Sociologia Y Ciencia
natitanatu10 de Agosto de 2013
639 Palabras (3 Páginas)295 Visitas
Sociología de la Ciencia.
La única excusa que puedo ofrecer es que los especialistas de este campo no se han
ocupado de estos puntos de vista, y dada la actualidad de los problemas es preferible
enunciarlos a este nivel a esperar un estudio académico que puede demorarse
indefinidamente. Tal vez este planteo contribuya a disminuir su demora.
Lo antedicho se refiere a las afirmaciones confirmables o refutables de este trabajo, y no a
su componente normativa. Aquí se propone una actividad concreta a los científicos, que puede
ser rechazada o aceptada independientemente de la validez de las consideraciones generales
que esta propuesta me ha sugerido. A mí me ha parecido importante insistir en la actividad
revolucionaria que conduce a un nuevo tipo de ciencia que no es ‘inferior’ a la ciencia actual, y
que no es obligatorio aceptar los criterios valorativos de ésta, ni conveniente para la misma
Ciencia. Otros preferirán pasar por alto toda esta discusión metacientífica y ver si hay algo
positivo en la propuesta en sí, con las especificaciones que aquí se dan.
Por el contrario, se notará que falta una justificación seria del rechazo del sistema social
actual y una descripción aunque sea somera del que lo reemplazaría.
Se omite la primera porque este ensayo está dirigido en primer término a aquellos que ya
tienen formadas sus convicciones al respecto. No se trata de hacer proselitismo contra el
sistema sino de discutir que pueden hacer los ya convencidos. Y se omite la segunda porque
es uno de los grandes temas a desarrollar.
Dado el carácter francamente ideológico del contenido, es oportuno puntualizar que en toda
discusión de este tipo la máxima simplificación que puede hacerse es considerar cuatro
posiciones básicas:
‘Fósil’, o reaccionaria pura;
‘Totalitaria’, stalinista estereotipada;
‘Reformista’, defensora del sistema actual pero en su forma más moderna y perfeccionada,
admitiendo las críticas ‘razonables’. Desarrollismo.
‘Rebelde’ o revolucionaria, intransigente ante los defectos del sistema y ansiosa por modificarlo
a fondo.
Fósiles versus Totalitarios es la alternativa maniquea con que se nos sugestiona. Es irreal
porque ninguna de ambas puede tener ya vigencia práctica en gran escala, aunque la tuvieron
en ejemplos históricos muy publicitados, y se ven aún algunas imitaciones. La oposición real es
entre Reformistas y Rebeldes.
Los Reformistas se atribuyen como mérito combatir a los Fósiles y a los Totalitarios, lo cual
muchas veces es cierto. Capitalizan ese mérito en forma de ‘falacia triangular’, que consiste en
presuponer que no son cuatro sino tres las posiciones posibles –dos extremos y un justo
medio- y por lo tanto quien está contra ellos es Fósil o Totalitario.
Los rebeldes tienen que luchar contra esa magia del número tres. Les cuesta poco
demostrar que no son Fósiles, pero como enemigos del Reformismo se los acusa de
Totalitarios. Tampoco les es fácil esclarecer su oposición a un sistema que a través del
Reformismo está prometiendo constantemente enmendarse y descargando sus culpas sobres
los Fósiles. Es una situación que clama a gritos por su Molière.
También cuando se habla de planes y posibilidades se repite este esquema. Hay una
posición ‘pesimista’ y otra ‘utópica’, frente a cuyos extremos existe supuestamente una sola
actitud sensata: la ‘realista’, avalada por la experiencia. Toda ‘innovación’ atrevida tiene en ese
realismo a su mayor enemigo y es desechada por él como utópica.
...