Análisis Los Amos
griska7 de Agosto de 2013
2.749 Palabras (11 Páginas)965 Visitas
¨LOS AMOS¨ Juan Bosch
Cuando ya Cristino no servía ni para ordeñar una vaca, don Pío lo llamó y le dijo que iba a hacerle un regalo.
-Le voy a dar medio peso para el camino. Usté esta muy mal y no puede seguir trabajando. Si se mejora, vuelva.
Cristino extendió una mano amarilla, que le temblaba.
-Mucha gracia, don. Quisiera coger el camino ya, pero tengo calentura.
-Puede quedarse aquí esta noche, si quiere, y hasta hacerse una tisana de cabrita. Eso es bueno.
Cristino se había quitado el sombrero, y el pelo abundante, largo y negro le caía sobre el pescuezo. La barba escasa parecía ensuciarle el rostro, de pómulos salientes.
-Ta bien, don Pío -dijo-; que Dio se lo pague.
Bajó lentamente los escalones, mientras se cubría de nuevo la cabeza con el viejo sombrero de fieltro negro. Al llegar al último escalón se detuvo un rato y se puso a mirar las vacas y los críos.
-Que animao ta el becerrito -comentó en voz baja.
Se trataba de uno que él había curado días antes. Había tenido gusanos en el ombligo y ahora correteaba y saltaba alegremente.
Don Pío salió a la galería y también se detuvo a ver las reses. Don Pío era bajo, rechoncho, de ojos pequeños y rápidos. Cristino tenía tres años trabajando con él. Le pagaba un peso semanal por el ordeño, que se hacía de madrugada, las atenciones de la casa y el cuido de los terneros. Le había salido trabajador y tranquilo aquel hombre, pero había enfermado y don Pío no quería mantener gente enferma en su casa.
Don Pío tendió la vista. A la distancia estaban los matorrales que cubrían el paso del arroyo, y sobre los matorrales, las nubes de mosquitos. Don Pío había mandado poner tela metálica en todas las puertas y ventanas de la casa, pero el rancho de los peones no tenía ni puertas ni ventanas; no tenía ni siquiera setos. Cristino se movió allá abajo, en el primer escalón, y don Pío quiso hacerle una última recomendación.
-Cuando llegue a su casa póngase en cura, Cristino.
-Ah, sí, cómo no, don. Mucha gracia -oyó responder.
El sol hervía en cada diminuta hoja de la sabana. Desde las lomas de Terrero hasta las de San Francisco, perdidas hacia el norte, todo fulgía bajo el sol. Al borde de los potreros, bien lejos, había dos vacas. Apenas se las distinguía, pero Cristino conocía una por una todas las reses.
-Vea, don -dijo- aquella pinta que se aguaita allá debe haber parío anoche o por la mañana, porque no le veo barriga.
Don Pío caminó arriba.
-¿Usté cree, Cristino? Yo no la veo bien.
-Arrímese pa aquel lao y la verá.
Cristino tenía frío y la cabeza empezaba a dolerle, pero siguió con la vista al animal.
-Dese una caminata y me la arrea, Cristino -oyó decir a don Pío.
-Yo fuera a buscarla, pero me toy sintiendo mal.
-¿La calentura?
-Unjú, me ta subiendo.
-Eso no hace. Ya usté esta acostumbrado, Cristino. Vaya y tráigamela.
Cristino se sujetaba el pecho con los dos brazos descarnados. Sentía que el frío iba dominándolo. Levantaba la frente. Todo aquel sol, el becerrito...
-¿Va a traermela? -insistió la voz.
Con todo ese sol y las piernas temblándole, y los pies descalzos llenos de polvo.
-¿Va a buscarmela, Cristino?
Tenía que responder, pero la lengua le pesaba. Se apretaba más los brazos sobre el pecho. Vestía una camisa de listado sucia y de tela tan delgada que no le abrigaba.
Resonaron pisadas arriba y Cristino pensó que don Pío iba a bajar. Eso asustó a Cristino.
-Ello sí, don -dijo-: voy a dir. Deje que se me pase el frío.
-Con el sol se le quita. Hágame el favor, Cristino. Mire que esa vaca se me va y puedo perder el becerro.
Cristino seguía temblando, pero comenzó a ponerse de pie.
-Si: ya voy, don -dijo.
-Cogió ahora por la vuelta del arroyo -explicó desde la galería don Pío.
Paso a paso, con los brazos sobre el pecho, encorvado para no perder calor, el peón empezó a cruzar la sabana. Don Pío lo veía de espaldas. Una mujer se deslizó por la galería y se puso junto a don Pío.
-¡Qué día tan bonito, Pío! -comentó con voz cantarina.
El hombre no contestó. Señaló hacia Cristino, que se alejaba con paso torpe como si fuera tropezando.
-No quería ir a buscarme la vaca pinta, que parió anoche. Y ahorita mismo le di medio peso para el camino.
Calló medio minuto y miró a la mujer, que parecía demandar una explicación.
-Malagradecidos que son, Herminia -dijo-. De nada vale tratarlos bien.
Ella asintió con la mirada.
-Te lo he dicho mil veces, Pío -comentó. Y ambos se quedaron mirando a Cristino, que ya era apenas una mancha sobre el verde de la sabana.
El autor y su época
Juan Bosch es el autor del importante cuento, “Los amos”. Juan Bosch nació en la ciudad de La Vega el 30 de junio de 1909 y falleció el 1ro. de noviembre del 2001 en Santo Domingo.
Bosch es uno de los más destacados cuentistas latinoamericanos, escribiendo varias obras de distintos géneros, como ensayos de análisis sociológicos, novela, y más que nada sus cuentos que le han merecido el crédito de ser uno de los mejores cuentistas de América. Además se ha destacado como un político de alta sensibilidad, fundando dos de las más importantes organizaciones políticas de la República Dominicana, y por medio de las cuales llegó a ser Presidente de la República.
Tema:
Personas que valoralizan más a sus riquezas que a los seres humanos que le sirven con humildad.
Relación del título con el contenido:
El título de este cuento es Los amos y se relaciona con el contenido debido que el mismo trata de un señor que tenia contratado a un peo es decir el era el amo y no le dio importancia que su empleado estuviera enfermo y fue tanta su ingratitud que lo dejo morir sin darse cuenta del esfuerzo que hacía su peón por servirle.
Argumento:
Todo se desarrolla en la zona rural, en una finca propiedad de Don Pío, cuando éste llama a Cristino, su peón y le ofrece medio peso, para que se vaya y vuelva cuando se mejore. Cristino le da las gracias al extender una mano amarillenta y temblorosa, sentía fiebre y no podía seguir el camino, pero Don Pío le pide que se quedara esa noche y se hiciera una tisana de cabrita. Al Cristino quitarse el sombrero, bajó los escalones a mirar los críos y las vacas, como una forma de despedida.
Don Pío le dio una última recomendación, al mandarlo a buscar una vaca que había parido en la noche, pero Cristino no se sentía bien de la fiebre que lo agobiaba, y se tuvo al negar, pero al Don Pío seguir insistiendo y bajar del barcón, Cristino se asustó y empezó a caminar para buscarle el crío y la vaca, pero temblaba al caminar, comenzó a cruzar la gran sabana. Desde la galería a espalda de Don Pío, Herminia susurraba a éste que se lo había dicho mil veces que de nada valía tratar bien a los peones, porque estos eran malagradecidos.
Relación entre la realidad
Este cuento se relaciona con la realidad ya que el la vida cotidiana nos encontramos con personas que piensan que los empleados no tiene nigun valor y que solo estan parta cumplir ordenes que no se pueden enfermar .
En este cuento resaltan a la vista los valores de explotación del hombre por hombre, para conseguir sus bienes y dones, sin importar la salud, ni males que afectan a la clase más necesitada. Los trabajadores de todos los tiempos y todos lugares del planeta le han servido a los poderosos, a los ricos, ellos son los dueños del mundo, y se lo merecen todo. La falta de conciencia es un mal que afecta a esta clase social, no le importa los problemas que afectan a la clase pobre del planeta.
Mensaje:
El amo no tiene ninguna conciencia por el obrero, a pesar del peón estar enfermo lo mandó a buscarle la vaca que habia parido en la noche, sin importarle la salud del mismo. Prefiere que el peón se muera a perder su propiedad.
Personajes:
Don Pío (amo), Cristino (peón) y Herminia (esposa de Don Pío)
Los Amos: los personajes son Don Pio, Cristino y Herminia. Son personas del campo. Todo sucede en un rato, Cristino se marcha enfermo.
L relacion entre Pio y Cristino era de amo a peón t herminia era la esposa de Don Pio.
Don Pío era bajo, rechoncho, de ojos pequeños y rápidos.
Ambiente físico:
el campo, sabana , durante el transcurso de un día en una atmósfera de paz
Ambiente Psicológico:
Presión,miedo,
...