Acerca de roderer

1) Caractericen al narrador. Comparen su personalidad con la de Roderer y diferenciarlas en cuanto estudiantes.

El narrador de Acerca de Roderer es un adolecente y como tal debe pasar por un momento caótico de la vida, en la cual la percepción que uno tiene sobre uno mismo puede ser fácilmente alterada, afectando emocionalmente a aquel cuya autopercepción fue alterada. Lo primero que nos enteramos del narrador en cuanto a sus intereses es su afición por el ajedrez y su complejo de superioridad intelectual. “Por mi parte, como estaba convencido de que los grandes ajedrecistas debían mantenerse orgullosamente apartados de todo lo terreno, miraba en aquel mundo ruidoso con un tranquilo disgusto, aunque no dejaba de molestarme –y de arruinar mi satisfecha superioridad moral– que este rechazo mío coincidiera con los argumentos virtuosos de mi madre”. Cuando Roderer llega al Club Olimpo y juega con el narrador, ganándole con facilidad, este último ve que su creencia de ser superior es falsa.

Para comprender las diferencias centrales entre el narrador y Roderer, debemos enfocarnos en el “tipo” de inteligencia que cada uno posee. El narrador tiene una inteligencia “asimilativa”, disciplinada y práctica, “la que mejor se aviene con la vida”, como diría el Doctor Rago. Por el contrario, Roderer tiene una inteligencia “creativa”, rebelde y abstracta, que cuestiona los axiomas y los “argumentos más transitados, lo sabido y comprobado”.

Con respecto a sus personalidades estudiantiles, el narrador es un estudiante aplicado el cual tiene mucha facilidad para lo académico. “¿No es su nombre acaso el que nos aburre desde el cuadro de honor de nuestra querida institución? ¿No es usted el que termina sus exámenes antes que nadie y le da igual que sean de Literatura o de Química, de Astronomía o de Puericultura?”. En cambio, Roderer es un estudiante sumamente disperso, si acaso se lo puede llamar estudiante, puesto que envés de prestarle atención a la clase, lee libros de diversos tópicos, desde literatura, filosofía, hasta botánica. Roderer justifica su accionar con el hecho de que, según él, no tiene tiempo, y por lo tanto prefiere dedicar su tiempo en sus propias lecturas, antes que desperdiciarlo en las de sus profesores.

Como conclusión, las personalidades y rasgos del narrador y Roderer son opuestamente complementarias, y muestran los dos extremos del espectro intelectual.

2) ¿Cómo se caracteriza a cada personaje por su manera de jugar al ajedrez? ¿Cómo fue la ocasión en que se conocieron? ¿Qué impresión sabemos y/o podemos suponer que generó cada uno en el otro?

Por un lado, Roderer acomodaba las piezas lentamente y tardaba mucho en pensar su próxima jugada, pareciendo un principiante a ojos del narrador. “Roderer acomodaba sus piezas con mucha lentitud; supuse que apenas sabría jugar y como había visto por uno de los espejos que Nielsen acababa de entrar abrí con peón rey, con la esperanza de liquidar aquel asunto en un gambito”. Sin embargo, a pesar de las apariencias, Roderer contesta bien todas las jugadas del narrador y a partir de jugadas con cambios imperceptibles, logra neutralizar las jugadas del narrador hasta un final contraataque en el que está al borde de ganarle, pero el narrador decide abandonar antes de que Roderer lo venza.

Por su parte, el narrador jugaba de una manera más clásica, siguiendo variantes de la Enciclopedia (enciclopedia de ajedrez) y utilizando estrategias que había aprendido. “Esto se repitió en las jugadas siguientes: yo desarrollaba puntualmente la variante de la Enciclopedia y Roderer se demoraba cada vez en responder, pero elegía al fin la contestación correcta, de modo que me era imposible decidir si conocía la apertura o solo tenía una especie de intuición afortunada que se desmoronaría en el primer ataque serio”. Esta es una clara demostración de su tipo de inteligencia, la asimilativa, ya que a partir de conocimiento ya delimitados del ajedrez, el narrador adapta estas jugadas según su estrategia. Aun así, tras exhaustarse, el narrador reúne sus piezas intentando hacer una última jugada, pero esta resulta en un efecto contrario al deseado, ya que Roderer ahora está a punto de vencerlo. Ante esto, el narrador abandona la partida, diría de manera premonitoria, tal como lo hará al final de la novela cuando Roderer quiere que él escriba su nueva teoría lógica y filosófica.

Roderer y el narrador se conocieron en el bar del Club Olimpo en uno de los primeros días de otoño, en 1979. Roderer buscaba a alguien con quien jugar al ajedrez y el narrador había ido allí a practicar.

Considerando la descripción que hizo el narrador acerca de la forma de jugar de Roderer en un inicio, lenta, como si fuese un novato. Probablemente, en primera instancia el narrador pensó que Roderer era una persona intelectualmente inferior a él, subestimándolo. Pero después de haber jugado con Roderer, se dio cuenta de su inteligencia e incluso se sintió amenazado por él. Roderer, si bien es complicado realmente saber que sintió con respecto al narrador, conociendo su personalidad podemos inferir que por la manera clásica del narrador de jugar probablemente se sintió indiferente con respecto a él.

3) Busquen en el primer capítulo breves anticipos de lo que sucederá luego con Roderer.

“¿No fue después también así, en el fondo, toda mi relación con él? Un duelo en el que yo era el único contendiente y solo conseguía dar golpes en falso”. Esta cita nos provee de información acerca de cómo se comportará Roderer durante todo el relato, una actitud indiferente con el narrador, la escuela, e incluso su familia. Pero esta partida de ajedrez tiene incluso una mayor profundidad, ya que, si analizamos lo que sucede al final de esta partida, podremos predecir incluso el final de la novela (por supuesto de una manera un tanto remota, pero suficientemente precisa como para entender la mecánica de la relación interpersonal de Roderer y el narrador. “Miré en busca de mis propios peones, conté con desesperación los tiempos. Era inútil: Roderer coronaba, yo no. Abandoné” Esto es una recreación a menor escala de lo que pasa en el final del relato: Roderer está a punto de vencer ya que tiene su nuevo sistema filosófico pensado, solo necesita que el narrador lo escriba, y sin embargo, el narrador lo abandona, tal y como lo hace en la partida de ajedrez cuando ambos eran adolescentes. “—¿Esta noche? —Y la idea apareció ante mí, clara y terrible, como si me sonriera. Miré el reloj. — Imposible —dije—. Me esperan a cenar. —¿Una cena? —dijo Roderer, como si tratara con desesperación de buscar en la palabra algún

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