Semiología De Spintomas Generales
prexxx2730 de Noviembre de 2012
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SINTOMATOLOGÍA GENERAL
Cefalea: Suele constituir un síntoma benigno, pero en ocasiones es manifestación de enfermedades graves, como un tumor cerebral, una hemorragia subaracnoidea, meningitis o una arteritis de células gigantes.
Fiebre: la fiebre es una elevación de la temperatura corporal que supera la variación diaria normal y se produce en combinación con una elevación del punto de ajuste hipotalámico, por ejemplo, desde 37 hasta 39°C, esta desviación del punto de ajuste desde un nivel “normotérmico” hasta uno febril es muy similar al reajuste de un termostato casero a un nivel más alto con el fin de elevar la temperatura de una habitación. Una ves que el punto de ajuste se eleva, las neuronas del centro motor se activan y comienza la vasoconstricción. La persona aprecia primero vasoconstricción en las manos y en los pies. La desviación de la sangre que se aparta de la periferia a los órganos internos determina esencialmente una disminución de la pérdida de calor por la piel y el paciente siente frío. En la mayor parte de los casos, la temperatura corporal aumenta de 1 a 2°C. en este momento puede aparecer temblor, que aumenta la producción de calor por los músculos; sin embargo, si los mecanismos de conservación del calor son suficientes para mantener la temperatura de la sangre, este temblor no será necesario. También aumenta la producción de calor en el hígado. En el ser humano, los instintos conductuales, tiene por objetivo reducir las superficies expuestas, lo que ayuda a elevar la temperatura corporal.
Los procesos de conservación (vasoconstricción) y de producción (escalofrío y aumento de la actividad metabólica) de calor se mantienen hasta que la temperatura de la sangre que baña las neuronas hipotalámicas se adapta a la nueva situación del termostato. Una vez alcanzado ese punto, el hipotálamo mantiene la temperatura en un nivel febril mediante los mismos mecanismos de conservación del calor que tienen lugar en el estado afebril. Cuando el punto de ajuste hipotalámico vuelve a su ajuste más bajo (porque disminuye la concentración de pirógenos o por la administración de antipiréticos), se inician los procesos de pérdida de calor mediante vasodilatación y sudación. La pérdida de calor por medio de vasodilatación y sudación continua hasta que la temperatura de la sangre del hipotálamo se acopla al punto de fijación más bajo.
A la fiebre >41.5°C se le denomina “hiperpirexia”. Esta fiebre extraordinariamente alta puede encontrarse en pacientes con infecciones graves, pero lo más frecuente es que se observe en enfermos con hemorragias del sistema nervioso central.
En algunos casos raros, el punto de ajuste hipotalámico se eleva a causa de traumatismos, hemorragias, tumores locales o por una alteración funcional del propio hipotálamo. A veces se utiliza el término “fiebre hipotalámica” para aludir a las elevaciones de la temperatura corporal causadas por alteraciones de la función hipotalámica. Sin embargo, la temperatura corporal de la mayoría de los pacientes con lesión hipotalámica es subnormal en lugar de supra normal.
Dolor: como todo mundo sabe, el dolor es signo de enfermedad, y es también el motivo que con mayor frecuencia lleva al paciente a consultar al médico. La función del sistema de percepción del dolor (sistema sensorial) es proteger l cuerpo y conservar la homeostasis; realiza esta función al detectar, localizar e identificar elementos nocivos para los tejidos. Como las distintas enfermedades producen patrones característicos de lesión hística, la calidad, la evolución en el tiempo y el sitio donde el paciente localiza el dolor, así como las zonas de hipersensibilidad al contacto y la presión constituyen pistas importantes para el diagnóstico y se usan también para evaluar los resultados del tratamiento.
Dolor agudo: el tratamiento óptimo de cualquier tipo de dolor sería eliminar su causa; en esa situación siempre se hará en primer lugar el diagnóstico antes de formular planes terapéuticos. A veces la corrección del cuadro primario no alivia inmediatamente el dolor. Aún más, algunos trastornos son tan dolorosos que resulta esencial la analgesia rápida y eficaz (como será el estado posoperatorio reciente, quemaduras, traumatismos, cáncer, crisis drepanocítica). Los analgésicos constituyen la primera línea de la terapéutica en tales casos y todos los médicos deben conocer en detalle su uso.
Dolor crónico: hay varios factores que pueden generar, perpetuar, agravar el dolor crónico.
Por supuesto, en primer lugar, el paciente puede tener sólo una enfermedad que sea singularmente dolorosa e incurable en el momento actual. La artritis, el cáncer, las jaquecas, la fibromialgia y la neuropatía diabética son ejemplos de esto. En segundo lugar, puede haber factores secundarios de cronicidad que se inician con la enfermedad y perduran una vez curada esta, como ocurre con las lesiones de los nervios sensoriales, los impulsos simpáticos eferentes y las contracciones musculares reflejas dolorosas. Por último, hay varios procesos psicológicos que pueden agudizar o incluso originar el dolor.
Astenia: síntoma presente en varios trastornos, caracterizado por una sensación de cansancio, fatiga y debilidad física y psíquica, con principal incidencia entre las personas de 20 a 50 años y con mayor preponderancia en las mujeres que en los hombres.
Se origina principalmente en el estrés. Aunque puede tener otro origen, entre ellos orgánico. Una hipótesis sugiere que las astenia se debe a la disminución de endorfinas, sustancias que segrega el sistema endócrino que son responsables de la sensación de disminución de dolor.
Por lo general, aparece a amanecer; es decir, predomina en a mañana y resulta variable ala transcurrir el tiempo. No mejora o incluso se agrava con el sueño. Dentro de sus causas orgánicas, se caracteriza por ser máxima en la tarde, es fija y sin variaciones o fluctuaciones. Se agrava con la actividad y mejora después del sueño. La presunta causa orgánica se origina por: infecciones o acción de citocinas, hematológicas (como en casos de anemia), endocrina (por hipertiroidismo), musculares por miopatías, miastenia grave, déficit de potasio o en la glucólisis; digestiva, en la enfermedad celíaca, hepatopatía crónica o mal absorción, neurológica, iatrogénica, embarazo por alteración hormonal, intoxicación por cadmio.
Adinamia: es la ausencia de movimiento o reacción, lo que puede llevar a un estado de postración. Las causas pueden ser físicas o psicológicas.
Se manifiesta por falta de fuerza, debilidad, ausencia de iniciativa física y emocional como consecuencia de un estado patológico. Por lo tanto, puede ser atribuida a incontables enfermedades y trastornos psiquiátricos o psicológicos, pero existe en particular la adinamia episódica de Gamstorp, también llamada Parálisis periódica hipercalcémica, enfermedad neuromuscular causada por una alteración en el gen del canal de sodio.
Hiporexia:
Pérdida de peso: toda pérdida de peso importante que una persona sana no ha buscado deliberadamente suele indicar la existencia de una enfermedad sistémica. Por tanto, siempre que se realice el interrogatorio deberá preguntarse sobre los cambios de peso. Hay una larga lista de causas capaces de producir pérdida de peso.
En los ancianos, las más frecuentes son la depresión, el cáncer y las enfermedades gastrointestinales benignas. En las personas más jóvenes hay que tener en cuenta la diabetes mellitus; el hipertiroidismo; las perturbaciones psiquiátricas, incluidos los trastornos de la alimentación y las infecciones, en particular por el Virus de la Inmunodeficiencia humana.
Vértigo: particular sensación de falta de equilibrio. El individuo siente que el entorno a su alrededor da vueltas o bien, que gira alrededor del mismo. Generalmente es de carácter rotatorio y se puede acompañar de manifestaciones vegetativas (náuseas, vómitos, sudoración).
Existen varias formas de vértigo, puede ser central o periférico y puede haber falsos vértigos como las lipotimias, el vértigo de altura, mareos por aceleración, temores de desprotección y algunas crisis epilépticas.
Vértigo central: se caracteriza por ser continuo, dura días y no existen alteraciones auditivas ni hay síntomas neurovegetativos.
Vértigo periférico: se presenta como crisis súbitas de poca duración, quizás minutos u horas y se acompaña de manifestaciones auditivas como la sensación de plenitud, hipoacusia y acufenos, así como síntomas neurovegetativos (sudoración, taquicardia, hipotensión y náuseas).
Vómito: el vómito es un fenómeno coordinado por el tronco encefálico y que ocurre por mediación de las respuestas neuromusculares en intestinos, faringe y pared toracoabdominal.
La emesis tiene su punto de partida en núcleos del tronco encefálico que incluyen el del fascículo solitario, el dorsal vagal y el frénico, y otros bulbares que regulan la respiración; los núcleos que controlan los movimientos de faringe, cara y lengua coordinan el comienzo de la emesis. No se han identificado los neurotransmisores que intervienen en tal coordinación, pero se ha planteado que participan vías de la neurocinina NK1, serotonina y vasopresina.
Diaforesis: término que hace referencia a una sudoración excesiva y profusa, que puede ser normal (fisiológica), resultado de la actividad física, una respuesta emocional, una temperatura ambiental alta, síntoma de una enfermedad subyacente o efectos crónicos de las anfetaminas (patológica). En la mayoría
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