Articulo De Opinión

¿Perdonar? Grandes beneficios y motivos para ello

Jorge Eduardo Cock

"Muchas razones tiene la sociedad para perdonar hoy a los guerrilleros, siempre y cuando haya verdad, sinceridad y reparación."

Desde que se supo que, efectivamente, el Gobierno Nacional y las Farc iniciarían negociaciones de paz, aires frescos y renovados, llenos de vida y de ganas, se respiran por toda Colombia.

De todos los rincones, de todas las capas sociales y políticas, surgen voces de esperanza y optimismo por el futuro del país.

Grandes y muy especiales eventos como las recientes jornadas de paz organizadas por EL TIEMPO y la Fundación Mi Sangre (muy a tiempo pero organizadas desde mucho antes) con conversatorio y hasta cesión del cargo de Director del periódico por un día dedicado al tema en todas sus páginas, y escenas de perdón entre víctimas y victimarios como las que allá y luego en Medellín y en muchas otras partes se han visto, llenan de ánimo a nacionales y extranjeros.

Por supuesto, no han faltado las voces disonantes, que consideran el aniquilamiento del enemigo como único camino para lograr ese fin, pero, por fortuna, aunque suenen con mucho volumen, muy poco se atienden, y de la inmensa mayoría lo que se oye es muy diferente.

Basta con mirar frases y palabras más comunes en los escritos y las conversaciones de hoy. Ahora se habla clara y abiertamente de conflicto, palabra que antes estaba proscrita porque eso dizque no existía, lo que negaba las terribles inequidades de nuestro país y las condiciones que objetivamente dieron origen a la subversión.

Y se dice, sin dudarlo, que por la vía de las armas jamás se va a resolver un conflicto, como convencidos deben estar los dirigentes de los alzados en armas de que por ese camino no se van a tomar el poder.

Los temas son reconciliación, entender y aceptar a los demás, ponernos en su lugar, compromiso con la paz, lenguaje y actitud. Y, también, participación en política y en posiciones de gobierno, colaboración en la lucha antidrogas (mientras el mundo cambia el actual enfoque) y perdón social. Pero es este tema el que más dudas y discusión levanta.

¿No llevar a la cárcel a quienes han cometido tantísimos y tan horribles delitos? Pues... sí, reflexionemos y seamos sinceros. Esos son los males duros de la guerra. Y en el caso que nos ocupa, el de las guerrillas, esa es su guerra. Una guerra nacida de situaciones estructurales y del convencimiento de que la vía armada era la única válida para cambiarlas.

Que se desvió muchísimo, totalmente cierto. Pero es una lucha que nació con unas ideas y algo de apego a ellas conservan. Muestra de ello es lo que se conoció de la correspondencia de 'Raúl Reyes': poco o nada que tuviera que ver con embarques, rutas,

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