Síndrome de fragilidad El estudio de la fragilidad ha traído grandes avances en la medicina geriátrica en los últimos años.

SÍNDROME DE FRAGILIDAD

Definición del problema

 El estudio de la fragilidad ha traído grandes avances en la medicina geriátrica en los últimos años.

El grupo de adultos mayores vulnerables es el de mayor crecimiento en casi toda américa latina.

Esta vulnerabilidad da como resultado un peor pronóstico ante cualquier situación de salud incluyendo, discapacidad. No es extraño que en los últimos años se halla considerado a la fragilidad  como el centro de la medicina geriátrica.

Se define a la fragilidad como un estado fisiológico de vulnerabilidad incrementada a estresores que resulta de reservas fisiológicas disminuidas, inclusive de desregulación de múltiples sistemas fisiológicos, esto dificulta el mantenimiento de la homeostasis ante cualquier perturbación, ya se ambiental, exacerbación de enfermedad crónica, enfermedad aguda o lesión.

Se han propuesto múltiples definiciones de fragilidad, pero en general se acepta que es un término en medicina geriátrica que describe la presencia de deterioro multi-sistémico, vulnerabilidad que se expande y que desafortunadamente no ha emergido como un síndrome clínico con una definición consensuada de hecho es pobre y variablemente definida, sin una herramienta clínica como estándar de oro para su diagnóstico.

Es un síndrome que conlleva un riesgo alto de mortalidad, discapacidad, institucionalización, así como hospitalizaciones, caídas, fracturas, complicaciones postoperatorias, mala salud e incluso tromboembolismo venoso.

La fragilidad es considerada un continuo entre el envejecimiento normal y un estado final de discapacidad y muerte. La prevalencia e incidencia de fragilidad es variable, debido principalmente a las diferentes definiciones que existen en la literatura.

La prevalencia de fragilidad se estima que es superior al 10% en adultos mayores de 65 años y que esta se incrementa conforme avanza la edad  hasta más de 50% en los mayores de 85 años siendo la población que vive en instituciones de cuidados prolongados la más afectada.

La prevalencia en América Latina oscila entre un 30 y 48% en mujeres y de un 21 a 35% en hombres. La prevalencia en México es de un 39%, siendo mayor su frecuencia en mujeres con un 45%, a diferencia de los hombres con un 30%(Alvarado BE, 2008).  La fragilidad, se asocia además con una disminución de la calidad de vida y aumento de los costos ligados a su atención.

Síndrome caracterizado por: Disminución de la reserva y resistencia del organismo los cuales se relacionan con un ciclo de declives en múltiples sistemas.

Síndrome clínico común donde las personas frágiles utilizan con más frecuencia todos los servicios de salud por un balance de energía negativo,  sarcopenia,  disminución de la fuerza y menor tolerancia al esfuerzo generando mayor frecuencia de caídas, discapacidad, hospitalización y mortalidad.

Estado de riesgo, vulnerabilidad y desequilibrio caracterizado por múltiples hallazgos entre los que destacan: Desnutrición, pérdida de peso, anorexia, dependencia, inmovilidad, reposo prolongado en cama, úlceras de presión, problemas de la marcha, debilidad, edad extrema, miedo a caerse, fractura.

La discapacidad puede considerarse como la consecuencia más grave e importante del síndrome de fragilidad, sin embargo no todos los adultos mayores con discapacidades son frágiles y no todos los ancianos frágiles presentan discapacidades.

Con una prevalencia de el 10% hasta el 25% en adultos mayores de 65 años y más de 50% en los mayores de 85 años es más frecuente en el sexo femenino y en ancianos afroamericanos e hispanos, el 95% o más de los casos se relacionan con DM, HTA e IC. Las defunciones de pacientes frágiles ocurren en los de mayor edad (66% mayor de 80 años).

La propuesta de Ensrud y cols. La cual consiste en valorar 3 criterios:

• Pérdida de peso independientemente de si fue intencionalmente o no en los últimos 3 años.

• Inhabilidad para levantarse de una silla cinco veces sin usar los brazos

• Nivel de energía reducida utilizándose la pregunta: ¿Se siente usted lleno de energía? considerándose un NO, como respuesta.

Si cumple con dos o tres criterios se catalogan como un anciano frágil, estos criterios mostraron eficacia similar para predecir caídas, fracturas, discapacidad y muerte, tanto en hombres como en mujeres.

Mecanismos fisiopatológicos

En los últimos años se han publicado una gran cantidad de información acerca de los mecanismos fisiopatológicos de la fragilidad, es cada vez más evidente que existe una disfunción multisistémica que involucra al sistema inmunológico, cardiovascular, musculoesquelético, endócrino y hematológico.

El envejecimiento del sistema inmune se acacteriza por un estado inflamatorio crónico de bajo grado, denominado inflammaging, y corresponde a un fenotipo proinflamatorio observado en algunos individuos y que se caracteriza por un incremento en las moléculas inflamatorias como la proteína C reactiva y la interleucina 6, y leucocitosis.

Se ha identificado en individuos frágiles una activación generalizada del sistema inmune relacionada con la edad, que se hace concreta en la aparición de autoanticuerpos no relacionados a ninguna enfermedad autonmune particular. Algunos marcadores de la inflamación se encuentran elevados como la IL-6, la IL-1B y el TNF-alfa, que tienen importantes efectos catabólicos sobre la masa muscular y promoviendo la difunción neuroendócrina.

Se ha demostrado que la producción de IL-6 y los receptores para citocinas antiinflamatorias están aumentados. También ha sido encontrado un desequilibrio entre el estado inflamatorio crónico de la edad con la respuesta inmune humoral, estando esta última decrementada.

La proteína C reactiva se ha asociado con la aparición de enfermedad cardiovascular y la propensión a la fragilidad.

La Il-6 es quizá la más estudiada por su estrecha relación con los grados de sarcopenia desarrollados por los individuos; considerándose como sarcopénico a un individuo con una velocidad de la marcha disminuida, decremento en la fuerza del apretón de manos y pérdida de peso de más de 5% independientemente de si fue intencional o no.

Disfunción Neuroendocrina

El neuroendocrino es el sistema encargado del balance homeostático a través de señales a órganos determinados, el envejecimiento es el resultado de un deterioro funcional y fisiológico de ejes neuroendocrinos. Se produciría a través de un fenómeno de cascada, donde todos los ejes son interdependientes y, por medio de múltiples mecanismos donde destacan los de retroalimentación positiva y negativa.

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