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Trastorno Esquizoide


Enviado por   •  15 de Abril de 2015  •  1.474 Palabras (6 Páginas)  •  166 Visitas

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El trastorno de personalidad esquizoide se caracteriza principalmente por dos rasgos: hay una falta de relaciones interpersonales y el deseo de no tenerlas. El esquizoide es una persona tímida e introvertida, da la impresión de estar ensimismada, como ausente. Tiene, por ello, grandes problemas para tener y mantener relaciones familiares, de pareja y amistades. Es una persona que no tiene los recursos suficientes para enfrentarse a la vida tanto en el aspecto relacional como en el laboral.

El esquizoide es esencialmente una persona solitaria; y una de las claves de su aislamiento es que tiene escasa capacidad para aceptar y dar afecto. No son capaces de sentir gozo. Así, cuando reciben afecto, sienten poca emoción y a su vez devuelven poco afecto.

El esquizoide es el pariente ausente; es el que siempre falta a las comidas familiares, que no acude a los funerales, al que no se le ve en las fiestas del pueblo y trata de escabullirse en las fiestas de Navidad. Y claro, después la familia y amigos contestan de la misma forma: le dejan de lado. El problema, difícil a veces de comprender, es que a la persona esquizoide el tener que pensar en actos públicos le supera, le sobrepasa: no es que no quiera ir, es que no puede.

El problema de este grupo de pacientes es que aunque desean tener relaciones personales, cuando lo intentan fracasan. Es un problema irresoluble: quieren participar en la sociedad, tener un sitio en el que encontrarse cómodos entre personas. Suena incoherente ¿verdad? Se muestran muy independientes y despegados, pero no soportan la soledad. Necesitan afecto pero cuando éste se produce les genera ansiedad. Y esta ansiedad les lleva a evitar de nuevo el trato social.

Uno de los grandes dificultades del esquizoide, como acabamos de apuntar, es la ansiedad. El esquizoide es una persona propensa a la ansiedad ya que sufre muchísimo estrés, sobre todo cuando tiene que enfrentarse a algún tipo de relación social. Por ello, es muy frecuente que el esquizoide se cruce de acera para evitar tropezar con un compañero de la oficina o que pasee solo por un barrio que no sea el suyo para no encontrarse con nadie conocido. Hay verdadero temor a la intimidad y al contacto personal.

Esta ansiedad, este estrés, este temor, afectan negativamente a la persona tanto en su salud psíquica como en la física. Su incapacidad para relacionarse a menudo puede ir acompañada de interpretaciones autorreferenciales, fobias, mecanismos de evitación y disconformidad con la autoimagen. Esto hace que los esquizoides tiendan a estados distímicos, a consumir drogas y alcohol, incluso, pueden aparecer episodios delirantes de corta duración.

Una característica relevante del Esquizoide es la forma que tiene de mostrar, mejor dicho, contener, su ira o agresividad. Si tiene problemas para sentir placer, también lo tienen para sentir cólera. Cuando se sienten molestados o desafiados, su forma de manifestarlo es con gestos, con desdenes posturales, aguantando la mirada al otro, utilizando un tipo de vocabulario… Se podría decir que es una agresividad latente, educada. Incluso, en los casos más extremos del trastorno, el esquizoide debido al fuerte embotamiento afectivo no sienta ira.

No está claramente establecida la prevalencia. Según el DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) es un trastorno poco frecuente en el entorno clínico. En la población general se barajan unas prevalencias que van del 0,7 al 1,8%.

Se desconoce la distribución por sexos aunque se ha especulado sobre el diagnóstico más frecuente en mujeres, pero aún no hay suficiente comprobación empírica. Este dato podría tener que ver con la tendencia que tienen las mujeres en nuestra sociedad a reprimirse emocionalmente.

Señalar que el trastorno esquizoide es más prevalente en los familiares de aquellas personas con esquizofrenia o con trastornos esquizotípico de la personalidad, por lo que se hipotetiza que haya factores genéticos asociados.

Desde la infancia y adolescencia puede haber actitudes que muestren una tendencia al TEP: son niños que se muestran solitarios, mantienen escasa relación con la familia y compañeros de clase y tienen bajo rendimiento en la escuela. A menudo provienen de ambientes familiares en los que se respira una atmósfera triste y fría. Los padres son distantes con los hijos, hecho éste, que puede calar en los hábitos del niño mostrándose vacío e insensible a las actividades sociales.

FACTORES GENÉTICOS:

Después de diversos estudios no se pudo comprobar que el TEP pudiera ser heredado genéticamente, pero sin embargo, si existen algunos aspectos biológicos que le han podido influenciar en su desarrollo, al igual que los autistas, debido al aislamiento social que caracteriza a ambos. Aunque en el TEP hay un factor de riesgo añadido, que son los problemas en la infancia con las relaciones interpersonales que se concluirán como déficits sociales en la edad adulta.

En cuanto a sus estructuras neurológicas sí podrían existir diferencias debido a su incapacidad de sentir emociones y afectos. En la infancia muestran

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