Desigualdad vertical y horizontal en las transiciones educativas en México
saab LabTrabajo14 de Noviembre de 2023
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Desigualdad vertical y horizontal en las transiciones educativas en México
Autor:
Patricio Solís
El Colegio de México
Documento de trabajo no.
04/2015
Centro auspiciado por:
Centro auspiciado por la Fundación ESRU:
Desigualdad vertical y horizontal en las transiciones educativas en México♣
Patricio Solís♠
Septiembre 2015
Resumen
En este trabajo estudio los efectos de los orígenes sociales sobre las transiciones entre niveles educativos en México. Se analiza la “desigualdad vertical”, es decir la continuidad o desafiliación escolar en el tránsito entre niveles educativos (primaria, secundaria, educación media superior, y educación superior), así como la “desigualdad horizontal”, o sea la asignación de los niños y jóvenes a opciones educativas diferentes en un mismo nivel (por ejemplo escuelas públicas vs. privadas). Los resultados muestran que ciertas características socioeconómicas de origen, como la escolaridad de los padres y los recursos económicos de la familia, tienen efectos más importantes que otras (status ocupacional del padre, condición de habla de lengua indígena, tamaño de la localidad). Los efectos de las circunstancias socioeconómicas de origen sobre las probabilidades de continuidad son mayores en las transiciones más avanzadas, es decir, aquellas que tienen un menor nivel de cobertura y en las que se presenta mayor selectividad de los estudiantes que transitan de uno a otro nivel. Además, la desigualdad de oportunidades de progresión escolar cambia en el tiempo histórico, pero el sentido de estos cambios está ligado al nivel educativo: se reduce la desigualdad en la transición de la primaria a la secundaria, pero se incrementa en el acceso a la educación media superior y superior, produciendo así un desplazamiento del locus de la desigualdad a etapas más tardías de la trayectoria escolar. Finalmente, se aprecia un incremento en los efectos de los orígenes socioeconómicos sobre la selección de escuelas privadas versus públicas, lo cual sugiere que la desigualdad horizontal debe sumarse la desigualdad vertical como un componente clave de la desigualdad de oportunidades educativas.
Palabras clave: desigualdad vertical, desigualdad horizontal, trayectoria escolar, origen.
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- Artículo por publicarse en Vélez-Grajales, Huerta-Wong y Campos-Vázquez (eds.) (2015). México, ¿el motor inmóvil? México: Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
♠ El Colegio de México, Centro de Estudios Sociológicos. Email: psolis@colmex.mx.
Introducción
En este trabajo analizo los efectos de las condiciones socioeconómicas de origen sobre las probabilidades de progresión escolar entre niveles educativos en México. Evalúo dos rasgos de estas transiciones. El primero es la llamada “desigualdad vertical”, que refiere a la continuidad o desafiliación escolar de los jóvenes en su tránsito entre uno y otro nivel educativo (primaria, secundaria, media superior, y superior). El segundo es la “desigualdad horizontal”, que da cuenta de la segmentación en la selección de distintos tipos de escuelas en un mismo nivel educativo.
Me interesa clarificar la forma en que la estratificación social interactúa con ciertos atributos institucionales del sistema educativo para generar desigualdad en las trayectorias educativas. Quizás la pregunta más importante a este respecto es cuál es el sentido y la magnitud de los efectos de factores adscriptivos (a los que de aquí en delante llamaré “circunstancias sociales de origen” o simplemente “orígenes sociales”) sobre las oportunidades de progresión escolar y la selección de distintas modalidades educativas. México es frecuentemente caracterizado como una sociedad altamente desigual. La investigación reciente sobre estratificación y movilidad social ha confirmado de manera fehaciente la persistencia, e incluso el probable incremento, de una fuerte asociación entre orígenes y destinos sociales, tanto en lo ocupacional como en lo educativo (Cortés, Escobar y Solís 2007, Solís 2007, Solís y Puga 2010, Zenteno y Solís 2006). En el ámbito de la investigación educativa, existen varios trabajos que analizan la desigualdad en logros educativos medida en años de escolaridad. Estos trabajos concluyen que, comparado con otros países miembros de la OCDE, México presenta mayores desigualdades educativas, y que estas desigualdades se explican principalmente por razones socioeconómicas (Martínez Rizo 2002, Solís 2010). Finalmente, la investigación más reciente sobre aprendizajes y logro educativo revela que los llamados factores “de contexto familiar”, esto es, las características asociadas a los orígenes sociales, los rasgos sociodemográficos de la familia, y (en menor medida) la existencia de condiciones favorables para el aprendizaje en los hogares, juegan un papel de primera importancia como determinantes del desempeño académico de los estudiantes (Blanco 2011, Fernández 2007).
Aunque estos antecedentes resaltan la importancia de la desigualdad socioeconómica como determinante de las brechas en los resultados educativos, es necesario profundizar en torno a la forma en que esta desigualdad se manifiesta en oportunidades dispares de progresión y desafiliación escolar a lo largo de las trayectorias educativas. Existen varias formas de aproximarse empíricamente a este tema. Una de ellas es a través de un análisis longitudinal con técnicas de historia de eventos, utilizando como variable dependiente la transición de salida de la escuela (Gandini y Castro 2007, Solís 2012). Otra posibilidad es analizar las transiciones educativas, es decir, descomponer las trayectorias educativas en una secuencia de transiciones entre grados o niveles de escolaridad, para posteriormente identificar los efectos de las circunstancias sociales de origen sobre las probabilidades de continuidad/desafiliación escolar en cada una de estas transiciones (Mare 1980, 1981, Shavit y Blossfeld 1993, Raftery y Hout 1997). Aquí sigo el camino de las transiciones educativas, debido a que permite identificar los efectos de la desigualdad en cada nivel educativo, así como analizar la forma en que la segmentación en la oferta educativa en cada nivel interactúa con la desigualdad social para producir trayectorias educativas divergentes.
Un resultado de la investigación sobre transiciones educativas es que el efecto de los orígenes sociales en la progresión escolar se reduce en la medida en que se avanza hacia
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los niveles educativos superiores (Mare 1980, 1981; Shavit y Blossfeld 1993), ya sea por los efectos de la selectividad social1 o por la creciente autonomía que tienen los hijos frente a sus padres en la medida en que avanzan en su curso de vida. Una primera cuestión es saber si este patrón de efectos relativos decrecientes se observa también en México. A esta hipótesis de “selectividad” opongo una hipótesis alternativa que vincula la desigualdad de oportunidades con el grado de cobertura de cada nivel educativo. Esta hipótesis, a la que llamaré de “desigualdad vinculada a la cobertura”, sostiene que la magnitud de la desigualdad de oportunidades de progresión escolar de un nivel educativo i al nivel siguiente i+1 no necesariamente se reduce en la medida en que se avanza en las transiciones hacia niveles educativos posteriores, sino que se relaciona de manera inversa con el grado de cobertura poblacional del nivel i+1 con respecto al nivel i, o en otras palabras, con la tasa de absorción de un nivel educativo con respecto al nivel anterior. Esta hipótesis se sustenta en la noción de que, en un régimen de estratificación social en el que no existen mecanismos compensatorios de asignación de oportunidades y en el que las tasas de absorción son bajas, la escasez de lugares disponibles activa una suerte de “acaparamiento de oportunidades” por parte de los estratos sociales más privilegiados, lo que incrementa la desigualdad de oportunidades. En cambio, una vez que la tasa de absorción se incrementa hasta el punto en que satisface la demanda de los estratos sociales privilegiados, los lugares restantes disponibles se distribuyen entre los niños y jóvenes provenientes de los estratos menos privilegiados, propiciando “por goteo” una reducción de la desigualdad de oportunidades de progresión escolar.
Una segunda cuestión tiene que ver con las posibles variaciones a lo largo del tiempo en la desigualdad de oportunidades de progresión escolar: ¿Existen cambios entre cohortes en la asociación entre los orígenes sociales y las probabilidades de progresión educativa? ¿Apuntan estos cambios a un incremento o una reducción en la desigualdad de oportunidades educativas? ¿Tienen estos cambios el mismo sentido en las transiciones correspondientes a distintos niveles educativos?
La expansión de la cobertura educativa ha implicado ganancias importantes en el acceso a la escolaridad para los grupos sociales más desfavorecidos. Podría pensarse que esta ampliación se traduciría en automático en una reducción en la desigualdad de oportunidades de progresión escolar. No obstante, se debe ser cauto por dos razones. En primer lugar, la ampliación ha sido dispareja por niveles, con ganancias muy significativas en la educación primaria y secundaria, pero más modestas en la educación media superior y superior. Esto tal vez produciría no una reducción global en la desigualdad, sino su traslado del nivel básico hacia la educación intermedia y superior. Este desplazamiento del locus de la desigualdad de oportunidades educativas parece confirmarse tanto en los estudios comparativos internacionales sobre el tema (Shavit et al. 2007) como en algunos trabajos realizados en México, ya sea comparativamente con otros países (Torche 2010) como en estudios de caso realizados en algunas ciudades del país como Monterrey (Solís 2007).
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