La autoestima en el proceso educativo, un reto para el docente

LA AUTOESTIMA EN EL PROCESO EDUCATIVO, UN RETO PARA EL DOCENTE

La formación de líderes integrales autónomos, seguros de sí mismos y con capacidades para tomar decisiones, son competencias y lineamientos de las Instituciones Educativas, a partir del rol del docente, se debe, orientar y entregar herramientas a los estudiantes para su desarrollo emocional, social y afectivo, para no sucumbir frente a sus necesidades y carencias. El objetivo de esta investigación que se realizó, es dar cuenta respecto a la importancia que tiene el desarrollo de la autoestima en los niños y jóvenes estudiantes. El rol del docente es vital en la construcción de un clima de aula propicio para el aprendizaje de los educandos. Esto incluye una adecuada preparación de clases, con temas, actividades y material, de modo que logren captar su interés y el desarrollo de habilidades sociales. Barreda (2012) realizó un estudio sobre los diferentes elementos que influyen en el clima de aula, encontrando que existen diversos componentes que intervienen en ese proceso, entre ellos, la incidencia del espacio físico, la disposición de los estudiantes en el salón de clase, las condiciones ambientales del aula, la familia, la diversidad, la procedencia social y la influencia de las nuevas tecnologías. La autoestima es una habilidad social considerada como la valoración positiva de la persona que forma parte de su personalidad. El desarrollo emocional y psicosocial de los niños se inicia desde el vientre y las persuasiones pueden tener un mismo proceso a medida que crecen y que se relacionen con los demás. en este sentido las influencias sociales son determinantes para que el niño lo pueda comprender como lo perciben los demás . Vaello (2007) afirma que: La Autoestima es el grado de satisfacción asociado al concepto de sí mismo, a sentirse bien consigo mismo y Coopersmith (citado en Sparisci, 2013) plantea que existen tres niveles de autoestima: la alta autoestima, se puede observar cuando las personas son expresivas, asertivas, con éxito académico y social; la media autoestima, es aquella en que la expresión depende de la aceptación social; y la baja autoestima, es cuando no logran integrarse usando una comunicación asertiva, se alejan fácilmente y no se arriesgan por temor al fracaso. Según Macherey (2016) la “figura del profesor práctico, del profesor tutor, del guía, del amigo comprensivo y disponible”, es lo ideal; y debe alejarse de la rigidez y conectarse con la realidad del estudiante, de tal manera que el actuar del docente se convierte en modelo para los estudiantes frente a cómo maneja y controla las relaciones profesor estudiante. Esto puede determinar el tipo de actitudes y de conductas que favorecen el rendimiento académico de los alumnos, el clima escolar y la autoestima como factor preponderante para que los estudiantes aprendan con voluntad y no como una obligación.

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