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Argumento De Novela Ulises 2300


Enviado por   •  8 de Octubre de 2012  •  10.563 Palabras (43 Páginas)  •  3.270 Visitas

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CAPÍTULO 21

Ulises iba al café todas las tardes para jugar y entrenarse para el torneo del DF, esos días eran muy optimistas para él debido al plan de su amigo Alan. El que buscaba mucho a Ulises era Ugalde pues competiría en el nacional y ensayaba perdiendo con el adolescente. Un día llegó Ulises con cara larga, jugando con Ugalde, tocó una pieza pero no la jugo, el universitario le dijo que ya la tenía que jugar, Bernal dijo que solamente la estaba acomodando pero no le creyó, molesto, Ulises se levantó y se fue del café. Salomón se acercó y le preguntó a Ugalde qué había pasado, éste le contó y de inmediato supo que algo andaba mal con el muchacho y Marina, se fue a buscarlo a su casa pues temía que ya no fuera a jugar en el torneo, sólo se encontró con su hijo, le contó lo que había hecho Ulises en el café y le pidió que le contara si le pasaba algo con Marina. Alan se dio cuenta que a su papá sólo le interesaba Ulises. Subió al auto y le confesó que Marina ya tenía novio, su padre se molestó pues la misión de Alan era hacer que la chica se fijara en Ulises pero Alan dijo que no podía hacer milagros, y eso era cierto.

CAPÍTULO 22

Lo que había pasado era que Marina había ido a estudiar con Ulises en la semana y había crecido la confianza en ellos, tanto que la muchacha le pidió que le llevara una carta a Alberto donde le declara su amor. Bernal siendo de tan noble corazón no se pudo negar y ni siquiera abrió la carta para enterarse de lo que decía. Una mañana, cuando presentaba examen Marina, Ulises y “Julia” y Ulises se fue directo a donde Alberto, lo abrazó y le dio un beso en la boca, ya juntos se dirigieron a Ulises y Marina le agradeció por su ayuda y le dijo que al día siguiente también iría a la biblioteca. Alan demasiado molesto le dijo que cómo podía seguir ayudándola. Ulises ya no habló en todo el día debido al impacto. Un día Alan fue a reclamarle que aparte de ayudarla permitía que se estuvieran besuqueando en su cara. Ulises no tenía excusa, un miércoles Alan fue a la biblioteca para ver que no estuviera Alberto con Marina y Bernal y se encontró con que la chica estaba llorando, le preguntó que pasaba y le contó que su novio la había cortado.

CAPÍTULO 23

Alan tenía un nuevo plan debido al truene de los tortolitos pero Ulises se negaba a hacerlo. Lo que tenía que hacer Ulises era invitarla a salir, cambiar su look, llevarla al cine a cenar y lo más importante, llevarla a ver las estrellas. Fueron con Salomón, la madre de Alan estaba al teléfono y habló con su hijo, cuando hubo terminado Alan le pidió a su padre el Rambler para que Ulises saliera con Marina, Salomón tenía otro plan.

CAPÍTULO 24

Salomón llevó a Ulises y a Julia a la casa del lago, eran las dos de la tarde. Ulises estaba totalmente transformado, parecía junior con su vestimenta de niño rico y Julia toda una jovencita digna del novio rico.

Hasta allí los dejó Salomón y se fue a esconder detrás de los arbustos, pues no se perdería nada. Ulises tenía las llaves del auto, el reloj y ciento veinte mil pesos, todo lo que hacía verlos como una parejita pesada.

El primer contrincante en acercarse no tardó en perder desde lejos el zorro lo vio y se acercó a proponerle una jugada, la cual Ulises aceptó. El zorro apostó diez, el juego comenzó y Julia a lado de Ulises; otra vez ganó Ulises. El zorro estaba desconcertado y propuso otro juego por veinte, que volvió a perder; Julia parecía una real novia emocionada; el zorro no soportó perder y apostó cuarenta y el juego se vio de otra manera, pues Ulises estaba perdiendo y así paso. U lises estaba muy mal y el zorro aprovecho eso y le mencionó una revancha, que desde luego se dio, sería esta vez por sólo ciento diez mil pesos; pero Ulises cayo de nuevo y Julia estaba muy preocupada. U lises no podía creer sus perdidas y ofreció su auto, señalándoselo al zorro, sería un intercambio, el juego inicio. Ulises volvió a empezar bien el juego y el zorro se molestó y quiso dejar el juego pero lo detuvieron Ugalde, Estévez, Robles, otros que igual que Salomón estaban escondidos, esto intimido al zorro, pero después se pudo dar cuenta de que el auto que apostó Ulises no era un Ferrari rojo sino el Rambler. Salomón pensó que tal vez el zorro se acordaría del niño que lo acompañaba al día que le ganó.

CAPÍTULO 25

El juego de zorro y Ulises era recordado con cariño, así que Ulises volvió a usar el mismo atuendo, pero Alan esta vez no iría de Julia sino de chofer llamado Jaime.

Salieron a las seis y media en el Lebaron para llegar a las siete a casa de Marina Iturralde Cervantes. Al llegar por ella Alan le abrió la puerta del auto lujoso y ella se sorprendió al no ver a Ulises, Alan dijo que estaba dentro y ella subió y Ulises quedó boquiabierto al verla tan linda con un vestido morado largo, cabello recogido, zapatillas discretas y labios rojos, si el pulso estaba acelerado se le agregó el calor cuando ella le dijo que estaba guapo.

Llegaron al cine latino, cenaron en Burger boy, fueron al mirador de la salida a Cuernavaca a ver la ciudad y las estrellas, y al llevarle a su casa en la puerta se besaron, que Ulises aún recuerda a veinte años de que ocurrió.

Según salomón eso le ayudó al día siguiente en el campeonato juvenil de ajedrez del Distrito Federal.

CAPÍTULO 26

L a perdida del zorro sobre su auto se supo rápido, pero el inventó que lo había vendido. Así que Salomón y los demás que sabían la verdad de estose reunirían en la casa del lago para arreglar el asunto. Pasaría el por Ulises a las nueve, pues el torneo iniciaba a las doce, Alan tardó mucho con el Lebaron, fueron a la del lago y vieron al zorro jugando y como burla caballo loco le ofreció venderle el Lebaron en ciento veinticinco mil pesos, el zorro tomó las llaves y nunca se volvió a saber de él, tal vez andaría en Mérida o Culiacán. Partieron en taxi al torneo que sería en un gimnasio del sur de la ciudad. Salomón dijo a Ulises que invitara a Marina pero el no quiso.

Ulises estaba en silencio, era tal vez porque el recinto estaba repleto, se acercó Josué Barrera, de la mesa de jueces, preguntando por el ganador de Carlos Torre, saludando efusivo a Ulises. Josué aparto a Salomón para decirle que tenía que plantar a Ulises y caballo loco le dio un ranking de mil ochocientos pesos, prometiendo no defraudar. Pero se puso nervioso al contar a los competidores y saber que el quinto era Guillermo Sosa, el campeón nacional juvenil del año pasado.

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