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Pasos literarios Manuel Payno

osreyes90Ensayo17 de Abril de 2019

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INTRODUCCION.

En el presente trabajo daremos a conocer los principales pasos literarios del cuento Amor secreto”, a pesar de todos los ingredientes románticos, se salva por su sinceridad y por su técnica. Hoy día, la trama puede parecer ridícula: el amor es imposible porque Alfredo es humilde y Carolina rica; la fatalidad impide que él se declare; la idealiza tanto que continúa queriéndola aun después de saber que ha tenido ocho amantes; la sigue a la tumba y vive sumido en la mayor tristeza por un amor que nunca se atrevió a confesar. La trama sentimental va acompañada de las descripciones netamente románticas, las exaltaciones, las exclamaciones y los desmayos. Sin embargo, el cuento no deja de tener interés. Aunque nos cuesta identificarnos con Alfredo, su actitud es completamente sincera. El descubrimiento de la frivolidad de Carolina podría ser el desenlace, pero la persistencia del amor de Alfredo convierte lo que sería un cuento de final ingenioso en un cuento de emoción verdadera. A diferencia de muchas novelas sentimentales, la acción es rápida debido a las pocas descripciones, al uso frecuente del pretérito y a los diálogos que forman un marco alrededor del cuento.

JUSTIFICACION

La presente investigación se enfocará en estudiar todos los pasos literarios de l cuento AMOR SECRETO de autor MANUEL PAYMO , donde el cual veremos su tema principal, como personajes principales un breve argumento Así, el presente trabajo permitiría mostrar pasos de que se desarrollaron en cuento tanto como el tiempo que fue escrita y que fue lo que inspiro al autor a escribir dicha obra.

OBJETIVOS.

General.

  • Dar a conocer de que trata el cuento AMOR SECRETO

Especifico

  • Detallar los pasos literarios del cuento amor secreto.
  • Dar a conocer el mensaje que nos transmite el cuento
  • Identificar y analizar las características de cada uno de los personajes descritos en la obra.  
  • Dar a conocer las figuras literarias que caracterizan el cuento

METAS

  • Dar a conocer a nuestros compañeros de salón de clases de que trata el cuento amor secreto
  • Identificar al 100% los personajes del cuento
  • Dar a conocer en un 100% todos los pasos literarios de el cuento

1. BIOGRAFIA DEL AUTOR

EL AUTOR, MANUEL PAYMO


Manuel Payno[pic 1]

(México, 1810 - San Ángel, Distrito Federal, 1894) Escritor mexicano a quien se considera uno de los iniciadores de la novela costumbrista. Terminados sus estudios, Manuel Payno trabajó como meritorio en la aduana de su ciudad natal. Después pasó al Ministerio de Guerra con el grado de teniente coronel como jefe de sección. En 1842 se le nombró secretario de la Delegación Mexicana en Sudamérica e hizo su primer viaje a Francia e Inglaterra. Más tarde, el presidenteAntonio López de Santa Anna lo envió a Nueva York y Filadelfia para estudiar el sistema penitenciario.

En 1847 combatió contra los norteamericanos y estableció el servicio secreto de correos entre México y Veracruz. Durante la administración de José Joaquín de Herrera se desempeñó como ministro de Hacienda (1850-1851) y durante el gobierno de Ignacio Comonfort fue secretario de esa misma cartera. Payno contribuyó al golpe de Estado de 1857, por lo que se le procesó y apartó de la política. Restaurada la República, fue elegido diputado varias veces. En 1882, con el gobierno de Manuel González, fue enviado a París; en 1886 fue nombrado cónsul de Santander y después cónsul general de España. Tras su regreso a México en 1892 ejerció brevemente como senador.

La obra de Manuel Payno

Aunque cultivó la poesía en su juventud y escribió para el teatro, la mayor aportación literaria de Manuel Payno está en el campo de la novela. Siguiendo los pasos de José Joaquín Fernández de Lizardi, cultivó la narrativa costumbrista, pero, a diferencia de aquél, no lo movió una intención moralizante; su literatura manifiesta más bien un deseo de entretener. Es, en este sentido, un autor folletinesco; sus libros están llenos de peripecias y lances increíbles, e incluso en algunos introdujo elementos fantásticos.

Con la novela folletinesca El fistol del diablo (1845-1846) inició en México la modalidad de la edición por entregas, e inauguró el cultivo de la novela romántica, a la que aproximó al realismo. Su obra más importante, escrita durante su estancia en España, es Los bandidos de Río Frío (1889-1891), recreación del México de la primera mitad del siglo XIX. Aunque Payno en esta última pretendió escribir una novela naturalista, resulta obvio que no lo logró. Los bandidos de Río Frío más parece, pasado el tiempo, un guión de cine del género western que una obra de arte; se le reconoce, sin embargo, haber utilizado hábilmente este estilo folletinesco para trazar ese gran cuadro épico del inicio de la vida independiente del país.

Otros títulos de su producción son la novela El hombre de la situación (1861), ambientada en época colonial, y Tardes nubladas (1871), colección de narraciones cortas. Payno fue también un impulsor del periodismo y colaboró activamente en El museo mexicano, para el que escribió los cuentos y narraciones de viajes reunidos en Tardes nubladas. También escribió en el Ateneo mexicanoEl año nuevoDon SimplicioEl federalista y en la Revista científica y literaria de México, donde dio a conocer su novela El fistol del diablo.

2. ARGUMENTO

Manuel Payno

(cuento)

Mucho tiempo hacía que Alfredo no me visitaba, hasta que el día menos pensado se presentó en mi cuarto. Su palidez, su largo cabello que caía en desorden sobre sus carrillos hundidos, sus ojos lánguidos y tristes y, por último, los marcados síntomas que le advertía de una grave enfermedad me alarmaron sobremanera, tanto, que no pude evitar el preguntarle la causa del mal, o mejor dicho, el mal que
padecía.

—Es una tontería, un capricho, una quimera lo que me ha puesto en este estado; en una palabra, es un amor secreto.

—¿Es posible?

—Es una historia —prosiguió— insignificante para el común de la gente; pero quizá tú la comprenderás; historia, te repito, de esas que dejan huellas tan profundas en la existencia del hombre, que ni el tiempo tiene poder para borrar.

El tono sentimental, a la vez que solemne y lúgubre de Alfredo, me conmovió al extremo; así es que le rogué me contase esa historia de su amor secreto, y él continuó:

—¿Conociste a Carolina?

—¡Carolina! … ¿Aquella jovencita de rostro expresivo y tierno, de delgada cintura, pie breve?

—La misma.

—Pues en verdad la conocí y me interesó sobremanera… pero… A esa joven —prosiguió Alfredo— la amé con el amor tierno y sublime con que se ama a una madre, a un ángel; pero parece que la fatalidad se interpuso en mi camino y no permitió que nunca le revelara esta pasión ardiente, pura y santa, que habría hecho su felicidad y la mía.

“La primera noche que la vi fue en un baile; ligera, aérea y fantástica como las sílfides, con su hermoso y blanco rostro lleno de alegría y de entusiasmo. La amé en el mismo momento, y procuré abrirme paso entre la multitud para llegar cerca de esa mujer celestial, cuya existencia me pareció desde aquel momento que no pertenecía al mundo, sino a una región superior; me acerqué temblando, con la respiración trabajosa, la frente bañada de un sudor frío… ¡Ah!, el amor, el amor verdadero es una enfermedad bien cruel. Decía, pues, que me acerqué y procuré articular algunas palabras, y yo no sé lo que dije; pero el caso es que ella con una afabilidad indefinible me invitó que me sentase a su lado; lo hice, y abriendo sus pequeños labios pronunció algunas palabras indiferentes sobre el calor, el viento, etcétera; pero a mí me pareció su voz musical, y esas palabras insignificantes sonaron de una manera tan mágica a mis oídos que aún las escucho en este momento. Si esa mujer en aquel acto me hubiera dicho: Yo te amo, Alfredo; si hubiera tomado mi mano helada entre sus pequeños dedos de alabastro y me la hubiera estrechado; si me hubiera sido permitido depositar un beso en su blanca frente… ¡Oh!, habría llorado de gratitud, me habría vuelto loco, me habría muerto tal vez de placer.

“A poco momento un elegante invitó a bailar a Carolina. El cruel, arrebató de mi lado a mi querida, a mi tesoro, a mi ángel. El resto de la noche Carolina bailó, platicó con sus amigas, sonrió con los libertinos pisaverdes; y para mí, que la adoraba, no tuvo ya ni una sonrisa, ni una mirada ni una palabra. Me retiré cabizbajo, celoso, maldiciendo el baile. Cuando llegué a mi casa me arrojé en mi lecho y me puse a llorar de rabia.

“A la mañana siguiente, lo primero que hice fue indagar dónde vivía Carolina; pero mis pesquisas por algún tiempo fueron inútiles. Una noche la vi en el teatro, hermosa y engalanada como siempre, con su sonrisa de ángel en los labios, con sus ojos negros y brillantes de alegría. Carolina se rió unas veces con las gracias de los actores, y se enterneció otras con las escenas patéticas; en los entreactos paseaba su vista por todo el patio y palcos, examinaba las casacas de moda, las relumbrantes cadenas y fistoles de los elegantes, saludaba graciosamente con su abanico a sus conocidas, sonreía, platicaba… y para mí, nada… ni una sola vez dirigió la vista por donde estaba mi luneta, a pesar de que mis ojos ardientes y empapados en lágrimas seguían sus más insignificantes movimientos. También esa noche fue de insomnio, de delirio; noche de esas en que el lecho quema, en que la fiebre hace latir fuertemente las arterias, en que una imagen fantástica está fija e inmóvil en la orilla de nuestro lecho.

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