Casos derecho penal

CASOS GRADOS JULIO DE 2019.-

Caso I.- Marcela se cansó de los maltratos que recibía por parte de su marido Alexis, quien casi todos los fines de semana sale con sus amigos, se emborracha y al llegar a su casa, con cualquier motivo, golpea a Marcela con manos y pies. Una de esas golpizas se produjo cuando Marcela le informó a su marido que estaba embarazada, y producto de los golpes se ocasionó un aborto. Otra golpiza se produjo cuando Alexis se dio cuenta de que su mujer le sacaba plata de su ropa aprovechando su embriaguez. Marcela nunca se atrevió a denunciar estas agresiones, las que pasaban por accidentes.  Dentro de toda esta dinámica, Marcela encontró a un amante que es un vecino, Sergio, y llega a consolarla, cada vez que Alexis sale con sus amigos. En uno de sus encuentros Sergio le propone a Marcela que ella abandone a Alexis y se vayan juntos para Chiloé donde a él le ofrecieron un trabajo. Marcela se niega porque Alexis la había amenazado que si lo abandonaba él la buscaría para matarla, amenaza que ella cree que es muy posible que se concretara atendida la personalidad de su marido. Así las cosas, Marcela plantea una alternativa: el próximo miércoles ella le dará un somnífero en el café a Alexis, y una vez que él se duerma, vendrá Sergio para ayudarla a simular un suicidio, para lo cual Sergio estrangulará a Alexis y luego entre los dos lo colgarán de una de las vigas de la casa, como si se hubiera ahorcado. Así lo hicieron, pero sus planes no contaban con que la autopsia, arrojaría un manto de dudas sobre el pretendido suicidio, suficientes como para que Marcela confesara todo.  

CASO II.- Eduardo Johnson nació en una familia de bastantes recursos, educado en colegios particulares, nunca había faltado dinero a sus padres para satisfacerle sus caprichos, pero de pronto los negocios de la familia comenzaron a irse en picada, hasta que ya el dinero comenzó a escasear, fruto de lo cual Eduardo, que ya contaba con 27 años, comenzó  a idear otros medios, para poder mantener el estilo de vida al que estaba acostumbrado. Así, previo estudio de la rutina de un Banco cercano a su domicilio, lo asaltó, y obtuvo como botín la no despreciable suma de cinco millones de pesos, su estrategia clave era la rapidez, para no dar tiempo a que llegara la policía, así que se puso una media para ocultar su rostro y con una pistola  amenazó al guardia, lo neutralizó y en seguida le pasó a las cajeras, una bolsa plástica de basura a cada una y les ordenó que echaran en ellas, todo el dinero que tuvieran a mano, luego se dio a la fuga en un automóvil que había robado el día anterior, el que luego de alejarse unas pocas cuadras, abandonó.  Su estadía en el banco no duró más de tres minutos. Luego, se dio cuenta que la operación podría ser más rápida y segura si contaba con un chofer y con otro compinche que lo apoyara en los movimientos al interior del Banco. Así hizo contacto con Matías Fredes, a quien había conocido en unas carreras de autos en que habían participado en los buenos tiempos, que sería el chofer del grupo. Y posteriormente reclutó a Joaquín García Huidobro quien se haría cargo de mantener bajo control al guardia y al resto del personal y público que se encontrara al interior del Banco, mientras que Eduardo agilizaba el llenado de las bolsas de basura con el efectivo. La consigna era la rapidez, y usar las armas de fuego que llevaban sólo como último recurso, y no tirar a matar. Asaltaron otros seis bancos, utilizando siempre el modus operandi del primero, obteniendo alrededor de cincuenta millones de pesos, consiguiendo reducir a dos minutos el tiempo de permanencia en el banco. Estaban orgullosos de su actuar limpio y cada vez más rápido, a excepción de una ocasión en que un guardia bancario se puso muy creativo por lo cual recibió un tiro en una pierna, herida que fue calificada médicamente de grave. Todo funcionaba bien, hasta que un vehículo policial que se encontraba casualmente en los alrededores del Banco que asaltaban, llegó antes de lo usual, y provocó que los asaltantes se refugiaran al interior del Banco, y tomaran como rehenes a los funcionarios bancarios, por un par de horas, hasta que decidieron entregarse para no agravar las cosas. Posteriormente, resultó que García Huidobro tenía una condena previa por receptación.

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