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CARLOS A. CARRILLO


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2013  •  13.260 Palabras (54 Páginas)  •  620 Visitas

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La obra pedagógica del maestro Carlos A. Carrillo

Salvador Moreno

PRESENTACIÓN

Carlos Arturo Carrillo Gastaldi fue integrante de una generación de notables educadores mexicanos que mucho aportaron con sus teorías, con sus escritos y fundamentalmente con la práctica de la docencia, al descubrimiento de los problemas más sentidos en el campo educativo y a la puesta en marcha de propuestas pedagógicas de un alto nivel científico, adecuadas a las condiciones deseables para nuestro México en el siglo XIX; propuestas que además, de haber sido útiles para atender las cuestiones educativas de su tiempo, buscaban transformaciones sustantivas en los conceptos y en la práctica; propuestas que, muchas de ellas, pueden tener vigencia aún en nuestro tiempo.

A manera de ejemplo y cometiendo la imprudencia de no mencionar a muchos destacados educadores de aquella época, que por lo menos debieran ser citados, cabe destacar como sus contemporáneos y también cada uno con un importante legado, a Ignacio M. Altamirano (de quien Carrillo mucho aprendió), así como a Manuel Cervantes, Eduardo Coronel, Alberto Correa, Manuel Flores, Manuel Guillé, Manuel Gutiérrez, Julio Hernández, Enrique Laubscher, Teodomiro Manzano, Miguel F. Martínez, Rodolfo Menéndez, Rosa Navarro, Serafín Peña, Enrique C. Rébsamen, Luis E. Ruiz y Justo Sierra, quienes con su obra escrita y fundamentalmente con su quehacer cotidiano, las más de las veces en las aulas, dieron impulso a la educación en México.

Fueron muchos los alumnos y los seguidores de Carrillo y algunos de ellos tuvieron el buen tino de recopilar y más tarde comentar y publicar los trabajos del maestro principalmente a través de diversos medios, “Artículos Pedagógicos” cuya primera edición en el año de 1907, fue prologada por Daniel Delgadillo y Gregorio Torres Quintero, inobjetables seguidores de tan importante legado.

Nuevas generaciones de educadores continuaron la noble tarea de difundir los documentos y aplicar sus recomendaciones didácticas, desde luego con adecuaciones que necesariamente consideraron pertinentes. Así, resulta interesante y particularmente útil, revisar a manera de ejemplo, los trabajos publicados por Abraham Castellanos, por Luis Álvarez Barret (quien fue prologuista de la segunda edición de “Artículos Pedagógicos” en 1964) y por Ángel J. Hermida Ruiz (considerado como uno de los educadores contemporáneos más importantes que han seguido la huella del maestro Carrillo).

PANORAMA GENERAL DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO DURANTE EL SIGLO XIX

Una vez consumada la independencia de nuestro país en 1821, los diversos grupos políticos, representados primordialmente por los conservadores y por los liberales, establecieron alternativamente proyectos e instituciones que respondieran a sus respectivos intereses.

Los conservadores apoyaron fundamentalmente a las instituciones dirigidas por el clero y, cuando alternativamente alcanzaron la dirección del país, legislaron de modo que se mantuvieran instituciones afines a ese propósito. Los liberales, por su parte, impulsaron una obra educativa que gradualmente rompiera con esa condición.

En cuanto a la forma de gobierno, durante décadas el país osciló entre el centralismo y el federalismo, fórmulas que a su vez respaldaban diversos proyectos, lo cual impidió un desarrollo homogéneo que favoreciera avances sostenidos en la educación.

Por otra parte, es preciso reconocer que durante las primeras décadas de la vida independiente, las escuelas fundadas por la Compañía Lancasteriana se constituyeron como la opción más viable para atender las tareas educativas, hasta que el gradual fortalecimiento del Estado y el establecimiento de escuelas organizadas y atendidas por éste fue haciendo innecesarias dichas escuelas.

En cuanto a la legislación educativa, que sería conveniente revisar en otro momento a detalle, los postulados de los diversos documentos constitucionales y reglamentarios que apoyaban alternativamente los propósitos de cada tipo de gobierno en el terreno de la educación, como fueron las leyes decretadas en 1824, 1833, 1836, 1842, 1843 y 1853, hasta llegar al parteaguas que representó el establecimiento del Artículo Tercero de la Constitución de 1857, cuyo contenido, muy leve para algunos y demasiado radical para otros, señalaba: “La enseñanza es libre. La ley determinará que profesiones requieren título para su ejercicio...”.

El enfrentamiento entre los conservadores y los liberales en la llamada “Guerra de Reforma”, con la victoria militar del último de estos grupos, favoreció el desarrollo de un tipo de educación acorde con su programa político, el cual fue promovido por una legislación basada en los principios de gratuidad y obligatoriedad, así como el de laicismo poco tiempo después, principios que gradualmente matizaron el texto aprobado en 1857.

Ahora bien, los indudables avances que el país logró en lo educativo durante las últimas décadas del siglo no alcanzaban a la mayoría de la población la cual, según los censos de la época como el de 1895, continuaba siendo analfabeta. Puede decirse que se manifestaban dos condiciones que caracterizaban aquel tiempo: la acción educativa se realizaba fundamentalmente en los centros urbanos con un notable descuido hacia la población rural y, por otra parte, las instituciones de mejor nivel en general sólo atendió a los sectores sociales más altos.

A pesar de lo anterior, numerosos legisladores, escritores y maestros, en la tribuna, en la prensa y en las escuelas normales y las de educación básica, pugnaron por elevar el nivel cultural y las condiciones de vida de los mexicanos. Ejemplos de ello fueron la celebración de Congresos Pedagógicos, el dictado de avanzadas leyes educativas, la creciente difusión de publicaciones y la permanente acción de los educadores en planteles de diverso nivel para impulsar la cultura en sus diversas manifestaciones.

Puede afirmarse que la obra de Carrillo y la de muchos otros maestros fue trascendente y que después de algún tiempo, al madurar sus frutos, constituyó una contribución importante para generar el movimiento revolucionario iniciado en 1910, que tendría entre sus principales efectos el establecimiento y el desarrollo de la escuela rural mexicana, así como la sustancial disminución del grado de analfabetismo que había prevalecido durante el siglo XIX.

DATOS BIOGRÁFICOS DEL MAESTRO CARRILLO

Carlos Arturo Carrillo Gastaldi nació en Córdoba, Veracruz, el 27 de junio de 1855 y murió el 3 de marzo de 1893, en la ciudad de México. Fueron sus padres el Licenciado José Julián Carrillo, originario de Orizaba, Veracruz,

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