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CUENTO NUESTRO ARRECIFE CORALINO


Enviado por   •  26 de Marzo de 2016  •  Ensayos  •  1.382 Palabras (6 Páginas)  •  251 Visitas

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Nuestro arrecife coralino

Mi nombre es María Teresa Domínguez, mi padre quien era mi única familia murió hace dos años y lo único que pudo dejarme fue su trabajo como pescador en una compañía pesquera de Samaná, la cual era nuestra única fuente de ingresos. Me dediqué a pescar para poder sobrevivir, aunque no era algo que amaba tampoco podía odiarlo porque siempre me ha encantado el mar y todo lo que tenga que ver con este. En mi tiempo libre me gusta bucear y me la paso haciéndolo cada vez que puedo.

Hace unas semanas atrás me he dado cuenta que la compañía de pesca está sobrepasando sus límites, note que habían extendido la zona de pesca y que ahora estamos pescando especies diferentes de peces y note que se acercan cada vez más a la zona en la que buceo, en la cual está prohibido pescar. Me vi obligada a preguntarle a mi jefe por qué tantos cambios y este me contó que la zona en la que pescábamos anteriormente estaba completamente vacía porque se habían extinguido los peces batata que eran de los más demandados por los comensales, aparte de ser nativos únicamente de nuestro país, por lo que la compañía se vio obligada a extender la zona de pesca.

Me puse a investigar y me di cuenta que en la zona en la que habíamos pescado por tanto tiempo habían arrecifes coralinos llenos de especies diferentes de animales acuáticos, y me di cuenta del daño tan grande que habíamos provocado y sin pensar en todos los arrecifes que se han destruido en todo el país.

Descubrí cosas bastante interesantes de los arrecifes coralinos como que son el hogar de muchas especies marinas, no solo de peces. También, que estos tardan cientos de años en crecer y madurar, y están siendo dañados por la actividad humana a un ritmo mayor del que se regeneran.

Tomé la iniciativa y decidí enfrentarme al presidente de la compañía para hacerle saber el gran daño que le estamos provocando al medio ambiente, pero este hizo caso omiso a lo que le dije porque al parecer solo le importan sus ganancias.

Al ser una simple pescadora pobre parecía no tener otra opción más que rendirme y continuar con mi vida, pero no podía seguir como si nada pasara sabiendo que todavía habían cosas que podría hacer y decidí solo rendirme. No me iba a dar por vencida aunque nadie quisiera apoyarme.

Hice un pequeño viaje a Santo Domingo para llevar el caso al Ministerio de Medio Ambiente, al llegar allá me hicieron esperar una semana en la cual tuve que quedarme en casa de una vieja amiga, sabía que tenía que hacer todo lo posible para defender el caso ya que por faltar una semana obviamente me despedirían, así que eso era lo único que me quedaba. Cuando finalmente pude hablar con un encargado del Ministerio, este solo me dijo que para presentar un caso de denuncia tenía que depositarlo y esperar aproximadamente dos meses para recibir una respuesta, le dije que era demasiado tiempo para esperar y que no podía esperar dos meses, él simplemente dijo que eso era lo único que se podría hacer.

Aún no podía creer que todo mi esfuerzo y todos mis sacrificios no habían sido suficientes y hasta estuve a punto de rendirme, pero me di cuenta que rindiéndome no conseguiría nada, y que no fue en vano el esfuerzo y tiempo que había puesto en eso para luego solo desecharlo.

Le conté el caso a mi amiga, la que me dejo quedarme en su casa, y me dijo que sabía de un grupo de jóvenes que defendían al medio ambiente y reclamaban por las injusticias sin castigo de las personas, en ese momento me di cuenta de que no todo estaba perdido.

Pedí la dirección y me dirigí al lugar donde se reunía el grupo cada semana. Cuando les conté lo que pasaba me apoyaron al instante y por primera vez sentí que tenía apoyo, aunque lamentablemente ellos tampoco sabían qué hacer con respecto a la situación.

Estábamos reunidos pensando qué íbamos a hacer para que se tomaran cartas en el asunto y se hiciera justicia, cuando una de las integrantes del grupo dijo sarcásticamente que en este país todo está a base del interés y que probablemente el único que trataría de hacer justicia desinteresadamente seria el Presidente, y aunque suene absurdo y casi imposible que podamos hablar con el presidente y contarle nuestra situación, pensé que era una buena idea y probablemente la única que nos quedaba.

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