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Deslave en El Limón año 1987


Enviado por   •  16 de Agosto de 2023  •  Informes  •  2.191 Palabras (9 Páginas)  •  22 Visitas

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   UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO PEDAGÓGICO " RAFAEL ALBERTO ESCOBAR LARA"

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES

ÁREA DE OPTATIVA DE PROFUNDIZACION

ASIGNATURA: PROBLEMÁTICA FIFICO-GEOGRAFICO DE VENEZUELA

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Autor: Erick R. Franco R.

C.I: V-14104921

Especialidad: Ciencias Sociales

P.A: 2022-I

Profesor: Alexander Carmona

El deslave ocurrido en El Limón el 6 de Septiembre de 1987.

Maracay, Noviembre de 2.022

Principios de un Desastre Natural.

El 18 de Agosto de 1756 Jean – Jacques Rousseau escribió una misiva a Voltaire en donde le hacia una reflexión sobre el sismo ocurrido en Lisboa el 1 de Noviembre de 1755 y el impacto que tuvo esto en la sociedad, hablaba de la vulnerabilidad de los espacios donde irrumpen estos fenómenos destructores y señala que “La gran mayoría de nuestros males físicos son obra nuestra”, una reflexión que aun siglos después sigue en vigencia. Ya para el siglo XX, luego de la Segunda Guerra Mundial, se fueron realizando diversos aportes e investigaciones con el fin de crear un “modelo alternativo” que acuñado por el geógrafo Kenneth Hewitt para la década de los `80 y que se consolido en la década de los `90 cuando las Naciones Unidas desarrollan una declaración que es conocida como el Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales.

Dicha declaración estuvo ampliamente influenciada por investigadores de ciencias naturales y la ya crisis visión dominante. El resultado de una serie de eventos naturales con desenlaces catastróficos que para la segunda mitad del siglo XX situaron en la palestra el tema de los mal llamados “desastres naturales”, y la tragedia ocurrida en El Limón del 6 de Septiembre de 1987 en Venezuela fue parte de ese conjuro.

Pero a pesar de la iniciativa que tuvo la DIRDN no sería hasta la Conferencia de Yokohama en 1994 en que se genera mayor énfasis en el tema de los desastre naturales. Las contribuciones desde las ciencias sociales y humanos en los riesgos y en los desastres permitieron introducir al debate cultural, haciendo posible que a principios de la década de los `90 se creara la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (La RED), que comenzó a disertar en torno a las inclinaciones teóricas constructivista y contextual, por un lado, y a la perspectiva histórica de los riesgos por otro lado, haciendo a su vez que la conformación de estas perspectivas afianzara la perspectiva social, conocida como el “enfoque de la vulnerabilidad”.

Este nuevo enfoque que apoyado en la investigación histórica, sostuvo y sostiene que los desastres son el resultado de procesos multifactoriales y multidimensionales, como resultado de la intersección entre amenazas y contextos vulnerables que se construyen y reproducen a través del tiempo. El enfoque en la vulnerabilidad a partir de los contextos sociales y materiales garantiza el entendimiento sobre una vulnerabilidad desigual y acumulativa, por tanto históricamente determinada.

Este proceso condujo a la premisa de que los desastres no son naturales. Y partiendo de la misma se advirtió la redefinición de los conceptos básicos del estudio de los desastres, asi como la practica activa en esos procesos del riesgo, la vulnerabilidad y la amenaza o bien la mitigación, prevención, recuperación y estrategias adaptativas por parte de las sociedades. El desastre corresponde a: “procesos resultantes de condiciones críticas preexistentes en las cuales la vulnerabilidad acumulada y la construcción social del riesgo ocupen lugares determinantes en su asociación con una amenaza natural”.

El papel que juega la sociedad en el desenlace catastrófico es muy directo a partir de la irrupción de fenómenos destructores o bien de daños acumulativos que pueden o no conducir, en muchos casos, a eventos disruptivos en la misma sociedad, resulta crucial a la hora de la consolidación de estrategias que permitan incidir en dichos resultados; partiendo de la aseveración de que, por un lado, son los contextos vulnerables, producto de la experiencia de los seres humanos, los que determinan la detonación de procesos de desastres y por ende en ellos se debe enfocar la mitigación del riesgo construido material y socialmente; y por el otro, que la convivencia con el medio ambiente es resultado de estrategias de adaptación o desadaptación que han desplegado y consolidado las sociedades en el largo proceso de articulación cultural y material con los espacios construidos.

6 de Septiembre de 1987: EL comienzo del deslave.

El Domingo 6 de Septiembre de 1987 en la zona del Limón en el estado Aragua y también en parte de la zona costera de Ocumare de la Costa se dieron unas lluvias más que inusuales extraordinarias, ya que por la gran cantidad de agua caída en esas zonas aragüeñas provocaron que se diera el desbordamiento del rio El Limón lo que originó una gran tragedia en estos lugares, dejando como evidencia no solo la vulnerabilidad que tenían estas zonas en cuanto a la canalización de ríos y quebradas o de las condiciones en lo topográfico y de suelos que se tenía en esa época de estas zonas del Limón y de Ocumare de la Costa sino que además quedo en evidencia la vulnerabilidad que en lo institucional tenía el estado venezolano para manejar este tipo de acontecimientos naturales de estas envergaduras.

Una precipitación del orden de 180 mm/m2 y que se concentró en parte de la cuenca del rio El Limón con una duración de al menos 6 horas dio como consecuencia el desbordamiento de este rio provocando un torrencial alud de lodo, árboles y gigantescas rocas que trajo consecuencias catastróficas, debido a la gran magnitud que esto provoco en cuanto a pérdidas humanas y materiales, algo que jamás había sido visto en la historia del país, a pesar de que en la memoria histórica de los que por años habitaron estas zonas de El Limón, Mata Seca, El Progreso y parte de Ocumare de la Costa se tenía el conocimiento de que décadas atrás se habían dado desbordes del rio El Limón mas no con las consecuencias tan graves y lamentables como las que se dieron el 6 de Septiembre de 1987.

Ahora bien, a la hora de hablar de cuáles fueron las condiciones que existían en esas zonas en lo Ecogeográfico que provocaron este gran y catastrófico deslave debo primeramente señalar que en las áreas de denudación y de flujos torrenciales bajo bosque constituye la parte esencial de las zonas-fuentes en las que a partir de ahí se originó el alud del rio El Limón, como resultado de la concentración en forma rápida de los aportes detríticos provenientes de estas áreas hacia el elemento principal del drenaje. La superficie que constituía esta área es del orden de 10 kilómetros cuadrados y corresponde aproximadamente a un  tercio de la hoya de captación del rio El Limón. En líneas generales, la ubicación de estas áreas degradadas coincide con el piso altitudinal ocupado normalmente en esta región, por la selva nublada de entre 1000/1200m a 1500/1600m. Pero investigaciones recientes (Binck, 1986), mostraron la extrema vulnerabilidad de los suelos desarrollados en estos tipos de ambientes bioclimáticos a los procesos de arrastre por movimientos de masas de tipo molifluidal como resultado de la fuerte propensión de estos al entrar en estado líquido, debido a su alto contenido de arenas finas, muy finas y de limos, de la existencia de horizontes de anisotropía ligados a discontinuidades mecánicas de origen edáfico en los perfiles, y a la ocurrencia de contenidos efectivos de humedad que exceden frecuentemente a los límites de Atterberg. Tal vulnerabilidad esta atestiguada por medio de la detección de dos episodios recientes de erosión mecánica en los perfiles pedológicos levantados por Zinck (1986), en la subcuenca de Rancho Grande, entre 1500 y 1100 m de altura.

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