Caso: El derecho de llamarse

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CASO: EL DERECHO DE LLAMARSE

El caso se trata de una pareja indígena que tuvo una muy mala experiencia al querer registrar a su hija con un nombre ñañu, esta es la experiencia de una familia originaria de Tepeji de Rodriguez en el estado de Hidalgo, quienes fueron discriminados al querer registrar a su hija con un nombre con un significado en su cultura ñañu, que en esta lengua significa flor de luna, pero al acudir al registro civil de su comunidad no les aceptaron el nombre con la justificación de que ese nombre no lo registraba el sistema o la computadora pues tenía signos de puntuación que no aceptaba la computadora, por lo que las autoridades les dieron la opción de escribirlo sin estos signos a los que los padre se negaron pues el solo hecho de quitarles los signos le daba un significado diferente a su nombre y pasaba de ser Flor de luna a Piedra que muerde por lo que los padres se negaron, otra opción que les dieron fue cambia el nombre pero tampoco accedieron ya que los padres no lo estaban viendo como un capricho sino como un derecho y esto representaba el serle fiel a su cultura y preservar sus raíces además de que para ellos este nombre representaba el trabajo y esfuerzo que ellos hacían diariamente para sacar adelante a su familia, pues los padres se dedican a la venta de flores en el día de muertos y coincidentemente la niña nació el 01 de noviembre, entonces el nombre tenía un significado especial para la familia. En este sentido pienso que los padres pudieron en ese momento tomar la decisión de cambiar el nombre de su hija y evitarse todos los problemas que esto les iba a ocasionar, el tener que estar haciendo tramites, el tener que acudir a distintas dependencias de gobierno en donde los tramites y los tiempos de espera son demasiado engorrosos y los tiempos de respuesta no son lo más rápido que podamos imaginar, pero la pareja estaba fiel, convencida y decidida a luchar por el derecho que todos ciudadanos mexicanos tenemos solo por el simple hecho de ser seres humanos, por ello decidieron comenzar a tocar puertas para buscar las personas correctas que pudieran defender sus derechos, pues el padre estaba convencido que al logara que si hija tuviera el nombre ñañu defendía su cultura, su lengua y su raza. Su lucha duro 18 meses en los cuales los padres se presentaron ante las autoridades de Tula, Tepeji del rio y Pachuca, y hasta la comisión nacional de los derechos humanos quienes le dieron la misma respuesta que era imposible pues su sistema no estaba configurado para esos caracteres en la letra. Después de tanto tiempo y al alzar la voz, la secretaria de gobernación aprobó y autorizo que pudieran utilizar el nombre y designo a algunos ingenieros en el área de informática para hacer los cambios necesarios en el sistema operativo  de sus sistemas de cómputo para que pudiera ser registrada la menos, sin duda alguna la perseverancia de los padres y la lucha por sus derechos tuvo una respuesta favorable, no solo para ellos si no para todas la comunidades indígenas que sin duda alguna tomaran este ejemplo para hacer vales sus derecho y saber que si se puede lograrlo, a partir de este caso se aprobó una adición al artículo 394 de la ley para la familia de hidalgo  en donde reconocerá la inclusión de nombres étnicos en los registros familiares.

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