Amparo Tuson
LupitaFelix24 de Octubre de 2014
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EL OBJETIVO DE LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA EN LA EDUCACIÓN BÁSICA
Es evidente que si vemos así las cosas, no podemos pensar que el objetivo de la enseñanza tiene que ser formar gramáticos, filólogos o lingüistas, si no lectores y escritores, hablantes y oyentes competentes, es decir personas que puedan funcionar con soltura en nuestro entorno sociocultural y que puedan reflexionar de forma crítica sobre todo lo que implica el habla y la escritura; que sean pues, conscientes de las dimensiones socioculturales del uso lingüístico, ya sea oral o escrito.
Si hacemos un paralelismo, podemos ahora plantear que formar hablantes y oyentes implica enseñar hablar y a escuchar, pero claro, esto es algo que todo mundo hacen cuando llegan a la escuela.
LOS CONOCIMIENTOS SOBRE LA LENGUA QUE DEBE TENER EL DOCENTE
Tenemos que tener el código objeto de enseñanza, tanto desde un punto de vista interno que permita explicar su estructura, como desde un punto de vista externo, que las variedades lingüísticas- geográficas, sociales y de estilo y de sus funciones, es decir de sus condiciones de uso que son socioculturales.
Necesitamos conocer los métodos y técnicas más apropiadas para alcanzar los objetivos que nos proponemos. Para nuestra formación respecto a este bloque de saberes, tendremos que recurrir a disciplinas como la pedagogía y la didáctica especifica del área.
LAS APORTACIONES DE LA SOCIOLINGÜÍSTICA AL CONOCIMIENTO DE LA LENGUA, EN LA RELACIÓN CON EL PROCESO SOCIOEDUCATIVO
La sociolingüística nos ofrece una particular mirada que nos permite tener, por una parte una visión de la sociedad y de la escuela como institución y como ámbito social; por otra parte, una visión del individuo y, por lo tanto, del aprendiz y del profesor; por ultimo nos ofrece una visión de la interacción comunicativa que nos presenta el aula como un escenario comunicativo.
Desde la sociolingüística, el individuo se nos presenta no como hablante oyente ideal, si no como el usuario concreto de una lengua o unas lengua, miembro de un grupo o subgrupo social o cultural determinando, que pertenece a una clase social, que tiene un status determinado, que tiene un bagage de conocimientos concreto y, de forma muy especial, que posee un repertorio verbal determinado compuesto de todas las variedades que es capaz de usar en su vida cotidiana.
Nos ofrece una visión de la interacción comunicativa como un lugar de encuentro entre lo social y lo individual.
Cada uno de estos acontecimientos comunicativos, los ocho componentes que plantea Hymes, etnógrafo de la comunicación, para todo acontecimiento de habla ( situación, participantes, finalidades, secuencia de actos, clave, instrumentos, normas y genero) se articulan de una forma específica y adquieren unas características peculiares.
1. Situación: la situación se requiere a la localización espacial y temporal del hecho comunicativo, al tiempo y al lugar en que se produce un intercambio verbal concreto.
2. Participantes: este componente se refiere a los actores que intervienen en el hecho comunicativo, a los interlocutores, a sus características socioculturales (status, papeles, bagage de conocimientos, etc.) y a la relación que existe entre ellos (grado de conocimiento mutuo, relación, entre iguales o jerárquica, ect.)
3. Finalidades: bajo el rotulo de las finalidades se incluyen tanto las metas, es decir los objetivos de la interacción, como los productos, aquello que se obtiene al final de la interacción. Naturalmente, metas y productos pueden no coincidir.
4. Secuencia de los actos: la secuencias de actos se refiere a la organización y estructura de la interacción, tanto con lo que respecta al contenido como a la forma en que se estructura /n el/ los tema/s.
5. Clave: la clave del tono de interacción, el grado de formalidad
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