ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Ensayo Aleph-Borges

ʀᴏꜱʏ ꜱᴀᴜᴄᴇᴅᴀ εїзEnsayo20 de Febrero de 2023

850 Palabras (4 Páginas)78 Visitas

Página 1 de 4

Ma. del Rosario López Sauceda

Metodología de la Investigación

10 de Septiembre de 2015

Borges, J. (1949). El Aleph. Cuento.

El pensamiento científico y el Aleph

Es realmente irónico pensar, que el en el morir, está el verdadero sentido de la vida, este es el principal planteamiento del autor del libro El Aleph. No estoy plenamente segura de haberlo comprendido correctamente, solo expreso lo que mi pensamiento y mi imaginación lograron captar.

        Borges, presenta a manera de analogías y ficción la encrucijada en la que se ve envuelto el investigador, cuando está en busca del espíritu científico; es decir, el objeto de estudio.

        La mayoría de la literatura que he tenido la oportunidad de revisar hasta ahora en la maestría que curso, y que algunas de ella datan del siglo pasado, se ha abordado un tema central que tiene que ver con la necesidad de replantear la noción de la investigación científica, en el sentido de que es necesaria una reestructura general de la misma para que esta pueda dar frutos; es decir; tenemos que destruirla y volverla a construir en los parámetros que la deben de conformar como tal. Desde muchas décadas atrás, se ha advertido sobre esta imperiosa necesidad en la ciencia, que es más que solo explicar el fenómeno, es capturar de nuevo la esencia de las teorías científicas, la cual consiste en dotarla de conocimiento que origine el pensamiento y la imaginación, y sin embargo, hasta la fecha, se ha dejado en el lugar más recóndito de la memoria de los investigadores, tal como el Aleph, guardado en el lugar más tétrico y oscuro.

        En el cuento de Borges, según yo las teorías científicas tienen el nombre de Beatriz Viterbo,   ellas mueren, y el autor no ve tal acontecimiento como una pérdida, más bien, lo figura como el camino para plantear nuevas ideas, que estas, a su vez, aporten cambios significativos a la sociedad científica. 

        “La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita”.

        Cuando nosotros estamos en la búsqueda de un objeto de estudio, nos tenemos que respaldar en teorías científicas fuertes y sólidas, que nos permitan abordar el fenómeno desde un enfoque más real. En este sentido el investigador tiene que actualizase, criticar y reflexionar junto con los autores el tema que se quiere investigar; es a lo que se refiere el autor cuando dice que “Beatriz Viterbo murió en 1929; desde entonces no dejé pasar un 30 de abril sin volver a su casa, Beatriz era alta, frágil, muy ligeramente inclinada: había en su andar (si el oxímoron es tolerable) una como graciosa torpeza, un principio de éxtasis”, nos es solo argumentar que la teoría es una aglomeración de falsos o verdaderos errores, sino más bien tener  la habilidad de cuestionarla críticamente desde todos sus enfoques posibles, ver todos los rostros de la teoría y del objeto de estudio. “Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable”

        Al morir Beatriz, el autor argumenta que frecuentemente visitaba al padre y al primo hermano de ella, este último llamado Carlos Argentino Daneri, estas visitas de alguna manera le permitían recordar a Beatriz. Daneri, creo yo, es el pensamiento científico, entonces, por eso Borges señala que en una de estas visitas Daneri le hace confesiones las cuales son determinantes para poder llegar a ver fenómenos nunca antes vistos, y que solo el pensamiento de la ciencia se puede descubrir.

        El científico se tiene que ir formando por medio del pensamiento, estar abierto a conocer nuevas cosas y arriesgarse al cambio, para transformarse verdaderamente, tal como lo hizo el autor “me permití agregar al alfajor una botella de coñac del país. Carlos Argentino lo probó, lo juzgó interesante y emprendió, al cabo de unas copas, una vindicación del hombre moderno”.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (5 Kb) pdf (70 Kb) docx (10 Kb)
Leer 3 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com