SHOCK DEL FUTURO (MONOGRAFIA CAPITULOS XVII-XX)

CAPITULO XVII

ENFRENTAMIENTO CON EL MAÑANA

“Cada cultura humana es un conjunto; y si los individuos tienen que cambiar, conviene que cambien de todo de un modelo a otro”. Esto nos refierE que lo mejor es cambiar la totalidad del modelo., pues todos sabemos sin duda alguna que las tensiones a existir nacen de las incongruencias entre los elementos culturales.

• En el libro, Alvin Toffler, nos presenta el ejemplo de la isla de Manus (ubicada en Nueva Guinea), donde sus pobladores se adaptaron a la cultura occidental. Concluyendo que para un pueblo primitivo es mucho más difícil absorber unos cuantos fragmentos de cultura tecnológica occidental, que adoptar de pronto todo un nuevo sistema de vida.

Pero ojo, esto es solo parte de la cuestión, pues también concluimos en la existencia de límites en la adaptación, generando perturbación y desesperación. Mayormente esto se presenta en los individuos frente a la gran cantidad de novedad que llega a ellos en un breve lapso de tiempo.

“Nadie puede ser elevado por su nivel de adaptación sin sufrir perturbaciones y desorientación”

Lo de Manus deja abierta la posibilidad y la capacidad de nuestra adaptación sin mucha dificultad, haciéndonos legar a una nueva etapa de desarrollo. Pero, no entra en discusión, que nuestra situación frente a la era superindustrial es totalmente distinta a lo de aquellos isleños. Nuestra situación es distinta, pues nosotros no lo importamos (una cultura integrada), NOSOTROS LO INVENTAMOS.

“No hemos de importar el superindustrialismo, sino inventarlo”

“Nosotros no disponemos de un diseño ya preparado para adaptarlo”

Todo lo que se viene para el hombre es nuevo, se pone a prueba los niveles altos de adaptación. Nosotros no nos adaptamos una sola nueva cultura, sino a una desconocida sucesión de nuevas culturas temporales.

“Todo esto abre la puerta de ingreso al ´shock´ del futuro”

Existe pesimismo y desconcierto por el shock; es noticia, pero a diferencia de la naturaleza, este proceso es hecho por el hombre. El Shock del Futuro no se derivan de las fuerzas naturales implacables, sino de procesos inventados por el hombre y que están sometidos a nuestro control.

No podemos evitarlo, pues sería inútil y con consecuencias negativas. Por lo tanto, la respuesta al “shock” del futuro no está en evitar los cambios, sino encontrar otra clase de cambio.

Para conseguir equilibrio, debemos inventar nuevos reguladores tanto personales como sociales para llevar correctamente la serie de cambios que se nos van a presentar. La sociedad necesita de instituciones y formas de organización, nuevos amortiguadores y sistemas de equilibrio.

A medida que avanzamos, necesitamos tácticas personales sociales y tecnológicas reguladoras del cambio, probarlas y desecharlas en el camino que recorremos. Pues, si tenemos un concepto más claro de los problemas y un control más inteligente de ciertos procesos clave, podremos convertir la crisis en oportunidad, ayudar a las personas a sobrevivir, a crecer, y a adquirir una nueva impresión de dominio sobre su propio destino.

ENFRENTAMIENTO DIRECTO

Como medida de prevención al “shock” del futuro, batallaremos empezando desde el nivel más personal; incluyendo aquí nuestro comportamiento cotidiano, muchas veces estos de forma inconsciente para evitar este “shock”. Podemos estudiar nuestras reacciones corporales y psicológicas al cambio para valorar nuestro medio interior, encontrando nuestra propia actuación.

A medida que nos observamos, determinaremos si estamos actuando cómodamente dentro de nuestra adaptación o tal vez no sea así. Es decir, estamos fiando nuestro ritmo vital. Terminado esto, podemos también influir de forma consciente en él.

• En la obra se nos presenta nuestro actuar frente a las molestias que nos provoca el ruido, evitar la luz molestosa del sol, evitar el calor, entre otras. Esto nos deja la conclusión que el hombre emplea tácticas para controlar el nivel del estímulo cognoscitivo.

Muchas veces, sin darnos cuenta empleamos “pantallas sensoriales”, que son trucos sutiles en nuestro comportamiento para modificar nuestros cambios con la adaptación.

¿Por qué nos negamos a aprender algo nuevo? Así nos lo responde Toffler: Muchos factores intervienen, siendo uno resaltante el hecho de resistir al aprendizaje, deseando evitar la presión excesiva de nuevos conocimientos. Un factor olvidad a la hora de no aprender es que evitamos el amor propio, el miedo, el orgullo, entre otros.

Todo esto nos puede explicar nuestra elección de pasatiempos; pues a veces buscamos algo de novedad, pero a veces la evitamos también.  Empleamos el pasatiempo ajustando nuestro ritmo de absorción de manera que no sobrecargue nuestra capacidad. Podemos reducir los estímulos no deseados, procurando aligerar nuestra carga cognoscitiva. También actuamos para regular nuestra tomas de decisiones, pues muchas veces las aplazamos o las delegamos en otros

“Tratar de recordar demasiadas cosas es una de las causas más importantes de tensión psicológica. Olvidar en el acto todo lo que no es importante y retener los datos de posible valor. Nivelando el grado de complejidad de la vida intelectual” (Selye).

ZONAS DE ESTABILIDAD

Debemos tener en claro que el ritmo del cambio en cada una de nuestras vidas puede quedar influido por nuestras decisiones conscientes. Pudiendo reducir el cambio y el estímulo. Está en nosotros controlar y mantenernos frente a las modas y los cambios a nuestro alrededor. De esta manera reducimos la necesidad de establecer lazos, y también romperlos, con los objetos fiscos que nos rodean. Entonces, SI podemos negarnos a comprar artículos que usaremos una sola vez.

Podemos emplear esta misma táctica en las personas y en otras dimensiones que experimentamos. Tomamos ejemplos cotidianos en los cuales tenemos la libertad de elegir y el derecho de negarnos.

Pero con todo eso, no se ha pretendido declarar que el cambio deba o pueda ser detenido. El cambio no se detiene, tan solo debemos controlar el nivel del cambio; pues es vital así como también puede convertirse en perjudicial.

Existen diferencias en las personas respecto a su visión y comportamiento frente a los cambios. Algunos lo anhelan, otros retroceden ante él. Sin embargo, estudios del caso revelan la existencia de “zonas de estabilidad” en sus vidas. Estas pueden ser relaciones duraderas o hábitos que cuidadosamente han mantenido a pesar de la serie de cambios que han sufrido en sus vidas.

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