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Resonancias de un caso


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2023  •  Apuntes  •  630 Palabras (3 Páginas)  •  17 Visitas

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PEREZ RIVERA ALEJANDRA TOMASA

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RESONANCIAS DE UN CASO

        Transcurría mi tercer año de labor docente, mi

primer y siempre admirable Director en mi Trayecto

profesional, concluía su loable trabajo en la

institución donde me encontraba, quedó como cuerpo directivo solamente la Subdirectora Escolar, persona respetable que a juicios de valor personales orientaba, apoyaba y fue empática siempre en el liderazgo y el trabajo, tomaban lugar los primeros procesos de promociones, por lo tanto, las circunstancias eran adversas y al frente solo estaba nuestra Subdirectora, comienzan los periodos de asignaciones por el mes de Agosto y por lo tanto llega por promoción la maestra N como Directivo Escolar asignada por ese entonces por Servicio Profesional Docente, así como docentes de prelación (termino válido en esos ayeres), se comenzó el trabajo, incierto, pues el simple hecho de asumir otros espacios que desconocemos se torna un proceso de adaptación y de trabajo arduo.

Se comenzaban los trabajos con  cotidianeidad, en ese proceso de adaptación había dudas y dinámicas que la Directora no podía resolver por lo tanto nos acercábamos a la Subdirectora Escolar, al paso de un par de meses, la maestra N comenzó con procesos de imposición laboral, pero no eran procesos impositivos que abonaran a la práctica docente o al bien escolar principalmente a la Educación de los y las alumnas, comenzaba imposiciones de poder, de ordenar, en su vocabulario cotidiano la constante fue “Porque soy yo la directora”, sus imposiciones fueron por ejemplo: en orden jerárquico de llegadas tarde de su persona y repetición de cuadernillo de firmas para la no aplicación de la norma, de acuerdos colectivos no respetados según a sus necesidades, entre otras muchas inconsistencias en contra del deber ser.

Los maestros con hábitos, experiencias y sobre todo pertenencia, sentido y ética profesional (en los que me incluyo) optamos por continuar con el deber ser, aunque eso también causara molestias por repetición de documentos oficiales y auditables, no obstante ante todo “ying” se encontraba un “yang” los maestros de recién ingreso que aplaudían esos hábitos porque a conveniencia mantenían las prácticas de llegadas tarde, la no planificación, el desayuno durante las jornadas en espacios largos, etc. Era entonces un desequilibrio brutal para la calidad de escuela que yo conocí. Además que la escucha no fue el proceso  fuerte de la maestra, estoy convencida que sabía que no estaba realizando un buen papel, pero el poder y la ambición en ese momento de su vida cobró el protagónico para continuar con órdenes que no abonaban al trabajo, entonces

cada uno decidió tomar su rumbo como su

profesionalización le permitía.  

Algunas admirables compañeras ese ciclo escolar

decidieron retirarse del servicio, un par más, unos meses más tarde; en esa generación mi Subdirectora Escolar, de manera particular al siguiente ciclo y a punto de solicitar mi cambio de CCT, se posibilita mi cambio de categoría como Subdirectora Escolar, por lo que de manera muy rápida y una semana iniciado mi segundo o tercer ciclo (mi inconsciente eliminó la exactitud) bajo esa administración dejo la Escuela misma que se renovó en ese ciclo de personal por cambios e ingresos.

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