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TEJIDO ADIPOSO

ale532319 de Febrero de 2014

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TEJIDO ADIPOSO

Para dar comienzo con el trabajo que se desarrollará a continuación explicaré que es el tejido adiposo y de ahí pasare a sus generalidades y características que darán más profundidad a esta explicación.

Incluyendo al ser humano, muchos mamíferos se alimentan de forma intermitente pero consumen energía continuamente, por lo que necesitan algún tipo de reserva temporal de compuestos energéticos. Los lípidos son los más adecuados para esta misión debido a que pesan poco y ocupan menos volumen por caloría de energía química almacenada que los carbohidratos o las proteínas. La grasa o tejido adiposo es una forma de tejido conjuntivo especializada en el almacenamiento de lípidos. Aunque muchos tipos celulares contienen pequeñas reservas de carbohidratos y lípidos, el tejido adiposo representa el principal reservorio de energía del cuerpo.

El tejido adiposo es una variedad especializada de tejido conjuntivo; integrado por un grupo de células denominadas adipocitos o células adiposas, especializadas en almacenar grasas o lípidos, sustancias consideradas como la fuente de reserva de energía química más importante de un organismo animal.

En el varón normal, el 12 al 14% del peso corporal corresponde a grasa, mientras que en la mujer esta proporción es del 25% o más y representa una reserva de energía suficiente para aproximadamente dos meses. Al acumular lípidos en períodos de ingestión alimentaria excesiva y liberar ácidos grasos en los períodos de ayuno, el tejido adiposo permite el mantenimiento de un aporte estable de compuestos energéticos. A pesar de que el tejido adiposo se consideró durante mucho tiempo un tejido relativamente inerte, sabemos en la actualidad que sus células grasas o adipocitos sintetizan activamente lípidos a partir de carbohidratos y acumulan lípidos procedentes de la dieta, además de que son células muy sensibles a diferentes estímulos hormonales y nerviosos.

GENERALIDADES.

Tradicionalmente, el tejido adiposo fue visto como el sitio de almacenamiento de energía en forma de triacilglicéridos (TAG) durante la alimentación y liberador de ácidos grasos durante el ayuno para proporcionar combustible a otros tejidos. Sin embargo, hoy es evidente que tiene funciones fisiológicas importantes, secretando numerosas proteínas, la cuales participan en la regulación autocrina y paracrina dentro del propio tejido y además tienen efectos en la función de órganos distantes, tales como el músculo, páncreas, hígado y cerebro. Estas proteínas secretadas, las cuales fueron denominadas bajo el término común de adipocitoquinas o adipocinas se hallan implicadas en:

 La regulación del peso corporal (leptina, CRP30/adipoQ)

 La función del sistema inmune (TNF, IL-1, IL-6)

 La función vascular (angiotensina e inhibidor del plasminógeno tipo 1),

 La función reproductiva (estrógenos).

 Desarrollo de la resistencia a la insulina (resistina)

Por lo tanto, se reconoce que el tejido adiposo, especialmente el visceral funciona como un órgano mayor endócrino. Estos nuevos conocimientos tienen implicancias importantes para entender la relación fisiopatológica entre el exceso de grasa del cuerpo y los estados patológicos, tales como la resistencia a la insulina y diabetes mellitus, solo por nombrar algunas.

FUNCIONES.

El tejido adiposo cumple las siguientes funciones:

 Interviene como un reservorio de energía química.

 Modela la superficie corporal.

 Forma almohadillas amortiguadoras.

 Conserva la temperatura corporal, pues es un mal

 conductor del calor.

 Ocupa espacios entre los tejidos y órganos

 manteniéndolos en sus posiciones.

CLASIFICACIÓN

Existen dos tipos distintos de tejido adiposo que se diferencian por su distribución, color, vascularización y actividad metabólica. Uno de ellos es el clásico tejido adiposo blanco, que está ampliamente distribuido y que constituye la mayor parte de la grasa corporal; el otro es el tejido adiposo pardo, mucho menos abundante que el blanco y limitado a ciertas áreas corporales específicas. Aunque el tejido adiposo pardo está presente en todos los mamíferos, incluyendo al ser humano, es más abundante en las especies que presentan hibernación.

TEJIDO ADIPOSO BLANCO

(TEJIDO ADIPOSO UNILOCULAR)

Es el más abundante del organismo humano adulto y por lo tanto el mayor reservorio energético, el cual, como ya se mencionara éste depósito se hace en forma de TAG, proveniente estos de los quilomicrones y VLDL circulantes. Es en éste tejido adiposo blanco donde se pone de manifiesto como órgano productor de sustancias con acciónendócrina, parácrina y autócrina. El tejido adiposo de este tipo presenta una coloración variable amarillenta o blanquecina, según la abundancia de carotenoides en la dieta. Los carotenoides son pigmentos liposolubles de origen vegetal muy abundantes en las zanahorias y otras hortalizas, y tienen la propiedad de que pueden acumularse en las gotas de lípido de las células adiposas. Las células del tejido adiposo blanco son muy grandes, y su diámetro puede alcanzar 120 µm. Suelen ser esféricas, pero en las zonas en las que están estrechamente agrupadas pueden adoptar formas poliédricas debido a que se deforman mutuamente.

La mayor parte del volumen de la célula está ocupado por una sola gota de lípido de gran tamaño. El núcleo está desplazado a la periferia de la célula y muestra un aspecto aplanado debido a la compresión que sufre por el lípido almacenado; el citoplasma está reducido a un fino ribete alrededor de la gota de lípido, y constituye sólo la cuadragésima parte del volumen celular. Las células maduras del tejido adiposo blanco contienen una única gota grande de lípido y son, por tanto, uniloculares; las del tejido adiposo pardo contienen múltiples pequeñas gotas de lípido y se denominan multiloculares.

En las situaciones de ayuno prolongado o de emaciación secundaria a enfermedad crónica, el tejido adiposo libera la mayor parte del lípido que almacena y se convierte en un tejido muy vascularizado formado por pequeñas células ovoideas o poligonales que contienen múltiples gotas lipídicas de pequeño tamaño. Las micrografías electrónicas tomadas en estas células muestran que la superficie celular tiene un contorno muy irregular y que presenta múltiples prolongaciones similares a seudópodos. La lámina externa ya no se adapta al contorno de la célula, sino que presenta grandes pliegues laxos alrededor del mismo. Las células adiposas no se convierten nunca en células fusiformes simples similares a preadipocitos o fibroblastos.

DISTRIBUCION DEL TEJIDO ADIPOSO BLANCO

El tejido adiposo unilocular está ampliamente distribuido en el tejido subcutáneo del ser humano, aunque presenta diferencias cuantitativas regionales según la edad y el sexo. Los lactantes y niños pequeños muestran una capa continua de grasa subcutánea, el panículo adiposo, en todo su cuerpo. En los adultos, esta capa se adelgaza en algunas zonas, pero persiste y aumenta de grosor en otras. Estas zonas en las que el tejido adiposo del adulto aumenta de grosor son diferentes en ambos sexos, lo que establece la diferencia de las características corporales entre hombres y mujeres. En el hombre, el tejido adiposo es más prominente en la zona de la nuca, en la zona subcutánea que cubre a los músculos deltoides y tríceps, en la región lumbosacra y en las nalgas. En la mujer, estas zonas son las mamas, las nalgas, la región epitrocantérica y las zonas laterales y anteriores de los muslos. En las personas bien alimentadas, las diferencias sexuales en la distribución de la grasa corporal persisten y se acentúan con los años, y el hombre tiende a presentar una acumulación adicional de grasa en la pared abdominal anterior.

HISTOGENESIS DEL TEJIDO ADIPOSO

Los histólogos del siglo pasado consideraban que el tejido adiposo era simplemente una forma de tejido conjuntiva laxo en el que muchos de los fibroblastos habían acumulado cantidades excesivas de lípidos.

Según esta interpretación, cualquier tejido consuntivo podría convertirse en tejido adiposo siempre y cuando la ingestión alimentaria superara al gasto de energía. Más tarde, se arrojaron dudas sobre este concepto por el hecho de que, aunque el tejido conjuntivo es ubicuo, los adipocitos no se distribuyen uniformemente en la obesidad, sino que se desarrollan preferencialmente en algunas regiones mientras que otras siguen careciendo de células grasas.

Posteriormente, se demostró que los adipocitos se diferencian a partir de células precursoras especiales de origen mesenquimal llamadas lipoblastos o preadipocitos, aunque algunos histólogos consideraron innecesario establecer una categoría separada de células precursoras y prefirieron considerarlas simplemente células mesenquimales que persisten en diferentes localizaciones y que son las precursoras inmediatas de las células adiposas.

En la actualidad, la posibilidad más aceptada es la de que existen dos procesos de formación del tejido adiposo. En el primero de ellos, que tiene lugar en fases relativamente precoces del desarrollo fetal y que se denomina formación de grasa primaria, aparecen agrupaciones con aspecto glandular formadas por células precursoras epitelioides en localizaciones específicas. Estas células acumulan múltiples gotas de grasa y se convierten en tejido adiposo pardo. En fases más avanzadas del desarrollo fetal y en la primera parte del período posnatal, se diferencian otras células precursoras fusiformes en muchas zonas del tejido conjuntivo,

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