Simbolismo E Identidad

Simbolismo e Identidad.

El simbolismo y la construcción del imaginario individual y colectivo.

La identidad y la definición identitaria como herramientas de resistencia y avance.

Por Tito Medina

símbolo (Diccionarios.com)

nombre masculino

1 Signo que establece una relación de identidad con una realidad, generalmente abstracta, a la que evoca o representa: el olivo es el símbolo de la paz en las culturas mediterráneas; el símbolo evoca a menudo una realidad que trasciende al objeto simbolizado.

2 Figura retórica de pensamiento por medio de la cual una realidad o concepto normalmente de carácter espiritual se expresa por medio de una realidad o concepto diferente, entre los que se establece una relación de correspondencia, de modo que al nombrar el concepto simbólico se sugiere o se evoca el concepto real: en muchas poesías los ríos son símbolos de la vida, porque ambas cosas son un largo camino que tiene indefectiblemente un final.

3 Letra o conjunto de letras que sirven para denominar un elemento químico: el símbolo químico del hierro es ‘Fe’.

símbolo. (Real Academia Española © Todos los derechos reservados)

(Del lat. simbŏlum, y este del gr. σύμβολον).

1. m. Representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta por una convención socialmente aceptada.

2. m. Figura retórica o forma artística, especialmente frecuentes a partir de la escuela simbolista, a fines del siglo XIX, y más usadas aún en las escuelas poéticas o artísticas posteriores, sobre todo en el superrealismo, y que consiste en utilizar la asociación o asociaciones subliminales de las palabras o signos para producir emociones conscientes.

3. m. Ling. Tipo de abreviación de carácter científico o técnico, constituida por signos no alfabetizables o por letras, y que difiere de la abreviatura en carecer de punto; p. ej., N, He, km y $ por Norte, helio, kilómetro y dólar, respectivamente.

4. m. Numism. Emblema o figura accesoria que se añade al tipo en las monedas y medallas.

5. m. ant. santo (‖ nombre que servía para reconocer fuerzas como amigas o enemigas).

~ algébrico.

1. m. Letra o figura que representa un número variable o bien cualquiera de los entes para los cuales se ha definido la igualdad y la suma.

~ de la fe, o ~ de los Apóstoles.

1. m. credo (‖ oración).

Durante las últimas décadas, hemos sufrido en distintos países un desgaste en la conformación del pensamiento individual y colectivo.

Las dificultades de lograr consensos, están basadas en una buena medida en la falta de una visión conjunta de largo plazo, o la ausencia de una utopía colectiva.

El discurso se fragmenta y se trata de manera revisionista para encontrar los errores, en base a una crítica superficial de los convulsos procesos de los cuales todos hemos sido parte o víctimas.

Se estratifica a manera de castas una supuesta representatividad del pensamiento, tanto en el sentido académico como a nivel de organizaciones de base, mucho de esto como consecuencia de la influencia de los modelos desarrollistas que se les han impuesto a nuestras capas dirigenciales desde las postrimerías del siglo XX. Agencias de desarrollo internacional invierten unas migajas, en la organización de simposios y encuentros para tener información de primera fuente acerca de las fuentes de conflicto, mecanismos de organización y desarrollo de la visión colectiva. En la mayor parte de los casos los resultados no son compartidos ni siquiera con los “organizadores”, mucho menos con las redes o comunidades que ellos o ellas aglutinan o representan. Estos mecanismos descarados de inteligencia constituyen una nueva forma de saqueo, otra nueva conquista. Se diversifica y divierte el contenido principal de la confrontación entre sectores sociales opresores y oprimidos, para reposicionar el discurso de una manera menos peligrosa, se promueve el paternalismo, la dependencia, el asistencialismo y la subordinación a los dictámenes de entidades que regulan no solo el pensamiento sino la estructuración de nuestras sociedades cada vez mas controladas y explotadas tanto en sus recursos humanos como naturales.

La búsqueda, de la creación y recreación de un pensamiento y de formas de expresión propia es en sí misma, uno de los motores generadores de cultura. El reposicionamiento de cada uno de los individuos de una sociedad como hacedores de cultura, mediante la evaluación de los valores individuales y colectivos. La búsqueda del balance interno, entre las influencias intelectuales y sociales, familiares y comunitarias, de la cultura tradicional y del estado, de pensamiento popular y de la academia; la búsqueda de expresión propia y de posicionamiento de nuestras ideas en función de la creación de símbolos y de herramientas que vayan logrando consensos en la creación de nuevas expresiones del imaginario colectivo, la búsqueda de nosotros mismos como entes creadores y recreadores del pensamiento filosófico de nuestras comunidades.

Cada uno de nosotros, en cualquier parte de la tierra, somos capaces de observar los fenómenos naturales, de escuchar las historias, mitos y relatos tanto de las culturas populares locales como de las academias y de los entes concentradores de poder tanto regionales como nacionales e internacionales.

Cada uno de nosotros, debe tomar responsabilidad de su poder de filosofar, debe empoderarse y expresar de manera oral, escrita, artística, visual o de cualquier manera su forma de pensar.

Cada uno de nosotros, puede compartir el significado de la palabra símbolo, aprender unos de otros y autoeducarse en los mecanismos de interpretación simbólica.

Cada uno de nosotros, puede compartir sus formas individuales de construcción y adopción de símbolos, aprender unos de otros y perfeccionar sus mecanismos individuales de construcción simbólica.

De la misma manera que lo individual depende de lo colectivo, lo colectivo depende de lo individual, en esta dicotomía, el desarrollo excelso de las capacidades individuales al interior

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