Un Proceso

Un proceso es un conjunto de actividades o eventos (coordinados u organizados) que se realizan o suceden (alternativa o simultáneamente) bajo ciertas circunstancias con un fin determinado. Toda empresa debe establecer procesos para obtener resultados que pueden ser satisfactorios o insatisfactorios dependiendo del proceso que se siga. El mejoramiento de los procesos a lo largo de la historia se ha traducido en mayores rendimientos para las organizaciones. Para lograr estas mejoras se deben realizar mediciones, revisiones para identificar áreas de oportunidad. En base a lo que arrojen los estudios la organización debe tomar decisiones encaminadas a hacer más eficiente sus actividades, optimizando recursos.

Las compañías que puedan controlar su capital de trabajo optimizando sus operaciones serán quienes estarán lo suficientemente fuertes para adaptarse a las variaciones del mercado. He ahí la importancia del análisis y mejora continua de los procesos.

Reconociendo los beneficios de mejorar continuamente, las organizaciones han buscado herramientas o formas para perfeccionar sus procesos a través de los años. Eventos importantes como la producción artesanal, el impacto de la revolución industrial, la división del trabajo de Taylor y la implementación de la administración científica, la línea de producción en serie de Ford han significado grandes avances para tener empresas más productivas y con mejor aprovechamiento de los recursos. En las empresas de manufactura ha sido indispensable el uso de adelantos tecnológicos para modernizar los procesos. En las empresas de servicios, la creatividad y el rediseño de sus procesos de atención a los clientes ha sido vital.

Como ya explicamos un proceso implica una transformación. Un sistema de transformación convierte entradas en salidas. Entre esas entradas (inputs) están materiales, mano de obra, capital, información, equipo, energía. Evidentemente para la empresa todas estas inputs representan una inversión monetaria y es deber de los directivos de la empresa el velar porque se obtenga el mayor rédito posible de esa inversión. En busca de ese objetivo se deben evaluar los procesos para identificar áreas de oportunidad de mejora. Esto puede ser medido en base a la velocidad de respuesta, la calidad del producto o servicio y la rentabilidad que resulte de esos procesos.

El análisis de procesos es indispensable para que los directivos de la organización dediquen esfuerzos para lograr mejoras en el proceso una vez se detectan sus puntos débiles. Los directivos deben tomar decisiones de tipo estratégicas, tácticas u operacionales (de acuerdo a la necesidad de ajustes en el proceso) que signifiquen un mejor rendimiento sobre los recursos de los que se disponen.

Una actitud que han incorporado ciertas empresas es la de tener procesos establecidos para buscar mejoras continuas. Este es

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