmente en poco tiempo. El yodo de la impresión reacciona inmediatamente con la plata del disco o de la lámina, efectuándose entonces su revelado mediante la exposición de la lamina a la luz de una bombilla o del día, obscureciéndose poco a poco hasta ser completamente visible. Una precaución a tomar es que los discos deberán estar bien pulidos cada vez que sean usados; debe tomarse en cuenta que la imagen de la impresión en el disco aparece invertida, lo que deberá corregirse en su estudio.

Cuando se han utilizado los vapores de yodo para revelar huellas latentes sobre papel y éste tiene una cantidad considerable de almidón en su encolado, es posible fijar las huellas pasando el papel momentáneamente a través de una corriente de vapor. La reacción entre el yodo en la huella y el almidón del papel dará una coloración azul profundo que persistirá por algún tiempo.

En ocasiones puede ser necesario conservar la huella original sin el uso de la fotografía o de la hoja de plata para transferir, para este propósito varios autores recomiendan el uso de una solución cuya fórmula es como sigue: Cloruro de calcio, 1/2 onza; bromuro de potasio, 50 gramos; y agua, 4 onzas. Una vez rociada esta solución sobre la huella revelada previamente con vapores de yodo la fijará permanentemente. La solución puede durar varias semanas en buenas condiciones, pero es más aconsejable usarla fresca y en pequeñas cantidades, auxiliándose de un atomizador que facilita su aplicación

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